sábado, 25 de diciembre de 2021

CHICO, ERES UN HOMBRE RICO

 


Ayer por la noche vi ¡Qué bello es vivir! (1946), como suelo hacer cada Navidad desde hace unos años...  Y desde que empecé con este blog, lo que también suelo hacer es dejar unas líneas hablando sobre la película. De hecho, este blog se encuentra en un profundo letargo... y el único momento en el que entreabre un poco el ojo o se mueve mínimamente es después de que veo el clásico de Frank Capra.

Y llega un momento en el que no sabes qué más tienes que decir sobre esta película que no hayas dicho ya en entradas anteriores... Debajo de esta entrada tenéis un enlace a todas esas ocasiones en las que he hablado de esta película.

Sí. Desgraciadamente, uno podría hablar de la película planteándose cómo habría afectado el covid a los habitantes de Bedford Falls... Lo terrible que sería ver a los actores llevando máscarillas todo el tiempo... plantearse si habría vecinos que no querrían vacunarse y George tendría que convencerles aplicando la lógica y haciéndoles ver la solidaridad de esta última acción... Peeeeeeeeeeero... bastante mascarilla, distanciamiento social o certificado covid hemos tenido ya como para tener que trasladarlo al mundo de Bedford Falls. 

De hecho, en la película ya tienen suficientes problemas (muertes, viviendas insalubres, depresión económica, guerra...) como para que les digamos que además van a tener que tratar con una pandemia mundial.

Así que mientras me planteaba qué decir sobre esta película que no hubiera dicho anteriormente, me fijé en algo en lo que creo que no se hace suficiente hincapié al hablar de esta peli...  Las tentaciones de George... Y no, no me refiero a que se encuentre con Violet antes de ir a ver a Mary.

Estoy pensando más bien en su amigo Sam Wainwright... y en la oferta de trabajo que le hace Potter.  Sam Wainwright es el amigo de la infancia "triunfador" en los negocios (también porque es hijo de un empresario con mayor nivel adquisitivo que los Bailey; porque también hay "clases" en Bedford Falls). Pero Sam aprecia a George y no solo le ofrece la oportunidad de su vida (y en ese momento de la película en la llamada de teléfono, ya sabemos qué oportunidad es esa)... le anima a comprar acciones en su nueva empresa y le ofrece un puesto "por la puerta grande"... si no está aún atado a esa vieja empresa de empréstitos.  Por eso, cuando Sam aparece de nuevo, le comenta a su mujer "Jane, ofrecí a George unirse a mí en Ground Floor and Plastics y lo rechazó"


George también rechazará el ofrecimiento laboral de Potter, que lo único que pretende es eliminarle como competencia. Y así dirá tajantemente que no a un salario anual de 20.000 dólares en un contrato de tres años frente a los apenas 1.900 dólares anuales que gana trabajando en la empresa familiar. Ese NO, vendrá justo después de estrechar la mano de Potter... justo antes de haberle pedido 24 horas para pensar en su oferta. A menudo tenemos la impresión de que George no puede abandonar su trabajo por circunstancias "ajenas"  que le son impuestas...la muerte de su padre, el casamiento de su hermano... Pero con estos dos ejemplos podemos ver claramente que esto no es así. Es una decisión personal de George (aunque le pueda pesar). Sí. Es un sacrificio que hace por el bien de su comunidad. Porque George sabe qué ocurriría si la empresa de construcción y créditos desapareciera y todo quedara en manos de Potter.

Por otra parte, señalar que mientras que el señor Potter se apropia indebidamente de los 8.000 dólares que pierde el tío Billy (y que él sabe perfectamente que no le corresponden) poniendo en un apuro a toda la familia Bailey... cuando telegrafían a Sam Wainwright diciéndole que su amigo George necesita dinero... lo primero que hace es dar orden a su oficina de que le adelanten a George 25.000 dólares.

