Sobre el escenario, tres mesas con tres oficinistas ofreciendo sus perfiles al público. Están sentados en tres taburetes similares.
Aparece un hombre (repartidor) con una silla giratoria envuelta.
Repartidor: (Mira un papel al hablar.) ¿Hermanos Agudos?
Oficinista 1: Sí, aquí es.
Deja la silla en el suelo.
Oficinista 1: Pero... Esta silla no es de aquí.
Oficinista 3: No, esta silla será de las oficinas de subdirección...
Oficinista 1: O de dirección. Una vez fui por allí y me pareció ver una de éstas.
Repartidor: ¿Y por dónde se va ahí?
Oficinista 2: Ahora no están.
Oficinista 3: Es que los de dirección y subdirección salen a la 1.
Repartidor: ¡Joder! Bueno... Yo les dejo esto aquí, y ustedes les avisan. ¿Vale? (Tiende el albarán.) ¿Me firman?
Oficina 3: No sé si...
Oficinista 2: No se preocupe. Déme.
El repartidor va hacia él y oficinista 2 le firma y lo sella de un golpe.
Repartidor: Gracias.
El repartidor sale. La silla queda en el centro del escenario. Los tres oficinistas miran la silla sin levantarse de sus taburetes.
Oficinista 1: ¡Joder! ¡Cómo viven algunos!
Oficinista 2: (Enciende un cigarrillo.) A lo mejor la han traído aquí porque es para alguno de esta sección.
Oficinista 3: ¿Qué dices? Ninguno de esta sección puede tener una silla así.
Oficinista 2: No, a menos que vaya a ser ascendido.
Oficinista 1: ¿Ascendido? Pero... ¿Sabes algo?
Oficinista 2: No he dicho nada. Pero ya va siendo hora ¿no?
Oficinista 3: Pues sí. No estaría mal. (Para sí.) Subdirector.
Oficinista 1: No te hagas tantas ilusiones... Igual es que se les ha estropeado una silla.
Oficinista 2: O que va a venir otro de fuera.
Oficinista 3: A este departamento no le hace falta ningún nuevo subdirector...
Oficinista 1: Hace un momento has dicho que...
Oficinista 3: No, no… Lo que he dicho es que si tienen que meter aquí un nuevo subdirector, mejor que sea uno de nosotros, que ya sabemos de qué va la cosa…
Oficinista 1: (Irónico.) ¡Y bien que nos lo merecemos!
Oficinista 3: (Continúa sin prestar atención al comentario.) …más que un novato sin experiencia al que encima vamos a tener que taparle el culo como siempre.
Oficinista 2: ¿Así que te alegrarías si fuera uno de nosotros?
Oficinista 3: Sí, claro. Además, de ese modo, sabiendo cómo se funciona aquí, siempre podría hacer de bisagra con la dirección cuando hubiese problemas.
Oficinista 1: Entonces se olvidaría de que estuvo aquí.
Oficinista 2 se levanta y se acerca a la silla. Enciende un cigarro.
Oficinista 3: Pero ¿qué haces?
Oficinista 2 se sienta.
Oficinista 2: Probar qué tal me queda.
Oficinista 1: ¡Bájate de ahí! Si se rompe, en menudo lío nos metemos por tu culpa.
Oficinista 2: No seáis idiotas. No se va a romper.
Da un par de vueltas giratorias y se acerca a su mesa.
Oficinista 2: No queda bien para esta mesa.
Oficinista 3 se levanta de su taburete.
Oficinista 3: Déjame probarla a mí. Déjame.
En ese momento entra una secretaria. Oficinista 3 vuelve a sentarse en su taburete. Oficinista 2 se levanta sobresaltado, tira el cigarro al suelo y lo pisa y vuelve también a su sitio.
Secretaria: ¿Y esta silla?
Oficinista 1: De dirección o subdirección.
Secretaria: No, no. En dirección no se ha encargado nada de mobiliario.
Agita una mano, disipando el humo del cigarrillo de Oficinista 2.
Secretaria: Yo lo sabría. Y me permito recordarles que está prohibido fumar en esta oficina. La próxima vez me veré obligada a dar parte.
La secretaria sale.
Los tres oficinistas se miran en silencio.
Oficinista 1: ¡Menudo ascenso!
Oficinista 2 se levanta lleno de rabia y le da una patada a la silla.
Oficinista 1: Pero ¿qué haces? ¡¿Estás loco?! (Se gira a Oficinista 3.) ¡Dile algo!
