sábado, 23 de enero de 2010

MI BRILLANTE CARRERA PUBLICITARIA.

Imaginad. Vitoria, 1987...

Yo tendría unos 15 ó 16 años. Ya no vivíamos en las Torres, sino en un segundo piso en las calles de los pintores. El vecino del primero tenía un estudio publicitario cerca de mi instituto, y hablando un día conmigo (mis padres tenían cierta amistad con algunos vecinos) me dijo que en lugar de estudiar periodismo (la carrera que estaba obligado a decir cada vez que me preguntaban qué iba a estudiar, pero que en realidad me importaba una mierda) tal vez me interesaría más intentarlo con publicidad. Me animó a pasar por su estudio y trastear por allí para ver cómo era aquello.

En el estudio pululaban, si mal no recuerdo, otros dos socios (un habilidoso dibujante y un diseñador con bastante sentido del humor que maquetaba los catálogos de una marca deportiva con papel y tijeras), un joven becario que acababa de terminar la carrera y una secretaria. Mi vecino era, entre otras cosas, el relaciones públicas e imagen de la agencia y quien conseguía o mantenía la cartera de clientes (ésta, bastante importante para una ciudad tan provinciana como Vitoria), así que estaba muchas veces más fuera que dentro las veces que yo pasaba por allí.

¿Qué fue lo que hice por allí los ratos que pasé?

Aparte de molestar a los pobres trabajadores, barría el estudio (que se llenaba de papeles continuamente), llevaba alguna que otra carta personalmente atravesando Vitoria a alguna oficina, o aquello que más o menos me pudieran mandar y pensaran que podía ser capaz de hacer.

La agencia tenía como cliente a una conocida marca de helados y estaban diseñando un nuevo lanzamiento. En el "brainstorming" del estudio para dar un adecuado nombre al helado se barajaron los siguientes nombres: Mikonjuro, Mikohechizo...
Yo recuerdo que apunté Mikosortilegio para hilaridad de los allí presentes...
Al final, ganó la opción más trillada y con la que se había partido desde un principio.

El artista de la agencia comezó a dibujar una caricatura del rostro de una bruja, pero quería añadirle algo más a su ilustración. Ese algo más era la silueta de una bruja sobre una escoba, pero no le convencía ninguna de las que intentaba, así que me pidió encontrar alguna que le sirviera. Lo intentamos con una bruja de un Don Miki, pero no quedaba bien. Entonces recordé el cartel de una película en un Fotogramas, el de Una bruja en la bolsa (qué película más mala, por cierto)... en el que figuraba lo que estábamos buscando. A él le encantó esa silueta, la redujo en la fotocopiadora, la recortó, la pegó en su diseño... Y todos contentos.

Después de dos meses en los que nadie me compensó económicamente mis esfuerzos (y sí, yo hice muy poco y no era más que un crío, pero si esta entrada no tiene la etiqueta de Nolotengoclaro es porque hay ciertas cosas que tengo bastante claras)... dejé de ir por allí.

Debido a que odiaba el periodismo y no acababan de introducir la especialidad de Imagen y Sonido en mi universidad (motivo por el que había aceptado hacer los tres primeros años de periodismo)... acabé por hacer la especialidad en Publicidad. Como consecuencia, no sólo detesto la prensa escrita, sino también la publicidad...

Curiosamente, en una discusión con mi padre años después, el hombre soltó algo como que yo no tenía que haberme ido del estudio del vecino y que a lo mejor ahora tendría trabajo allí. Cuando yo respondí que hice cosas y el vecino nunca me dio nada, mi padre me dijo: "Claro. Él me dijo: " Le voy a dar tu hijo sesenta euros al mes". Y ya le dije yo: ¡Ni se te ocurra!"

Sin comentarios.

7 comentarios:

Vivian dijo...

