miércoles, 24 de noviembre de 2010

LA SILLA.

Cuando mi hija tendría unos... no sé... dos?, tres? cuatro  años?... la llevaba hasta dentro de la clase y después me marchaba. En la clase, los niños se sentaban en dos bancos alargados, colocados en forma de L, y cada vez que entrábamos en el aula, mi hija me hacía colocarle una sillita justo al final del banco, en la que se sentaba. La verdad es que yo no entendía por qué no se sentaba en uno de los bancos alargados con el resto de sus compañeros y estaba todas las mañanas pidiéndome una silla (que estaban algo más alejadas o desperdigadas por la clase) para sentarse sola. Así que después de unos días le dije que fuera a sentarse en uno de los bancos. Cuando fue hacia allí, uno de los niños le puso la mano tapándole el asiento. Reservaba con toda su inocencia el sitio a un compañero que él prefiriera. Mi hija comenzó a llorar cuando vio que no la dejaban sentarse y que yo encima no había querido proporcionarle su silla "de seguridad".  Lo que comprendí fue que ella ya habría experimentado anteriormente ese rechazo y por eso quería una silla que no le obligara a pasar por aquello cada día.
Por suerte, ese día no había salido corriendo por la puerta y al ver lo ocurrido fui hacia allí... La profesora se percató del asunto y antes de que yo pudiera estrangular y golpear a aquel niño con mis propias manos le recriminó que eso no se hacía, que los sitios eran de todos, que no se "guardaban", etc... (y sí... ya sé, ya sé...la violencia, y más hacia un menor no es algo que debamos fomentar... espero que aquí se entienda que se usa como un no muy conseguido recurso literario)
Después de consolar a mi hija, me marché. Pero aquello, no me digáis por qué, se me quedó grabado. De alguna manera fue una de esas cosas a las que asocié el funcionamiento del mundo y el comportamiento de las personas.

lunes, 22 de noviembre de 2010

IDEA PARA UN CORTOMETRAJE.

Ando dándole vueltas desde hace tiempo a una idea para un corto... pero no hay manera de que me ponga a escribirla. Lo cierto es que hace más tiempo todavía que no escribo nada aparte de las entradas de este blog (si es que a esto se le puede llamar escribir) así que dudo mucho que vaya a hacer algo con ella.

Supongo que podría desarrollarla a modo de cuento, pero el caso es que la veo más bien como un cortometraje y no quiero salirme de ahí. Ya sabéis, uno de esos cortometrajes pretenciosos y sin sentido en los que no se sabe muy bien por qué te cuentan una historia como la que te están endilgando.
Como está claro que  no voy a escribirla... os cuento un poco de qué va, por si alguno de vosotros quiere intentarlo.

El título provisional en el que había pensado era: "NO ESTÁS INVITADO."  y la cosa seguiría más o menos así...

Una madre acompañada de su rellenito hijo de unos 7-8 años de edad entra en un parque infantil cubierto de esos en los que durante los días lluviosos o en las fiestas de cumpleaños los padres arrastran a los niños... o al revés, no lo sé.
La madre entra en la sala infantil y el lugar esta vacío en lo que a chiquillería se refiere. Sólo están las cuatro monitoras-encargadas del local. Al niño no le importa que no haya otros niños, y comienza a jugar él sólo en el recinto. Se mete en la piscina de bolas, gatea por los túneles de plástico.  De repente, a la madre (que deducimos por la conversación con las encargadas del local que es habitual del centro) le suena el móvil. Debe marcharse inmediatamente. Habla con las cuidadoras y éstas le dicen que no hay problema, que se hacen cargo del niño si ella vuelve en una hora como dice... y que probablemente hasta más tarde no lleguen otros niños.
 Así que nuestro protagonista, al que llamaremos..uuummm...no sé, Inadaptado, por ejemplo... se queda sólo después de que su madre le da un beso y le dice que vuelve enseguida.
Y en el momento en el que sale la madre, otros niños, algo menores que nuestro Inadaptado (llamémosle Ina, para abreviar) y todos con uniforme azul o negro de colegio concertado entran en tropel, porque vienen al cumpleaños de... uuummm.. Jorgito. Y todos se quitan sus chaquetas y entran en la piscina de bolas.. Y se encuentran con nuestro Ina, y éste juega con ellos con esa facilidad con la que los niños pueden hacer amigos o enemigos en un santiamén. Y el tiempo pasa en dos-tres planos y vemos a todos jugando y pasándolo bien (al fondo veremos a algún niño o niña llorando porque otro le ha tirado una bola a la cara o le ha pegado y a otro gritando que cuándo dan los regalos) ... y entonces suena una voz por la sala diciendo que todos los niños del cumpleaños de Jorgito vayan a la mesa seis.
Y claro, Ina le pregunta a Jorgito si él puede ir, y Jorgito le dice que claro. Y así sale con ellos y se sienta en la mesa  con ellos. Pero las madres le miran raro...porque no viste como los demás... y es algo más grande. Así que cuando se preguntan entre ellas y llegan por fin a la madre de Jorgito que aclara que no conoce de nada a ese niño, una madre (o un padre, que me da lo mismo, pero creo que queda mejor que sea una mujer, no me preguntéis por qué... me imagino a los padres leyendo un periódico y haciendo caso omiso de la fiesta) en fin...sigo... una madre, tras hablar con una de las encargadas acerca de lo ocurrido le dice a nuestro Ina: "Lo siento, niño. Pero no estás invitado al cumpleaños de Jorgito." Y entonces, la encargada agarraría de la mano de Ina y lo sentaría en una silla al lado de ella. Nuestro Ina haría ademán de ir a la mesa otra vez cuando los otros niños le llamaran.. pero claro, no se lo permitirían las cuidadoras. Y las madres les dirían que no, que ese niño no es del cumpleaños. Pero Ina tampoco puede volver a la piscina de bolas. "Es mejor que esperemos aquí a tu mamá, que vendrá enseguida."
Y así es... Su mamá entraría en ese momento, sonreiría a las encargadas agradeciéndoles el favor realizado... Estas le dirán que no ha sido nada y que Inadaptado se ha portado muy bien... y tras salir madre e hijo por la puerta, acabaría nuestra historia.

