jueves, 18 de febrero de 2016

WOMAN IS THE NIGGER OF THE WORLD

"-¿Por qué necesitabas convertirte en Una y qué te proporciona el anonimato?

- Más allá del motivo obvio de que es un seudónimo y de que como víctima de una violación tengo anonimato legal tanto tiempo como desee, Una quiere decir una*, y esto es significativo porque yo soy una de muchos. Es sobre la posibilidad de ser cualquier chica, cualquier mujer. Es también interesante en los términos de vergüenza y estigma. Quiero decir, ¿por qué debería ocultarme? Pero el hecho es que estamos ocultándonos millones. También se me ocurre que no es importante quién soy. El culto al individuo está tan extendido que creo que las personas no se dan cuenta de cuánto puede distraerles de lo que esa persona está de hecho diciendo."


Extraído (y apresuradamente traducido) de la entrevista de Antonia Charlesworth con Una  en este enlace.

*En el original, "Una means one".

Hace un par de días, en Rodeado de papel, Mikel recomendaba la lectura de "Una entre muchas" de la siguiente manera:
"Este es uno de esos libros que no te alegrarán el día, ni lo pretende. Pero Una entre muchas (acertada traducción de Becoming unbecoming) es un libro que todo el mundo debería leer, y no solo la gente concienciada e interesada en el tema, sino todo el mundo. Las personas que trabajan en medios de comunicación, en educación (sobre todo), en las administraciones que se ocupan de la atención de las víctimas… y también cualquier persona, que solo sea un ciudadano o ciudadana de bien."

¿Y qué más puedo añadir yo a su acertado comentario?


Opino exactamente lo mismo. Es más, deberían leerlo hasta los ciudadanos no de bien, a ver si así tal vez aprenden algo.

A mí me ocurrió lo mismo que a Mikel cuando leí lo de los hinchas del Leeds United coreando (con la melodía de Guantanamera)  "¡Destripador de Yorkshire! ¡El único destripador! (Da-da-da) ¡El único destripador de Yooorkshire!".  Inmediatamente me acordé de los gilipollas del Betis que entonaban eso de "Rubén, no fue tu culpa..."

Y lo de la culpabilización de las víctimas me da por pensar que es algo inherente al ser humano y ocurre mucho más de lo que pensamos. No solo en el caso de las mujeres víctimas de malos tratos o agresiones...

También se me hace totalmente creíble y verosímil que la ineficacia de la policía para detener al destripador de Yorkshire tuviera mucho que ver con los prejuicios hacia la mujer como plantea la autora basándose en el libro   "Misogynies" de Joan Smith.

Pero es que  además de contarnos su historia y el caso del destripador de Yorkshire, "Una entre muchas" evoca el pasado de la autora y de la sociedad inglesa. Y lo hace de una manera personal, honesta y aportando unas interesantes reflexiones. "Trece mujeres perdieron la vida a manos  de un hombre cuando yo era pequeña. No hay ningún memorial para ellas. Existen sólo en el recuerdo de sus seres queridos. O como fotos policiales borrosas en los numerosos libros y páginas web hechos por personas fascinadas por el hombre que las mató. Uno de muchos."

Por otra parte, ¿cómo no me va a gustar  una autora que de niña aprendió a tocar "Mull of Kintyre" porque creía que era una canción bonita y encima tuvo que soportar que otros chicos se metiesen con ella porque lo que se llevaba era el punk?

Este cómic no solo cuenta algo interesante, sino que además lo cuenta muy bien.

Ya sabéis que no me gusta mucho recomendar cosas, más allá de que algo me guste más o menos... Pero a veces hago excepciones cuando creo que la ocasión lo merece (clásicos aparte). Pues bien, esta es una de esas ocasiones. Un tebeo absolutamente recomendable.




miércoles, 10 de febrero de 2016

¿Quién mueve los hilos?

Espero que al final no sea "Títeres desde la cárcel".
De verdad que estoy quedándome cada vez más alucinado con todo el asunto de los titiriteros detenidos.