Es curioso, esta entrada me ha recordado bastante, bastante a las historias que me cuentan mis padres de sus “inicios” laborales, siendo a penas unos niños, mi madre comenzó a trabajar cuidando a un niño con 10 años, a cambio de poder comer en la casa del niño que cuidaba…

Y es curioso que los tiempos no hayan cambiado tanto como pensamos, una de mis mejores amigas, después de terminar derecho, se pasó un año entero trabajando de pasante “gratis”, a cambio de poder tener esa experiencia laboral en su currículum, un año de estar trabajando y poniendo dinero de su bolsillo, ya que los viajes de ida y vuelta al trabajo y tener que comer fuera de casa, era dinero que le costaba a ella.

Aprovecho para comentarte que leí las entradas de Rockwell y Josep Renau, gracias por los enlaces, me gustan más las ilustraciones de Rockwell, pero admiro el carácter reivindicativo y la imaginación e inventiva en los montajes de Josep, además me dio alegría descubrir que era paisano mío.

Saludos

WODEHOUSE dijo...

Joder, si es mi misma historia...acabé decoración y mi padre me "enchufa"(me río yo de ciertos enchufes) en el estudio de un amigo de un amigo de la fábrica donde mi padre trabajaba, ocupaba un buen puesto y le debían ciertos favores.
Lo mismo, despues de ir a un estudio donde ni me miraban a la cara cada día durante meses sin pagarme llegó un día en el que dije, no vuelvo y además...ni llamo.
Ni me echaron de menos, hasta que un día me dice mi padre: "Me ha preguntado por tí el sr. del estudio en una comida de negocios, qué como te fuiste así...si ya estabas casi a punto de entrar en plantilla". Me morí del asco por dentro. Desde entonces, me busco la vida sola. Mi padre era muy bueno pero era muy ingenuo y le engañaron con estos temas bastantes veces...un besazo!

Marcos Callau dijo...

Está muy bien...jejeje. El final es demoledor. La verdad es que yo quería estudiar periodismo pero en la Universidad de Zaragoza no existía por aquel entonces. Así que me conformé con Historia del Arte. Hay que conformarse con lo que s etiene y lo explica muy bien tu etiqueta porque, es verdad, ¡así es la vida! o en palabras de mi cantante favorito: "That's life!".

Nemo dijo...

La vida es trepar a un árbol... hay que optar y tomar decisiones... me gustaría saber cómo hubieran sido las cosas si hubiera escogido trepar por otra rama... cómo me gustaría volver atrás sabiendo lo que sé ahora... etc.

Crowley dijo...

Amigo David,
a mi me pasó algo similar trabajando los fines de semana en el bar de unos conocidos de mis padres, después de mucho sufir me enteré que mis progenitores se habían negado a que yo recibiera nada de dinero a cambio ya que sólo querían que supiera lo duro que es ganarse la vida (algo que ya sabía pues teníamos una panadería).
En cuanto a lo de los estudios, en mi casa estaba prohibido estudiar nada relacionado con las letras porque a mis padres no les gustaba, así que acabé estudiando Ciencias Químicas, carrera que odié, odio y odiaré, pero...
En fin, que la vida es, como bien dices, asín...
Saludos

atikus dijo...

Jajaja...estas cosas de los trabajos-estudios resultan familiares, a mi me "obligaron" a estudiar de Derecho, yo puse de segunda opción Imágen y sonido, la carrera que querian que estudiara realmente era CUNEF o algo así, al final deje Derecho en 4 cuando falleció mi padre y tras unos años me puse a trabajar en un periosdico, luego me dio por hacer diseño gráfico, pubicidad, etc...la vida que da muchas vueltas!!

WODEHOUSE dijo...

Atikus: Yo tambien lo dejé en 4º. Es claro que cuando a uno le dicen lo que tiene que estudiar, la cosa por lo general acaba en un sonoro fracaso, incluyendo crisis personales, perdida de horizonte, descuelgue de amigos...al menos a mi me pasó. Hasta que uno se vuelve a ir centrando...si es que lo logras, a medias...
Además ya no es lo mismo, tras haber aprendido lo que es el desencanto, se pierde mucho del primer gran impulso que se tiene al salir de COU, o lo que sea ahora...besos a todos.

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