domingo, 21 de noviembre de 2010

LOS VIVOS Y LOS MUERTOS.

¿Habéis comentado alguna vez el parecido entre las películas de El sexto sentido y Los otros?

Ya sabéis... lo de los fantasmas, esos finales tan de "sorpresa".

Hace tiempo que no las he vuelto a ver, pero si no recuerdo mal,  llegué a la conclusión de  que "Los otros" era una película menos tramposa que la de Shyamalan...
Aún así, os diré que prefiero muchísimo más la de "El sexto sentido" por motivos que son   más bien extracinematográficos.  Doy por supuesto que quien está leyendo esto ha visto ambos films, así que no descubro a nadie nada cuando hablo de ellas.

No prefiero la película de Amenábar por la sencilla razón de que al final los muertos se quedan a vivir en la casa y terminan echando de esta a sus  dueños legítimos, que son los vivos,  de los que además no sabemos nada. Lo siento... no tengo empatía con  muertos  como los de esa película,  que  parece que deben preocuparme más que los que vivos.

Los fantasmas de la película de Shyamalan en cambio me gustan más. Asustan, como debe hacer todo fantasma que se precie...Pero también les vemos desorientados... o con ganas de "arreglar" las cosas antes de "despedirse", como la niña envenenada, y...  al final,  el personaje de Bruce Willis. Aunque en realidad, por quienes nos preocupamos en "El sexto sentido" es por los vivos. Por la madre y el niño (una fantástica Toni Collette y un no menos fantástico Haley Joel Osment), por la mujer de Bruce Willis.

Y yo es que entre los muertos y los vivos, me quedo con los vivos.


Además, puede que el guión de la de "El sexto sentido" me parezca más tramposo, como os digo, pero tiene una escena que para mí es no sólo lo mejor de la pelicula, sino que me vale por toda la otra. Esa en la que el niño habla con su madre durante el atasco provocado por el accidente mortal de una ciclista.

Collage: In God We Trust, All Others Pay Cash

Les propongo un plan para esta tarde-noche:
Creo que tengo algo. Estoy desarrollando algo realmente original.Como escritor me gustaría que todos pensaran que soy tan rápido y listo como los personajes que escribo – no lo soy – y por eso no es difícil para mí entender por qué las personas son atraídas por las redes sociales. Quieren re-escribirse y pulirse antes de darle a la tecla de “enviar”.
pienso lo que copio y lo que no, discrimino
El problema de que no nos entendamos entre nosotros no es, creo yo, que hablemos idiomas distintos sino que no sabemos bien qué decirnos y cuando nos atrevemos a hablar de verdad, no a soltar palabras sin sentido porque sí, nos encontramos con que la otra persona ni sabe escucharnos ni tan siquiera quiere oír lo que le vamos a contar, por lo que, como se suele decir, no sólo no se puede sino que además es imposible...
Pululan por el mundo gran cantidad de expertos totalmente inútiles. Expertos en el impacto del graffiti en la cultura popular del siglo XXI y cosas así. De entre todos ellos, los más tontos y peligrosos son los expertos en Economía y Finanzas que no aciertan nunca si no es a toro pasado. Puedo asegurar desde ahora mismo que la cumbre del G-20 se cerrará con el único éxito seguro: la foto final de todos ellos muy sonrientes.
I find it ironic that audiences are so eager to be manipulated, and yet when a film makes the manipulation its text, instead of its subtext, it is criticized for being too didactic. Gente que tiene 8.000, 9.000 canciones en sus reproductores de mp3 o i-pods. Eso me parece un serio caso de comedores de lotos, dado que cada una de esas canciones ha sido elegida para provocarte una reacción emocional, para alejarte de la unión con tu alma, para “conectarte” con una experiencia emocional en masa. 
¡Esta entrada no es la que debiera estar aquí!¡Estoy que me subo por las paredes!
 Gracias a Kinezoe, Schulz en 999, Sorkin en Videodromo, Blue, Crowley, Mr. Lombreeze, Marcela y otros...

jueves, 18 de noviembre de 2010

CRÉDITOS: I KNOW WHERE I'M GOING.

