viernes, 20 de mayo de 2011

BLIND TOM: Una introducción




Oscuridad. Y cuando empieza a verse algo, sólo  espaldas negras con la costra de los latigazos recibidos. Y pieles sudorosas, ojos aterrorizados,  llantos y quejidos, ruido de cadenas, humo... Y las voces del vendedor.

Y venden a Domingo y a Charity. Y con el lote, viene Thomas, el hijo de la pareja. No tiene coste adicional. Es ciego e idiota.  Los compra el "general"  James Nail Bethune, y como es costumbre en aquella época es rebautizado con el apellido de su propietario: Thomas Wiggins Bethune.

Los padres trabajan en la plantación mientras el niño es usado casi como un muñeco por los hijos del general,  un perro más con el que juega la familia, aunque a veces se queda  más embobado de lo que es cuando las hijas del general practican sus lecciones de piano.
Una noche de tormenta, la música del piano suena por la mansión. El general se despierta molesto, y con un candelabro baja las escaleras para ver cuál de sus hijas ha tenido semejante ocurrencia, pero al llegar al salón descubre asombrado que es Thomas, el niño negro idiota, quien está tocando el piano.
AÑADIDO: A veces no entiendo cómo pueden estar haciendo bodrio tras bodrio en Hollywood o volviendo a reciclar viejas series televisivas ya agotadas con historias como la de Blind Tom.  Ingredientes: La anomalía, la genialidad, la música, la guerra civil,  el éxito, los viajes por Europa, el espectáculo (los duelos con los músicos), Mark Twain, las peleas y juicios por la posesión del músico.
 
Enlaces recomendados:  Estesu propia página  (esta no sabía que existía hasta hoy),
la página por la que le conocí hace ya unos años  (y en la que os recomendaría pasear por los nombres que hay en la columna de la izquierda) y  otra más, esta  en castellano , que acabo de encontrar,  y en la que han trabajado más de lo que yo lo hecho aquí, además de deciros hasta qué pieza tocaba el niño aquella noche (una de Mozart).

jueves, 19 de mayo de 2011

SOLIDARIDAD: Una anécdota estudiantil.

Hace ya unos cuantos años,  una mañana en la que los estudiantes se dirigían hacia la universidad se encontraron con que había una huelga de transporte público... De autobuses, en realidad, porque el metro funcionaba.

Ese día, si por ejemplo a la clase tenían que haber asistido... qué sé yo... unas 100 personas...pues sólo pudieron ir unas 30 ó 40 (las que tenían vehículo propio, o las que  venían en autobuses de otras ciudades). El caso es que, algunos de los que habían podido ir aquel día, en solidaridad con los compañeros que no habían asistido, expusieron que había que votar para que no hubiera clase el tiempo que durara la huelga... a fin de no perjudicar a los compañeros que no podían asistir, claro está. Se habló con el profesorado y algunos de estos dijeron que les parecía bien la propuesta, pero otros dijeron que iban a seguir dando clase con tal de que se presentara una persona.


Después de escuchar esto, se votó. Y ganó la opción según la cual nadie debía asistir a clase, para que los profesores no corrieran materia.

A los que venían de otras ciudades o pueblos, no les hizo mucha gracia aquella votación. Habían usado los servicios minimos de autobuses, y los que entraban en el turno de tarde, por ejemplo, llevaban esperando desde las tantas de la mañana en la universidad para poder asistir a clase.

Al día siguiente, otros alumnos a los que el primer día la huelga les había pillado de imprevisto, se agenciaron otros medios para ir a la universidad (coches de amigos, familiares...). Conozco a alguien que incluso fue en metro hasta allí.  El metro te deja como a unos 40 minutos de la universidad, y tienes que andar bastante...pero cuando supo que los autobuses no iban, pensó que un largo paseo no era excusa para perder clase.
Es decir... Todos los que vivían en la ciudad (la mayor parte de los que faltaron el día de la votación), podían asistir a la universidad si cogían el metro.  Sí. Fastidias a la gente de los autobuses en su huelga. Pero os recuerdo que la votación de los alumnos no era en solidaridad con los conductores de autobús, sino con los compañeros que no iban a poder venir a clase por la huelga de autobuses.

Podríamos debatir si esa votación de urgencia había sido representativa o no del conjunto de la clase (muchos no pudieron ir el día que se votó; otros habíamos decidido no ir desde el primer día de clase, así que nos dio lo mismo) y si era realmente razonable. Por suerte, la huelga duró dos días, pero imaginad si la cosa llega a durar un mes.

Pero lo que me interesa es hablaros de otra cosa. Una de las personas que estaba el día que se votó, no participó de la votación, pero dijo que pensaba asistir al día siguiente. No voy a deciros que casi linchan a este conocido...pero claro,  fue el garbanzo negro, el "insolidario".  Un insolidario que se había ofrecido a llevar en su coche a aquellas personas que no pudieran subir (y propuso que esto es lo que debían hacer los que habían subido aquel día con sus coches), y que también ofreció sus apuntes con lo que se había dado en clase los días de huelga a aquellos que faltaron.

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...