Oficinista 3 avanza decidido hacia Oficinista 2. Lo separa a un lado, y vuelve a darle una patada más fuerte si cabe a la silla. La silla cae al suelo.
Oficinista 1: ¡Joder!
Oficinista 2: ¡Ahí se queda!
Oficinista 1: (Mientras coge la silla y la coloca en pie.) Sois como críos. Anda, vamos a dejarlo...
Oficinista 2 se da la vuelta, y va hacia su silla, pero de repente se gira, agarra la silla y la lleva hacia fuera de escena...
Oficinista 1: Pero ¿qué haces? ¡Para! ¡Deja la silla!
Oficinista 2 la deja caer fuera de escena. Se oye un fuerte ruido, como si una silla hubiera caído desde una ventana.
Oficinista 1: Pero tú, pero tú... pero ¿tú estás loco?... Pero ¿tú estás bien de la cabeza? ¿Y ahora qué vamos a hacer?
Oficinista 2: (Se sienta en su taburete y responde con seguridad.) Yo, nada.
Oficinista 3: Pero algo tendremos que decir...
Oficinista 2: (Con calma.) ¿Por qué van a saber que hemos sido nosotros?
Oficinista 1: (Alterado.) ¡Joder! Pues porque la silla estaba aquí, y aquí sólo estamos nosotros. Y además... No hemos sido nosotros... Has sido tú...
Oficinista 2: ( Suspicaz.) Y claro... tú estás loco por decirlo... porque aunque sabías que no hay ascensos, bien que pueden darte uno por esto... Aquí huele a soplón...
Oficinista 3: Chicos, lo mejor es que digamos que ha sido un accidente...
Oficinista 1: Lo que no voy a hacer es cargar con los problemas que tú provocas... Si hay represalias... te las comerás tú...
Oficinista 2: (Se acerca amenazadoramente a Oficinista 1.) Te voy a ...
Oficinista 3 se interpone en medio de los dos.
Oficinista 3: No, no... ¡¡Parar!!
Mientras están peleando, entra la secretaria.
Secretaria: ¿Se puede saber qué están haciendo?
Los tres oficinistas, sin decir nada, vuelven a sentarse en sus respectivos taburetes.
La secretaria atraviesa el escenario. Antes de salir, se detiene, y se da la vuelta..
Secretaria: Por cierto... Les debo una disculpa. La silla sí es un encargo para esta sección... Al parecer va a haber un ascenso en este departamento. Aún no me han comunicado para quién de ustedes, pero vaya mi enhorabuena por adelantado...
Sale sin añadir nada más. Los tres oficinistas se miran un momento. Luego agachan la cabeza y vuelven al trabajo. Las luces se apagan.
AÑADIDO: Desconozco quién posee el copyrigth de esto que escribí hace ya unos añitos. Pero bueno, sin ánimo de lucro (que así me ha ido (ja,ja,ja))
8 comentarios:
Pues me ha gustado este sketch.
Es una pena que te haya dado por insertar tantas entradas el mismo día, porque seguro que a más de uno se le pasa ésta, y vale la pena leerla y releerla con calma.
Saludos.
Apuesto lo que quieras que el ascenso es para el oficinista que tiró la butaca y lo primero que hará es deshacerse de los otros dos, jajaj
(continúa)
-Josep: Me alegro de que te haya gustado. Mejor que leas otras cosas (ja,ja).
-CINEXIM: Es probable. Más que probable.
Yo no lo creo CINEXIM, el ascenso seguro que es para el pelota, siempre es para el pelota.
Muy divertido David, ¿tienes más por ahí?
Divertida escena la que representaste. Te quedó muy visual. Quiero decir que la visualicé perfectamente con tus anotaciones de guión.
Un abrazo.
Gran trabajo de disección de lo que son las relaciones ¿humanas? en una oficina.
Vamos, te ha salido calcadito a la realidad, jajajaj. (Cada uno historia, pero todos caemos en los mismos pensamientos).
Nos alimentamos de pensamientos negativos con cualquier minimo cambio de la rutina en el trabajo y empezamos a inventar historias sin que hayan ocurrido todavia.
El cabreo se convierte en tal, que cuando vemos la verdadera realidad, podiamos hacer un concurso para ver quien de todos alcanza el color "mas tomate" del momento.
¡Está muy bien! ¿Has probado a encontrar trabajo en la tele?
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