A Josep, que de vez en cuando rescata créditos.



CRÉDITOS EN ESTE ENLACE.



Alguno dirá que no le gusta que le pongan un vídeo sin explicarle por qué se cuelga. ¿Hace falta explicar lo bueno que me parece este inicio?

En todo caso, lo que haría falta sería acompañarlo de subtítulos. Como no he encontrado un vídeo que los tenga, espero que os sirva esta aproximada y apresurada traducción.

Sé dónde voy.

-Narrador:  Cuando Joan sólo tenía un año de edad ya sabía a dónde se dirigía. ¿A la derecha, a la izquierda? No. Toda recta.

Con cinco años, ella escribía: "Querido Papá Noel: No quiero una muñeca y no quiero una gran pelota roja. Lo que quiero son un par de medias de seda. Y quiero decir de seda, no sintéticas."



Cumplió los 12 antes de que conseguir  su primer par de medias... y fueron sintéticas. ¿Veis? Todas las otras chicas están esperando para coger el autobús... y esperando. Mirádla a ella. Directa al carro del lechero. ¿Va a llevarla? Sí.


Con 18, es una chica trabajadora y todavía sabe qué es lo que quiere. Un chico quiere llevarla al cine, dos veces a la semana, si ella le deja. Ella preferiría tener una cena en el mejor hotel de la ciudad, incluso aunque la llevara una vez al mes. Ahí está... Esa larga y delgada muchacha. ¿La llevará? Sí, lo hará.

AÑADIDO: Lo que más me gustó de esta película de Powell y Pressburger fueron estos maravillosos créditos...pero el resto no está nada mal tampoco. 

sábado, 13 de noviembre de 2010

EL SEÑOR CHAPLIN SE ESCRIBE SUS PROPIOS GUIONES...

De verdad que una cosa que acaba por cansarme de todos los blogs que sigo es que algunas veces termino por leer cinco veces una reseña sobre una misma película, que para colmo a veces ni me interesa...sí, fidelidad bloguera... de la que por suerte no sólo me estoy curando, sino de la que tengo que empezar a pasar por falta de tiempo.

Así que cuando se muere alguien importante o querido por gente de blogs vecinos, es lógico que todos quieran/queramos hacerle nuestro particular homenaje. Y bueno, hoy se ha muerto Berlanga....

Y he aquí mi particular homenaje al director de cine español de los que conozco con la filmografía en conjunto que más me gusta (si considero a Buñuel  franco-mexicano) .

Berlanga escribió hace mucho un guión pensando en que lo interpretara Chaplin. No recuerdo de qué iba... Chaplin debía interpretar a un trabajador parecido al de Tiempos Modernos y no recuerdo si había una central nuclear y su personaje era aislado porque quedaba contaminado por la radiación.  En fin... Después de escribirlo, Berlanga, ni corto ni perezoso mandó el guión a Charles Chaplin para ver si este estaba interesado.
Si la memoria no me engaña (esto de no tener las fuentes a mano, ya podéis perdonar) debió recibir un telegrama o una llamada de la secretaria personal de Chaplin diciéndole: "Muchas gracias por su guión, pero el señor Chaplin se escribe sus propios guiones." 

Hace muchos años, pero bastantes menos que esos en los que Berlanga se carteó con Chaplin, dos tipos escribieron un guión de cierto aire berlanguiano (no era ni tan bueno, ni tan lúcido como los suyos), y no me digan por qué, pero recibió un premio, así que animados por ello, los tipos, ni cortos ni perezosos, se lo mandaron a Berlanga... y lo que uno de ellos pudo escuchar fue cómo una secretaria les respondía: "Gracias, pero el señor Berlanga se escribe sus propios guiones."

jueves, 11 de noviembre de 2010

¿SÓLO EL DINERO HACE QUE EL MUNDO GIRE?

Hace ya más de una década, un amigo y yo presentamos un proyecto a una productora de televisión. Era bastante ambicioso... Ni más ni menos que una serie sobre la Historia del cine de animación. Desde sus inicios, hablando de genios como Winsor Mc Cay, pasando por los cortos de Disney,  la Warner, la Metro, la animación en Europa, en Japón...
Si no recuerdo mal el proyecto se presupuestó en unos diez millones de pesetas (unos 60.000 euros) por episodio... y eran unos 14. La cosa interesaba porque las productoras sabían que eso se podía vender no sólo a nivel autonómico, sino internacional. Pero hacían falta subvenciones para moverlo... no se consiguieron y todo acabó en el olvido (del que lo rescato medianamente con este post).

