Son cinco páginas (dos menos de las que usaba Eisner, para que veáis). Y a mí me parece una de las historias más emotivas, poéticas y logradas de las que he leído en el medio del cómic.
En la historieta, un delincuente callejero recuerda su primer día de clase.
Él llega con el curso comenzado, y todo el mundo ha hecho ya sus "compas" y "amigos".
Ese primer día llueve fuera, y todos los niños juegan dentro. El protagonista va preguntando a cada uno de ellos "¿Quieres ser mi amigo?" para encontrarse una y otra vez un NO como respuesta por parte todos los demás niños.
"No quiso ninguno.. esa fue la primera vez que he llorado, y la última... Con el tiempo aprendí el juego... Y supe que los amigos no se hacían preguntando, sino cambiando cromos, teniendo los "rotus" más bonitos... siendo el mejor con el balón, o el más fuerte de la clase... Así he continuado en esta mercancía de amor comprado con un mecanismo tan inconsciente como el que lleva el cigarro a mi boca..."
No voy a desvelaros el final de la historia, que a mí me pareció y me sigue pareciendo inmejorable. Guardo un bonito recuerdo de esta historieta y no sé por qué motivo conecto de algún modo con el personaje que Espinosa retrata.
Pero hace poco he leído otro cómic, Arlerí, de Edmond Baudoin (uno de mis autores favoritos) y aunque su historia no tiene nada que ver con la que os he contado, cuando me he encontrado con esto:
"De pequeño, en el pueblo,

2 comentarios:
Una de esas historietas infantiles que servidor nunca podrá olvidar se resume en una sencilla imagen:
La entrada en clase, con el curso ya iniciado, de un niño rubio, no muy alto y con unos pantalones cortos y un abrigo de fieltro nunca antes vistos...
Pon el resto de la historia ... adulto no muy alto!!
Publicar un comentario