No entro en lo de que está claro que a lo mejor la obra debería haberse programado en otro horario, que fue un error publicitarla como para todos los públicos y de que por el mismo motivo anterior, más allá de lo bueno o malo de su contenido, no fuera apropiada para niños. Pero de eso, creo que no tienen culpa alguna los titiriteros. Te dan una zona y un horario, y tú cumples con tu trabajo.

Me alucina también que solo por el hecho de representar una obra "de ficción" satírica hayan metido a dos personas en la cárcel aplicándoles la ley antiterrorista (como ya no quedan etarras a los que detener) y que al parecer, aún siguen ahí...  y también me alucina cómo han informado de este asunto los medios de comunicación y cómo se han olvidado de este una vez se ha hecho lo que se pretendía hacer.

Lo que pensé cuando informaron del asunto fue que  desde luego los titiriteros deberían haber informado de que su obra no era para niños, y que si no lo hicieron eso ya había sido una metedura de pata. Pues bien, según una de las madres que asistió a la representación: “Ellos avisaron de que la obra era antipedagógica” y de que contenía “actos atroces, inmorales e irreverentes”.

Así que cada vez tengo más claro que aquí se está utilizando a un par de titiriteros como "cabeza de turco" o "títeres" de algo mucho más feo y que precisamente, lo que al parecer los titiriteros venían a denunciar en su obra, se cumple a la perfección. Es algo alucinante, si lo pensáis bien.

Hace unos días leí un artículo de Lorenzo Silva titulado "Una sátira idiota". Más allá de que me descubrió la interesante figura del cómico Werner Finck, el articulista venía a decir que "unos titiriteros hacen el alarde de convertir en objeto de chanza, de un solo plumazo, el espanto causado por dos organizaciones de asesinos que cargan en su cuenta miles de muertes inocentes." No he visto la obra (que a este paso y por todo lo que ha generado me encantaría poder ver), pero por otras informaciones que he leído, creo que no iba precisamente de eso que señala Silva.

Y sobre todo, "me encanta" este párrafo de Silva: "Creen los titiriteros gozar (entre otras salvedades e impunidades de las que confían en beneficiarse por ser quienes son, pensar lo que piensan o estar a sueldo de las autoridades consistoriales) de la coartada que ofrece la sátira, que creen bula para mofarse de viudas, huérfanos y madres y padres que hubieron de sobrevivir a sus hijos. Piensan, tal vez, que son parte del noble gremio y la digna estirpe que contó entre los suyos a payasos tan valientes como Werner Finck. Se consideran, en tal calidad, autorizados a pisar por donde nadie más pisa, como si fueran de mejor condición que el resto. No se dan cuenta de que les falta algo indispensable. Lo mismo, por cierto, que le faltó a un concejal antes de ponerse a tuitear chistes del Holocausto: haber sufrido en sus carnes el horror del que osan reírse."

Insisto. No lo sé, pero creo que la obra no pretendía mofarse de viudas, huérfanos y madres y padres. Pero más allá de eso, me pregunto si Silva vio o ha visto la obra para poder opinar así.

Además, lo cierto es que yo creo que uno puede mofarse de lo que sea. Otra cosa es si su mofa es original, divertida, respetuosa o irreverente, hace escarnio de algo injusta o justamente, etc...
Pero aparte de eso ¿tiene alguien que haber sufrido algo para poder hacer mofa o burlase de ello? Por el mismo motivo ¿solo aquellos que pertenecen a un colectivo pueden hacer chistes sobre ese colectivo?  Cómo limitaría esto las posibilidades del humor, ¿no?

En fin... podría pensar que lo que ha escrito Silva es un artículo idiota, pero me limitaré a decir que es un artículo cuyo texto e ideas no comparto.

Lo que está claro es que al menos los titiriteros sí van a poder hablar con total autoridad de los horrores que están sufriendo ahora. No para Silva: "Saldrán en seguida, no corren peligro alguno. Tan sólo pagan por hacer una sátira idiota y desalmada y, como tal, superflua." 

Menos mal que no detienen por hacer artículos idiotas, desalmados y superfluos, porque estarían las cárceles abarrotadas. A mí ya me habrían detenido hace tiempo. Aunque bueno, no correríamos peligro, que saldríamos enseguida.

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