Recuerdo que mientras se presupuestaban los episodios, la productora comentó que todo lo que íbamos a ahorrar en el coste de los episodios de animación europea, del cine silente y demás, se iba a ir con los episodios de Disney y Warner, porque ellos pedían un millón de pesetas por minuto de animación (6000 euros por si esto lo lee algún joven lector).
Yo no lo entendía porque acababa de ver en algún informativo una noticia de casi cinco minutos llenos de imágenes de películas hablando de no sé qué aniversario de Disney y en mi ignorancia pregunté si habían pagado por emitir esas imágenes. Uno de los de la productora en la que estaba el proyecto me explicó que esas eran imágenes informativas y que era distinto.
De todas formas, cuando insistí en que no entendía por qué las productoras pedían tanto, él zanjó el tema de la siguiente forma.

- Tú quieres ganar dinero con esto, ¿no?

Titubeé un segundo.

- Sí, claro.

- Pues ellos también.

Lo que no le dije y me guardé dentro es que yo no sólo quería ganar dinero. Yo quería aprender, ver montones de películas y cortos de animación, estudiarlos, conocer las vidas de los artistas y creadores que había detrás de ellos... y aunque pueda parecer ridículo, el dinero no era mi motivación principal ( en realidad eran la fama y las chicas (¡ah, no! que entonces ya tenía una).

AÑADIDO: Mi amigo, al igual que yo, también quería ganar dinero. Pero a él tampoco le movía sólo eso, ni le sigue moviendo...   A diferencia de mí, él  al menos hace que otros aprendan y conozcan obras y autores que merecen la pena (aunque a veces eso no le haga ganar dinero, sino hasta perderlo).

lunes, 8 de noviembre de 2010

PENSAMIENTOS ENCADENADOS.

Ayer leí en un periódico el siguiente titular: "Tuve que decidir si se volaba a la cúpula de ETA. Dije no. Y no sé si hice lo correcto." Se me quitaron las ganas de leer el periódico. En realidad siempre tengo pocas ganas de leer el periódico el día que lo compro. Un par de días después lo leo más a gusto.
De todas formas, no entiendo cómo un ex-presidente puede soltar ese tipo de cosas en una entrevista. Si no sabe si hizo lo correcto, ya se lo puedo decir yo desde aquí. Absolutamente.  Lo que me parece incorrecto es comentar algo como eso de esa forma.
Volar a la cúpula de ETA por medios ilegales hubiera sido un acto terrorista que, francamente, a pesar de que todos sabemos que todos los estados tienen sus trapos sucios, habría hecho muy poco por distinguir a unos de otros (desde mi punto de vista, aclaro... no generalizo, y aquí otros podréis disentir).  Además, la muerte de los integrantes de esa cúpula es más que probable que hubiera actuado en el sentido contrario del que se pretendía. Nuevos mártires por la patria vasca y más motivos para que gente se uniera a la "lucha".  De verdad que no entiendo qué sentido tiene soltar estas cosas después de tantos años.

Mitterand autorizó en 1983 el sabotaje de las acciones del Rainbow Warrior de  Greenpeace en su campaña contra los ensayos nucleares franceses en la Polinesia. Hundieron el barco, y Fernando Pereira,  fotógrafo de la organización que se encontraba a bordo falleció.
No sé por qué, pero no me imagino al ex-presidente francés diciendo cosas como " Tuve que decidir si volar el Rainbow Warrior y dije que sí.", etc...

Después cogí el suplemento y me encontré con esta frase publicitaria para anunciar la venta de un libro  de un conocido escritor: "Hay libros que se leen una vez y son buenos. Los hay que se leen varias veces y son muy buenos. Pero algunos te acompañan toda la vida. Ésos son los mejores." Qué bonito, ¿no?
No me lo pareció. No voy a empezar a despotricar en este post contra la publicidad, que es capaz de usar y saquear de donde haga falta, y al contrario de lo que se hace en la red (aunque no siempre), ni se molesta en citar fuentes...pero bueno, os diré de dónde me parece que sacó el ingenioso creatino publicitario su texto.

"Hay hombres que luchan un día, y son buenos. Hay otros que luchan un año, y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son mejores. Pero hay los que que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles." Beltort Brecht

Recordaba esa cita porque era la que introducía una historia del autor Dick Matena en su álbum Mitos..  Ayer pensaba haceros una pequeña reseña sobre este más que interesante cómic  (que mucho me temo que sólo lo encontraréis de saldo, pues es de 1988)... pero mientras buscaba imágenes para ilustrar la entrada, di con una reseña que me pareció más que adecuada y me evitaba el trabajo. La podéis encontrar en este enlace (eso sí, para mí la historia de Alfred Hitchcock no flojea, y es tan buena como las del resto del álbum).


Como no es cuestión de recomendaros un tebeo  que tal vez no podáis encontrar, me he permitido la libertad de traeros la historia que introducía la cita de Bretch. Es sobre John Lennon, y es la única que he encontrado completa en la red (no busquéis motivos extraños).

