martes, 19 de agosto de 2014

ESTA ENTRADA ES GRATUITA (0 euros)

Es evidente que Andy tenía una extraña obsesión por el dinero. A lo largo de los Diarios registra minuciosamente todos sus gastos; o sus gastos no inconfesables, por lo menos. Al principio, ver los precios de las cosas entre paréntesis resulta un poco raro - en la página 1: "llamada telefónica para preguntar unas señas (teléfono: diez centavos)" -, pero uno se acostumbra pronto a ello. Las pastillas de jabón que usaba Andy valían seis dólares, y el chaleco antibalas le costó doscientos setenta. "Me dijo que Matt no se hablaba con ella (cena: seiscientos dólares, propina incluida)" "Bebimos y hablamos y miramos por la ventana (ciento ochenta dólares)".  El dinero tiene la mala costumbre de hacer que la gente parezca desequilibrada. Andy paga la cena de Grace Jones a pesar de que ella saca un fajo de billetes de cien dólares. Y, por otra parte: "Fui a la iglesia, y mientras estaba arrodillado pidiéndole a Dios que me hiciera rico, una mendiga me pidió limosna. Primero me dijo si podía darle cinco dólares, y luego subió a diez. Se parecía mucho a Viva. Le di cinco centavos." Claro que la cosa habría podido ser peor. Andy habría podido decir: "le di cinco centavos (cinco centavos)."

Extraído de "La guerra contra el cliché. Escritos sobre literatura" de Martin Amis. Traducción de Francesc Roca.

jueves, 7 de agosto de 2014

VA DE FOTOS VIII

Esta vez no jugamos con los pies de fotos (pero vosotros sí podéis hacerlo en los comentarios).

John Ford y Victor McLaglen.


John Ford y Frank Sinatra en el funeral de Spencer Tracy.


Marlene Dietrich.

John Wayne durante el rodaje de Hatari!.



Steven Spielberg y George Lucas.

Martin Sheen, y Ava Gardner  (los otros dos no sé quiénes son).


Errol Flynn y Rita Hayworth.


Frank Capra y Alfred Hitchcock.


Ava Gardner y Mickey Rooney.



Rock Hudson, Cary Grant, Marlon Brando y Gregory Peck. 


Judy Garland y Marlene Dietrich.


Ingmar Bergman.


Catherine Deneuve.


Jane Fonda y Joshua Logan.

Clark Gable. 1951


Grace Kelly

Deborah Kerr.


miércoles, 6 de agosto de 2014

BUTCHER'S TALE (WESTERN FRONT 1914)


THE ZOMBIES

BUTCHER'S TALE (WESTERN FRONT 1914)
(Chris White)

A butcher yes that was my trade
But the king's shilling is now my fee
A butcher I may as well have stayed
For the slaughter that I see

And the preacher in his pulpit
Sermon: "Go and fight, do what is right"
But he don't have to hear these guns
And I'll bet he sleeps at night

And I
And I can't stop shaking
My hands won't stop shaking
My arms won't stop shaking
My mind won't stop shaking
I want to go home
Please let me go home
Go home

And I have seen a friend of mine
Hang on the wire
Like some rag toy
Then in the heat the flies come down
And cover up the boy
And the flies come down in
Gommecourt, Thiepval,
Mametz Wood, and French Verdun
If the preacher he could see those flies
Wouldn't preach for the sound of guns

And I
And I can't stop shaking
My hands won't stop shaking
My arms won't stop shaking
My mind won't stop shaking
I want to go home
Please let me go home
Go home

SOBRE EL GUIÓN DE "SENDEROS DE GLORIA" II

Kirk Douglas y Stanley Kubrick.
Stanley Kubrick y su socio, James Harris, el hombre que reunió el dinero para desarrollar el guión, partieron hacia Alemania para los preparativos de Paths of Glory.  Cuando llegué al hotel Wierjahrzeiten de Múnich, fui recibido por Stanley y un guión vuelto a escribir de pe a pa. Lo había corregido él con Jim Thompson. Era catastrófico, una versión barata de lo que a mí me había parecido un guión soberbio. Los diálogos eran atroces. Mi personaje decía cosas como: "Tienes una cabeza muy grande. Estás tan seguro de que el sol sale y se pone en tu mollera que ni siquiera te molestas en llevar cerillas. " Y "Tienes el único cerebro del mundo. ¿Hicieron el tuyo y rompieron el molde? Los demás tenemos el cráneo lleno de copos de maíz."

