jueves, 24 de enero de 2013

"INTERPRETANDO" A KIRK DOUGLAS (y a otros)

La crítica Pauline Kael decía que Burt Lancaster tenía  más  o menos dos registros. Pelo rizado para películas de aventuras, pelo liso para dramas.

"¡Qué ingeniosa!" (y cabrita) pensé cuando leí aquello. Claro que su frase ni de lejos  me emocionó como Burt en "El nadador" , por ejemplo, o en otras muchas películas de su filmografía. Así que entre Burt y Pauline, como comprenderéis lo tengo claro.

No sé o no recuerdo qué diría Pauline de Kirk Douglas.

Hace no mucho, falleció el actor Fernando Guillén. Recuerdo que vi en su día "Don Juan en los infiernos" y me gustó...  En un posterior pase televisivo, no pude con ella... Y cuando vi que la estaban dando hace nada otra vez por televisión a modo de homenaje, no le dediqué ni una mirada (lo cierto es que la vi un segundo mientras mi hijo cambiaba de canal antes de pasar a usar la play).



Es curioso. Y no quiero sonar irrespetuoso, pero lo que más recuerdo de Fernando Guillén fue su participación en el programa de Garci "¡Qué grande es el cine!"... No sé en qué película participó en el coloquio-charla que se daba antes y después de la película, pero debía ser una de Kirk Douglas, porque Fernando insistió varias veces en lo buena que era la película a pesar de lo mal actor que era Kirk Douglas. Porque como él dijo más o menos (cito de mala memoria; pero no andaré desencaminado): "Kirk Douglas era un actor malísimo"


Kirk Douglas por Abril
¡Vaya! Ahí lo tenéis. Uno de mis actores favoritos defenestrado por otro de quien lo que más recuerdo es un comentario me parece que bastante desafortunado. No sé... Si viera la versión que hizo de Brigada 21 en Estudio 1, en el papel que también interpretó Kirk en el cine...igual... qué más da... Da lo mismo...

Tengo un amigo que parodia un rasgo típico de Kirk , y le imita apretando los dientes con rabia... Es muy gracioso cuando lo hace. O al menos, a mí me lo parece.  Pero a mi amigo, le gusta Kirk Douglas.


Por supuesto, también podría recordar que King Vidor dijo que Kirk Douglas era un gran actor... pero que era difícil trabajar con él.


Ilustración de Kricfalusi con una mano de Bruce Timm.
O podría pensar que John Kricfalusi, lo considera el mejor actor de Hollywood y además  argumenta por qué.

Pero en el fondo da igual...  Qué más da... Da lo mismo.

Porque...  qué más  me da lo que les parezca a unos o a otros. Como si me encontrara en un blog que alguien dice que le parece un pésimo actor o que le resultara insoportable verle en cualquiera de sus películas.

Yo sé lo que he sentido viendo sus películas, lo que me ha transmitido con sus interpretaciones, con sus personajes... y cómo al final he terminado por considerarlo uno de mis actores favoritos. Y ahí seguirá si pienso en películas como   "Los valientes andan solos", "Senderos de gloria", "La pradera sin ley", "El loco del pelo rojo", "Siete días de mayo"... y ... bueno, conocéis la filmografía del hijo del trapero, ¿no?

AÑADIDO (o moraleja, más bien):  ¿tengo qué decirla? En el fondo,  vosotros ya sabéis qué pensáis de Kirk Douglas y lo que diga yo... Qué más da...  Da lo mismo.


AÑADIDO II:  La voz no es de Kirk. Es de Frank Gorshin. Pero el vídeo está muy bien.




Añadido III: No lo etiqueto como nolotengoclaro...porque hay cosas que  las tengo clarísimas.

sábado, 19 de enero de 2013

RESCATANDO ENTRADAS XVII: ESTO NO ES UNA CRÍTICA ARTÍSTICA

DE  LA IDIOTA INTERNACIONAL

jueves, 17 de enero de 2013


esto no es una crítica artística.