El texto está en inglés (sorry), pero la historia me parece que se entiende perfectamente. Y si no, siempre podéis mirar los dibujos. Unos dibujos que a mí me encantan, de un autor con escasa obra publicada. Jamás entendí la historieta serializada de ciencia-ficción que publicó en Ilustración + Comix Internacional (no la publicaron en álbum) y no adquirí el de Miguitas en su día (algún día).

Pinchando en las imágenes, se amplían.













 Añadido: Aprovecho también para deciros que hoy he empezado a trabajar... y que es probable que no pueda visitaros tan a menudo como suelo hacerlo.

jueves, 4 de noviembre de 2010

14 AÑOS ESPERANDO A ROBERT DOISNEAU

En 1996, durante alguno de los días entre el  7  de marzo y el 25 de abril de 1996 pude ver  una exhibición de fotografías de Robert Doisneau (a la derecha, fotografiado por su colega Henri Cartier-Bresson; otro que por cierto también tiene biografía de  Pierre Assouline). La exposición estaba patrocinada por la fundación de una caja que no merece la pena nombrar.


En aquella ocasión sólo pude coger el folleto de la muestra. Un tríptico con el típico texto biográfico y algunas fotografías del artista. Pocas, la verdad.

En el folleto me decían  que "Doisneau (Gentilly,1912- Paris 1994) es uno de los grandes fotógrafos de este siglo y su trabajo, ampliamente publicado y expuesto, ha merecido tanto el reconocimiento de los expertos como el aplauso del gran público." Y seguía con algunos apuntes biográficos de su vida.
Quise comprarme el catálogo de la exhibición, pero supongo que rondaría lo que ahora serían unos 30 euros, y  pasé. Eso sí...Me quedé con el folleto como recuerdo. Algunas veces lo encontraba metido entre las hojas del algún libro y lo miraba otra vez, con pena por no haber cogido aquel catálogo (me hacen gracia aquellas personas que no se arrepienten de nada en su vida).
Pero ¿quién me iba a decir que me encontraría el catálogo en perfecto estado mientras trabajaba en la papelera? Ah!

Os dejo con algunas de las  fotos que aparecen  en el catálogo. Otro día colgaré algunas más. De todas formas, es curioso... las fotografías del libro tienen un tono más oscuro, apagado, que algunas que he encontrado en internet, como esta que os repito  de Les enfants de la place Hebert, de 1957.  Es la foto de portada del catálogo, y es mucho más oscura...  y además aquí, en las dos versiones que os traigo, está cortada. En una por la izquierda y en la otra por la derecha.  ¿Por  qué qué no colgarán las fotos respetando la imagen original?

Por cierto... No me digáis en los comentarios que la famosa foto del beso estaba preparada. A mí me gusta. Es más, me encantaría que mi chica o mi hijos  prepararan unos cuantos besos a lo largo del día que tener que esperar a que les surja dármelos de forma espontánea. A ese paso, os aseguro que no habría foto.



Voyageurs san bagage, 1942

La voiture fondue, 1944
"Au Bon Coin", 1945

L'innocent, 1949
Le vélo de Tati, 1949
Le baiser de l'Hôtel de Ville, 1950

Les petits pains de Picasso, 1952
L'enfer, 1952
Le nez au carreau, 1953



















Le manège de Monsieur Barré, 1955



miércoles, 3 de noviembre de 2010

EL ARTISTA INTERIOR

El huésped de aquel hostal barato miró a través de la ventana.  La lluvia caía de tal modo que se sorprendió al ver a un viejo tocando lo que parecía una flauta, aunque él desde allí no podía oír nada excepto el fuerte sonido del agua golpeando contra el cristal. Quizás el viejo había sido un famoso músico que en estos duros años se veía obligado a tocar en las calles, pensó.

Sonaba una vieja canción popular. El músico estaba asombrado  y agradecido por los continuos y entusiásticos aplausos que el público le ofrecía por su interpretación.

El huésped no lo entendía. El viejo ya no tocaba, ahora estaba haciendo reverencias. Pero no había nadie más allí aparte de él.

El músico comenzó a interpretar de nuevo con una renovada pasión. Jamás había sonado mejor la suite en mi menor número 1, para dos flautas y cuerda de Telemann, ni había
tenido semejante intérprete tan distinguido público. Los aplausos aumentaron hasta tal extremo, que el músico apenas podía escucharse y se vio obligado a cesar su actuación. Guardó su instrumento y salió del escenario ante la continua lluvia de aplausos.

El viejo se dirigió al mismo hostal barato que ocupaba el huésped. Éste, al verlo entrar, salió de su habitación, bajó las escaleras y se reunió en la pequeña sala de recepción con el viejo, que se encontraba totalmente empapado.

-Perdone...

El viejo miró al huésped.