Y es que como dice Clarence, "ningún hombre es un fracaso si tiene amigos"... Y George tiene muchísimos amigos. Bastantes más que el señor Potter. Y por eso es por lo que es el hombre más rico de Bedford Falls.

 Si no habéis visto esta película, no sé a qué esperáis... Y poco más que añadir, excepto desearos a todos una

¡FELIZ NAVIDAD!


Otras entradas sobre "¡Qué bello es vivir!" en Safari Nocturno:












sábado, 2 de enero de 2021

EUSTACIA CUTLER

 Hace unos días vi un documental bastante interesante sobre Oliver Sacks.  Pero en realidad no voy a hablaros de Oliver Sacks... Viendo el documental aparecía Temple Grandin (a la que el doctor Sacks dedicó uno de sus relatos en "Un antropólogo en marte"; ahí fue donde la conocí). Hay publicados en castellano dos libros de Temple Grandin, "El lenguaje de los animales" de RBA y "Pensar con imágenes" de Alba (los tengo en casa, pero confieso que aún no me he puesto con ellos).


Oliver Sacks & Temple Grandin
Hay un telefilm biográfico del 2010 dirigido por Mick Jackson sobre ella que es también muy recomendable. Sí, como señalaría Tarantino (a quien no le gustan los biopics), cumple todos los esquemas argumentales de este tipo de películas,  pero la película está bien llevada y  los intérpretes son estupendos (no solo Claire Danes como Temple Grandin o Julia Ormond interpretando a su madre; también  Catherine O'Hara como la tía de Temple o David Strathairn como su profesor). La película entretiene,  y si no sabes quién es Temple Grandin y no has leído el libro de Sacks, te acerca adecuadamente a su persona.

                       



Aviso (spoiler para los que estén interesados en la película). Os pongo debajo un vídeo que es justo el final de la película.  Temple está dando consejos sobre cómo tratar a los niños autistas y por qué se comportan como le hacen. Una madre le pregunta "¿cuántos años tiene su hijo?" Ella responde que no tiene hijos (con la consiguiente desilusión de los padres presentes), para aclarar acto seguido que ella es autista (con el consiguiente asombro de los padres presentes).  Cuando le preguntan cómo se curó, ella dice que no está curada, que siempre será autista, pero que su madre se negó a que no tuviera una educación como el resto de los niños. La cara de  Julia Ormond como la madre que por fin se siente de alguna manera reconocida y valorada por su hija (tenéis que ver la película para entender esto) es lo que más me llega de esta escena. 



Y claro... cuando piensas lo que tuvo que pasar Eustacia Cutler, la madre de Temple Grandin... te llega más todavía. 
Una mujer que tuvo que enfrentarse tanto a su marido como a las autoridades médicas de la época que querían internar a su hija autista y olvidarse del asunto. Médicos que encima la "culpabilizaban" a ella como causante del autismo de su hija.

    
                                                       Eustacia Cutler y su hija Temple Grandin

Y para colmo, cuando su marido vio que no podía internar a Temple, decidió que igual era mejor internar a su esposa Eustacia, lo que conllevó un más que esperado divorcio. 

Eustacia escribió un libro sobre todo este tema, "A thorn in my pocket", que  no he leído (pero tengo intención de leer algún día) y creo que no han traducido por aquí.

Es curioso pensar en esta historia familiar en la que un padre decide que su hija autista no tiene por qué interferir en su vida y en cambio la madre hace todo lo posible para que su hija pueda relacionarse, recibir una educación e integrarse en la sociedad a pesar de su autismo.  Eustacia no solo logró esto por su hija. Con su comportamiento, fue una de esas personas que hizo por modificar y cambiar actitudes sobre el autismo.  Y claro, siempre se está hablando de Temple Grandin (con razón) y el biopic es sobre ella, pero no hago más que pensar que en la vida de Eustacia hay una historia tan interesante como la de su hija.

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