Stanley y Kirk.
Había páginas enteras con discursos semejantes, hasta el final feliz, cuando llega el coche del general haciendo chirriar los frenos para detener el pelotón de fusilamiento y cambiar la condena a muerte de los hombres por treinta días en la prisión militar. A continuación, mi personaje, el coronel Dax, sale a tomar una copa con el malo, el general Rousseau, con el que ha peleado durante toda la película y se alejan hombro a hombro como compinches. 

Llamé a Stanley y a Harris a mi habitación.
- ¿Tú has escrito esto, Stanley?
- Sí - Kubrick siempre mantenía la calma. Nunca le oí levantar la voz, ni exaltarse ni evidenciar nada. Siempre se limitaba a mirarte con sus enormes ojos.
- ¿Por qué lo has hecho, Stanley?
Muy serenamente, respondió:
- Para volverla comercial. Necesito ganar dinero.
Empecé a subirme por las paredes. Le solté todos los insultos que se me pasaron por la cabeza.
- Me mostraste un guión escrito por otros. Se basaba en un libro. Me encanta ese guión. Te advertí que no creía que fuese comercial, pero que de cualquier manera quería llevarlo al cine. Dejaste en mis manos la posibilidad de hacer la película. Conseguí el dinero basado en ese guión. ¡No en esta mierda! - Arrojé el nuevo guión por el aire -. Volveremos al original o no haremos la película. 

A Stanley no se le movió un pelo. Rodamos el guión original. Creo que la película es un clásico, una de las más importantes - probablemente la más importante- que haya hecho Stanley Kubrick.

Extraído de "El hijo del trapero" de Kirk Douglas. Traducción de Iris Menéndez.

AÑADIDO: Según apunta Robert Polito en "Arte Salvaje: una biografía de Jim Thompson",  "El ofensivo guión, la "catástrofe" y "esta mierda", era al parecer (sin que Douglas lo supiera), el primer borrador de Jim Thompson, desconcertantemente recuperado por Kubrick en el último momento."

Fuera el primer borrador, o una posterior reescritura del guión original, de lo que estoy más o menos seguro es de que ese "final feliz" sería más un pegote añadido de Kubrick o impuesto por él, que una decisión de Thompson. No hay más que leer los felices finales de algunas de sus novelas para darse cuenta de esto.

SOBRE EL GUIÓN DE "SENDEROS DE GLORIA" I

Calder Willingham alegaba una autoría casi total - 99% - del guión definitivo de Senderos de Gloria, concediendo únicamente dos frases de diálogo a Kubrick y ni una sola a Thompson. Sus desavenencias salpimentan una jugosa carta acerca de su colaboración con Kubrick, al cual califica de "curioso estudio del artista como psicópata de nuestro tiempo":


Jim Thompson
Lamento tener que informarle de que Jim Thompson, al margen de cuáles pudieran ser sus otros méritos, que según ha llegado a mis oídos de boca de diversas fuentes fueron considerables, tuvo extremadamente poco que ver con el guión definitivo de Senderos de Gloria, tal como fue escrito y rodado en Gieslgasteig en Munich hace ahora muchos años. Yo personalmente estuve allí y lo sé.

En aquellos tiempos no existía un comité de arbitraje para los créditos cinematográficos en el Sindicato de Guionistas y yo mismo era un principiante en el negocio, más bien un novelista poco preocupado por cuestiones como los créditos de guionista. 
En mi opinión, en aquel momento existía un constante y enconado
Calder Willingham
elemento de envidia subyacente en la actitud de Stanley Kubrick hacia mi persona. Jim Thompson había sido un asociado íntimo de Stanley, un colega. Es por ese motivo que Stanley, teniendo el control de la película, confirió el crédito del guión de la manera en que lo hizo: "Guión de Stanley Kubrick, James Thompson y Calder Willingham". En aquel momento no me importó en un grado digno de mención; cuando me enteré, me limité a sonreír y a encogerme de hombros con tristeza, sólo ligeramente irritado ante el descomunal descaro de Stanley. Lo que hizo, en cualquier caso, fue escandaloso.