-Le he visto tocando la flauta desde mi ventana durante un buen rato, pero no podía oír la música. ¿Le importaría tocar algo para mí, por favor? - preguntó el huésped, al tiempo que le enseñaba unas monedas.

-Estoy muy cansado. Quizás en otro momento.

Fuera, había dejado de llover. El viejo entró en la habitación que ocuparía aquella única noche. Abrió su maleta, sacó de ésta un palo tallado y se lo llevó a los labios.

La música empezó a sonar de nuevo. Ya no había aplausos, pero los ronquidos del huésped eran un buen acompañamiento rítmico. El músico improvisó una pieza de jazz.

lunes, 1 de noviembre de 2010

HERGÉ

HERGÉ
Pierre Assouline
Destino
Después de hacerse famoso con una biografía de Simenon, estaba claro que Pierre Assouline lo tenía difícil para repetir el golpe. Cuando has contado los hechos y obras del gran patriarca de las letras nacionales, sólo te queda dirigir tu mirada hacia otro icono cultural de la misma categoría. Quizás fuera este pensamiento el que animó al autor a emprender la tarea de indagar en la historia del otro gran belga universal, y no estoy hablando de Eddy Merckx precisamente.
Todos los tintinófilos (la legión completa) tendremos que agradecérselo eternamente, porque esta biografía de Hergé que Assouline publicó en 1996 y que Destino ha traducido al español a finales del año pasado se revela desde la primera página como definitiva, como la biografía de Hergé que servirá de punto de referencia para siempre. El autor no sólo ha contado con el beneficio de los miles de trabajos que le han precedido, sino que ha podido consultar libremente los archivos secretos del historietista, accediendo a informaciones y declaraciones que hasta ahora habían permanecido ignoradas, como es el caso de las transcripciones completas originales de las famosas cintas que Numa Sadoul grabó en 1971 y que, severamente corregidas por el padre de Tintín, acabarían publicándose en el libro Entretiens avec Hergé. Esta biografía no es una biografía dictada por la celosa Fundación Hergé, sino animada por una Fundación Hergé que “me ofreció su ayuda sin reservas ni contrapartidas. Como si sus responsables hubieran estimado que había llegado el momento de extirpar el tumor, de no dejar planear la duda sobre un período oscuro de su vida, y de disipar el malentendido de otra parte de su obra. A lo largo de mi investigación no me negaron su apoyo en ningún momento. Estaban convencidos de que la exposición rigurosa y la revelación más neutra posible de las famosas “verdades que es mejor no divulgar” eran preferibles a la insinuación, la alusión y la sospecha permanente” (pág. 12). La obra reúne, pues, la profundidad documental y la voluntad reveladora, dos herramientas decisivas cuando quien las maneja posee el talento y la experiencia de Assouline.

Pero si para los tintinófilos carecer de este Hergé debería ser equivalente a carecer de La oreja rota, para cualquier aficionado a la historieta se trata de un libro necesario, ya que plantea un apasionante viaje a través no sólo de la vida y obra de uno de los tres grandes fundadores del tebeo comercial moderno en el mundo (junto a Osamu Tezuka en Japón y Jack Kirby en América), sino también a lo largo de cinco décadas del cómic europeo. A menudo, Hergé es simplemente una atalaya desde la que contemplamos el nacimiento de las viñetas en los albores del siglo, el desarrollo de los suplementos juveniles de prensa en entreguerras, el despliegue del gran cómic franco-belga de posguerra, el duelo de los semanarios que dieron albergue a tantos genios de la historieta europea (y que tanto influyeron en nuestros tebeos bien directamente, bien indirectamente mediante las publicaciones de Bruguera), el cambio de guardia traído por Pilote...


Por supuesto, eso es sólo uno de los argumentos que se desarrollan sobre una pantalla que retrata con enérgica claridad el marco político y social en el que se desarrolla la vida de la comunidad de historietistas. Así, en Hergé viajamos de lo particular a lo gremial, de lo gremial a lo nacional, y de lo nacional a lo universal en trayectos continuos de ida y vuelta, haciendo paradas que no se deben a un cambio de perspectiva, sino al seguimiento de los hilos conductores que unen el tablero de dibujo de Hergé con el traumático final del colonialismo europeo, el ascenso del fascismo, el gran conflicto global o los rencores con los que se reconstruye un país liberado. Resulta así obvio que la presente descomposición de las ideologías se puede detectar incluso en detalles tan aparentemente nimios como la falta de relación de nuestros actuales autores con su entorno, completamente encerrados en un ombliguismo devorador que se sitúa en las antípodas de la relación continua de retroalimentación existente entre Hergé, autor de tebeos juveniles al fin y al cabo, y sus circunstancias privadas e históricas. Mientras que Tintín está en la mitad de las corrientes de su época, nuestro cómic actual parece haberse apeado de ese viaje.

