viernes, 13 de noviembre de 2009

EL NIÑO TESTARUDO. El cuento de la semana.

Y ya veremos si acaba siendo el del mes, o el del año. Pero en fin, aquí va este.
El niño testarudo es de los Hermanos Grimm, y pertenece a los mal llamados cuentos infantiles, que tal vez deberían denominarse populares. La traducción: paupérrima, traidora y libérrima, pero hecha con amor, es mía. Está hecha sobre el inglés, no sobre el original alemán y extraída del libro The Annotated Brothers Grimm de Maria Tatar.
Había una vez un niño testarudo, que nunca hizo lo que su madre le decía que tenía que hacer. Y por eso nuestro querido Señor no lo miraba con afecto y dejó que enfermara. Los doctores no pudieron curarlo, y en poco tiempo estaba yaciendo en su lecho de muerte. Su ataúd estaba siendo bajado a la tumba a punto de ser cubierto con tierra cuando de repente uno de sus pequeños brazos salió y alcanzó el exterior. Se lo colocaron de nuevo y cubrieron el ataúd con más tierra, pero no había manera. El pequeño brazo continuaba saliendo fuera del ataúd. Finalmente, su madre tuvo que bajar a la tumba y golpearlo con un palo. Después de que hizo eso, el brazo se replegó, y el niño finalmente comenzó a descansar en paz bajo tierra.

1 comentario:

abril en paris dijo...

Espeluznante.. oooh my god!!:O

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