El guión de Senderos de gloria, tal como se filmó frase por frase la película en Múnich, es en un 99% obra mía. Gran parte del trabajo se realizó allí mismo, con una máquina de escribir en el estudio. Stanley tenía en el guión literalmente dos frases y tampoco particularmente importantes. Jim Thompson no escribió ni una sola línea de diálogo de las que aparecen en la película. Debo añadir que la estructura narrativa, el enfoque conceptual y las caracterizaciones también son, aunque en menor grado, predominantemente míos. La manera de interpretarlo a través de la cámara fue, por supuesto, la de Kubrick, cuyo estilo a menudo consideré antagónico o contradictorio con las intenciones de mi guión, aunque sobre eso poco pude hacer más allá de señalarle airadamente a Stanley sus deficiencias, que son en su mayoría resultado de su indiferencia y frialdad casi piscopáticas hacia los seres humanos de la historia. Una carencia, que podría añadir, ha limitado tristemente los trabajos de Kubrick a lo largo de toda su carrera; no le gustan demasiado las personas, le interesan principalmente cuando cometen actos espantosos e inenarrables o cuando su idiotez desprende tanta malevolencia como para resultar entretenida a su horrible manera. Stanley Kubrick, con el cual hace ahora muchos años que mantengo una relación amistosa pero personalmente distante, es un curioso estudio del artista como psicópata de nuestro tiempo. Por favor, nótese que no estoy calificando al propio Stanley de psicópata ni nada por el estilo; son su estética, sus preocupaciones e intereses artísticos los que resultan piscopáticos. O, tal como observó la intolerable e insufrible Pauline Kael, su "espíritu ártico", el cual le supone una severa limitación, tal como pude descubrir por experiencia propia.
En una carta reciente dirigida a mi agente, surgió la cuestión de "mi labia y la capacidad de persuasión" en un contexto distinto al de las películas.
Le escribí:


"Hace años, Stanley Kubrick casi se negó a leer mi informe acerca de la escena final de Senderos de Gloria, en el que argumentaba que la árida brutalidad que supondría terminar la película con la ejecución de los soldados resultaría intolerable para el público al
Christian Susanne Harlan cantando "Der treue Husar".
vez que una declaración completamente vacía desde el punto de vista filosófico (esto es lo que él estaba decidido a realizar); que la escena que yo había inventado (en la que la chica alemana cantaba de manera torpe y patética "Der treue Husar", conmoviendo a los soldados franceses y provocando que se arrancasen a cantar con ella, compartiendo sus lágrimas y una común humanidad), era esencial si queríamos que la historia fuese soportable o manifestase alguna verdad acerca de la vida humana. Stanley dijo: "No puedo resistirme a tus argumentos cuando los pones por escrito; mis circuitos están sobrecargados, se me saltan los plomos y empiezo a darte la razón en todo lo que dices, como si estuviera hipnotizado". La chica alemana, con la que Stanley se casó después, cantó la canción y unos extras alemanes vestidos con uniformes franceses de la Primera Guerra Mundial cantaron con ella y lloraron, a cambio de cuatro perras, lágrimas de reconocimiento ante la tragedia de esta vida que en aquel momento elevaron la película por encima de cualquier otra que haya dirigido Kubrick".


Esta es la historia íntegra y completa sobre Senderos de Gloria, contada de primera mano y conocida por muy pocas personas, ya que nunca me he molestado en revelar la vacuidad de las afirmaciones de Kubrick respecto a ese largometraje, aunque tal vacuidad pueda ser inferida por cualquier cinéfilo perspicaz a la luz de la incapacidad de Kubrick para volver a realizar otra película parecida. Lo que pueda tener Senderos de Gloria de gran película, dejando a un lado una habilidosa fotografía, lo tuvo a cuenta de la inspiración y los esfuerzos de 
                                                    Su seguro servidor,
                                                     Calder Willingham



A pesar de que pretende contradecirle, este j'accuse de Willinghan remeda en realidad el de Thompson. La cólera persistente e inexorable expresada por el único otro novelista que escribió para Kubrick en los inicios de su carrera profesional como director, refuerza la letanía de la traición difundida por Thompson entre sus amigos y familia. Sin embargo, los recuerdos de Senderos de Gloria de Wilingham -su aspiración a ser el único autor del guión y sus comentarios sobre el Sindicato de Guionistas - no coinciden ni con la correspondencia interna que se conserva de la producción ni con los guiones en sí. Puede que Willingham fuese el creador del emotivo desenlace, tal como él mismo indica (aparece por primera vez en uno de los manuscritos del 25 de febrero), pero un inventario escrupuloso de los borradores anteriores establece que Thompson fue tan vital como Willingham para el éxito de Senderos de gloria.

Extraído de "Arte Salvaje. Una biografía de Jim Thompson" de Robert Polito. Traducción de Óscar Palmer Yáñez


AÑADIDO: Como ya he comentado por aquí alguna que otra vez (y además usando esta misma película a modo de ejemplo), el cine es un trabajo de equipo, de colaboración... así que aunque Calder Willingham se atribuya modestamente el 99% del guión así como el éxito de la película ayudado por una habilidosa fotografía, no creo que podamos considerar "Senderos de gloria" como una película de Calder Willingham. 

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