Por supuesto, establecer estas relaciones sólo está al alcance de un investigador ajeno al mundo del cómic, y por tanto a las miserias, insuficiencias, torpezas y limitaciones de los que pasan por críticos o entendidos en este mundillo. Es en ocasiones como ésta en las que más dolorosamente obvia se hace la distancia que separa la risible aportación teórica que ha producido la historieta en su ya larga existencia de la que han producido otros medios. Si es menor el número de grandes obras dejadas por el cómic en comparación con las dejadas por el cine o la literatura, al entrar en el terreno de las obras sobre es cuando resulta escandalosamente obvio que hablar de tebeos es, aún y antes que nada, hablar de entretenimiento infantil y basura comercial. Precisamente es sólo Hergé quien parece capaz de inspirar algo más, pero siempre a investigadores y proyectos nacidos fuera de la comunidad viñetera.



 Esa proliferación de exégesis tintinescas no arredra a Assouline (al contrario, le beneficia al darle abundante materia prima de trabajo), que divide la vida de Hergé en tres grandes bloques. El primero, Certidumbres, abarca desde el nacimiento de Georges Remi en Bruselas el 22 de mayo de 1907 hasta su “edad de oro”, en 1944. Un tabú pesaría sobre el futuro Hergé desde antes de su nacimiento: la identidad del abuelo paterno. Su abuela, Marie Dewigne, fue madre soltera de dos gemelos, Alexis (el padre de Hergé) y Léon, que adoptarían el apellido Remi al casarse Marie con Philippe, un tipógrafo. Marie había servido de doncella con la condesa Hélène Errembault de Dudzede, y a menudo se atribuye orígenes reales (Leopoldo II) o aristocráticos (el conde Gaston) a los vástagos de Marie. En todo caso, será uno de los grandes silencios que pesarán sobre la vida de Georges y que contribuirán, quizás, a producir en él esa inhibición de la que no se librará jamás y que tantas amarguras acabará provocándole. Asistimos aquí a su orientación hacia grupos conservadores de manera casi involuntaria, a partir de su ingreso infantil en los scouts, que será el ingreso en una cadena que le llevará a un periódico de catolicismo militante, Le Vingtième Siècle, de fácil antisemitismo y donde “uno puede eventualmente perderse una información de política extranjera, equivocarse al montar las columnas, o dejar pasar alguna falta de ortografía o un gazapo. Pero no se consiente el publicar algo relativo a los hábitos, usos y costumbres que hayan sido condenados por los obispos” (pág. 27). Allí recibirá la primera influencia de su vida, una de las más duraderas (no renegará jamás de ella) e intensas, la del abate Norbert Wallez, al que se podría calificar benévolamente de fascistoide. También llegan entonces las primeras influencias artísticas decisivas, a través de los periódicos que remite Léon Degrelle (enviado especial del Vingtième Siécle) desde México, donde el joven Georges se empapa de americanos como Herriman, Dirks, y muy especialmente, el George McManus de Bringing Up Father. Es en esta época cuando nace Tintín, cuyas dos primeras páginas se publican el 10 de enero de 1929 en Le Petit Vingtième, el suplemento infantil de Le Vingtième Siécle. El éxito de Tintín, cuyo modelo real más aproximado sería el famoso periodista belga Albert Londres, es instantáneo. Los años siguientes, a la par que en Bélgica aumenta la propaganda pro-nazi (a la que no es ajena Le Vingtiéme Siécle), Hergé, “en armonía con las ideas desarrolladas en su entorno” (pág. 52) sigue produciendo nuevos álbumes, se casa con Germaine Kieckens en un matrimonio predestinado al fracaso (“Nos casamos por causa del abate, porque nuestras dos vidas se correspondían. Pero nunca sentí un amor loco por Georges. No era de mi estilo” pág. 57), establece contacto con Casterman (1934) y recibe la segunda gran influencia de su vida, la de su gran amigo Tchang Tchong Jen de la que saldrá su primera gran obra, El Loto Azul. Al mismo tiempo que crece el Hergé artista, brilla más intensa la estrella del totalitarismo en Europa, proyectada en Bélgica en el partido católico reaccionario Rex de Degrelle. Hergé desea pasarse al Pays réel, el periódico rexista, pero su intrínseca tibieza le impide tomar ninguna decisión. La ocupación alemana divide el país en 1940. Éste es uno de los momentos clave en la trayectoria de Hergé, que dirigirá Le Soir-Jeunesse, suplemento juvenil de Le Soir, periódico “robado”, que es la calificación que la Resistencia aplica a la prensa que sigue publicándose bajo control nazi. Hergé no le da ningún significado político a su postura: “Me dedicaba a trabajar, eso es todo. Como trabajaba un minero, un cobrador de tranvía o un panadero. Pero mientras que se veía normal que un maquinista hiciera mover un tren, los hombres de la prensa eran tachados de traidores” (pág. 127). ¿Y cómo va a sacrificar su carrera Hergé cuando está en pleno apogeo? El trabajo se le acumula; además de Tintín (El cangrejo de las pinzas de oro, La estrella misteriosa, El secreto del Unicornio), le llueven los encargos publicitarios, de ilustración y de diseño, y emprende entonces la adaptación de sus viejos álbumes al formato de 62 páginas a color. Para hacer frente a los compromisos, contrata a su primera ayudante, Alice Devos, pero necesita algo más. En 1942 tiene otro de los encuentros decisivos de su vida, con Edgar P. Jacobs, tres años mayor que él.

El segundo bloque, Soledad, cubre desde la Liberación, en 1944, hasta el final de su penitencia por colaboracionista, en 1950. Al igual que a muchos de sus amigos y colaboradores, a Hergé le esperan años de oprobio y persecución, marcado con la infame señal del traidor. Son años no sólo de vergüenza, sino de temor por la vida. Las purgas aplican cadenas perpetuas e incluso penas de muerte a muchos de los camaradas de Georges Remi, que se ve obligado a retirarse de la actividad y cae en un estado de infelicidad del que ya no logrará desasirse durante el resto de sus días. Al rescate del dibujante acuden los jóvenes Raymond Leblanc y Pierre Ugeux, que le restituyen a la vida pública gracias a sus intachables credenciales en la Resistencia y a su interés por utilizarle como mascarón de proa de una nueva revista, el semanario Tintín, que aparecerá el 26 de septiembre de 1946. Así se inicia una dura competencia con las revistas de la época, como Coeurs Vaillants, Vaillant, y muy especialmente Spirou, donde, además de las aventuras del osado botones, también se publican series como Lucky Luke o Buck Danny. La difícil coexistencia entre Hergé y Jacobs llega a su fin en 1947. Hergé necesita que el padre de Blake y Mortimer le dedique todo su tiempo. Jacobs se lo piensa y acepta con una condición: firmar los álbumes de Tintín a medias. Hergé se niega. 1948 ve el lanzamiento de la edición francesa de Tintín, editada por ediciones Lombard y el joven Georges Dargaud, asociados al 50%. Al mismo tiempo, su distanciamiento de Germaine es cada vez más irremediable. A un amigo le confiará:
- Si tuviera el valor para hacerlo, debería cambiar todo...
- ¿Todo, qué?
- Pues todo. Todo... Mi trabajo, mis amigos, mi forma de enfrentarme a las cosas en general... (pág. 225).
          En el tercer segmento, Plenitud, vemos a Hergé convertido ya en una leyenda universal. El punto de arranque de esta etapa es el establecimiento de los Studios Hergé en 1950, estudios donde los dos pilares básicos serán Bob de Moor y Jacques Martin. “Bob de Moor sabrá que es su colaborador más próximo el día que comparando dos dibujos idénticos de locomotoras con Tintín como único personaje, Hergé se declarará incapaz de distinguir el suyo del de Bob de Moor” (pág. 243). Será precisamente en los Studios donde cambiará su vida, pues gracias a ellos conocerá a Fanny Vlamynck, una espectacular colorista de 21 años contratada en 1956 con la que tardará apenas cinco meses en iniciar relaciones. Mientras la transformación de Hergé en mito cultural se confirma con la aparición del primer libro sobre su obra (Le Monde de Tintin, de Pol de Vandromme, 1959), la vida de Georges Remi es un infierno de mentiras. Durante tres años vive con Fanny sin abandonar a Germaine. La presión acumulada sale a flote en esa metáfora psicológica que es Tintín en el Tíbet (1958), donde se enfrenta a la dolorosa pureza del blanco para purificar su propia alma. Cuando en 1960 se publica el álbum, Hergé se separa de Germaine para irse a vivir con Fanny.
            A partir de ahí, y hasta el resto de su vida, sólo le queda recibir, en un proceso paralelo al vivido por Hitchcock, el reconocimiento de la progresía intelectual, que ve en él a un artista donde antes sólo había un artesano, y que saluda con albricias la aparición de la filigrana conceptual de Las joyas de la Castafiore (1963). Pero Hergé ya no da para más. Los nuevos tiempos pertenecen al arrollador Asterix, y sus espaciadas y desangeladas réplicas (Vuelo 714 para Sidney, Tintín y los pícaros) son un deslucido broche para una obra tan monumental. En olor de santidad casi, lamentando no haber podido ser un pintor importante como sus admirados Hockney, Noland, Rauschenberg o Warhol, reconfortado por su reencuentro con Tchang en 1981, 47 años después de su despedida, frustrado por sus infructuosos contactos con Spielberg, Hergé muere en 1983 dejando el legado de una vida y una obra cuya influencia y magnitud parecen agigantarse cada año que pasa.
            Consideren este resumen únicamente el fugaz trailer de la apasionante historia que es su biografía.

Texto de Santiago García (Mandorla), publicado en la revista "U el hijo de Urich" nº9  (marzo 1998)  bajo el nombre de Trajano Bermúdez.    Le agradezco desde aquí que me haya  permitido rescatarlo y espero que lo disfrutéis.

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