Santiago Sierra está siendo admirado estos días por una performance o acción que se ha desarrollado en la Gran Vía. Una comitiva de Mercedes porta en sus techos unos cuadros de Jorge Galindo-la acción es a cuatro manos- de los mandatarios de los últimos años: el Rey, Adolfo Suárez, Calvo Sotelo, Felipe Gónzalez, Aznar, Zapatero y Rajoy. Todos ellos cabeza abajo.
El vídeo es muy estético y hacerlo ha costado una pasta, que solo una galerista- por otro lado ejemplar- puede costear, gracias a su fortuna.

Santiago Sierra es un hombre como todos los artistas que se jactan de aborrecer el mercado del arte. Sus quejas y lamentaciones sobre los poderosos les sirven justo, para acercarse a sus colecciones y a los museos de los que son patronos. Lloran pero maman.
Todo lo que hace tiene una gran repercusión mediática. Y de eso se trata. Patrocinado por el Ministerio de Cultura y siendo el representante en la Bienal de Venecia, dejó el pabellón con toda la mugre de los dos años y prohibió la entrada al mismo a todo aquél que no tuviera nacionalidad española. Protestaba por la situación de los emigrantes y los sinpapeles. En otra ocasión y bajo pago del salario mínimo tapió en P.S.I de Nueva York durante 360 horas a una persona. Siempre paga lo mínimo para demostrar lo poco que se paga. Pero su cinismo es más generoso que sus salarios.  Además lo pone en boca de sus trabajadores contratados para dejar plenamente al descubierto cómo se crea un artículo de lujo: en febrero de 2002 paga a un mendigo que pedía limosna en la New Street de Birmingham, la calle más comercial de la ciudad, para decir ante una cámara de video la siguiente frase: “Mi participación en este proyecto puede generar unos beneficios de 72.000 $. Yo estoy cobrando 5 libras”

Y no soy la única que lo cree, ya que el propio Sierra lo dice, y Angela Molina además de otros muchos críticos, denuncian a este artista que todo lo que hace son obviedades nulas de lo que no sea "efecto".
Sé que en los tiempos que vivimos Sierra pasa por ser adalid de protestas políticas, pero la verdad, pagar a unas putas para hacer su trabajo en un barrio que él determina, no creo que lleve a estas a mejorar su miseria.
Creo que su marcado interés por pertenecer a las mejores "marcas", dice mucho de su malestar. En Ivory Press, galería de Elena Ochoa -otra pobre y anarquista recalcitrante- ha puesto a embuchar por otro salario de los suyos, muchos sobres. Si hubiese tenido un toque benéfico- cosa que Sierra aborrece- hubiera mandado los sobres al asesino de Siria, a la Moncloa o a cualquier otro lugar, simplemente para no perder el trabajo de unos sisífos asalariados . Sierra ha explicado que los límites de su arte, de su realidad, son los del capitalismo. Y claro, se rodea de capitalistas, para dinamitarlo desde dentro.

Sus propias declaraciones dejan bien claro su pensamiento: Acusado de reproducir la explotación, Sierra afirma que hace la misma instrumentalización de los otros que el sistema capitalista. “Quizá ese es el tema de mi trabajo y nunca está escondido". No se trata sólo poner al descubierto el trabajo que existe tras la producción de cualquier mercancía, también el control y la violencia implicados en una relación laboral.
Acusadas sus acciones de violentas, se defiende: “mis actos no son brutales, los hacemos todos, lo que les hace ser humillantes es el hecho de que son pagados”. Ahí es precisamente donde descansa para él la violencia: en la remuneración. La violencia existe cuando tienes un instrumento para forzar la voluntad del otro, y el dinero es su expresión. Además forma parte de la realidad “(...) es la forma que la expresión del poder jerárquico toma”.  Y él, "toma" dinero de galerías, mecenas e instituciones, para realizar sus acciones, ¿sufre Santiago, violencia?

No creo que el arte sirva para redimir, ni que deba de tener otro fin que su inutilidad. Ni que gracias a ser una obra de arte, los obreros contratados consigan un puesto de asesores en Teléfonica, pero con su derrotismo y cinismo, el artista consigue que se aplaudan sus acciones, sin ver que detrás de todo eso no hay ejemplaridad por ningún lado, solo negocio.

“Se puede comprobar ahora en los suburbios que la palabra ha sido sustituida por la violencia. El puñetazo es el principio de la comunicación, se gana proximidad cuando ya no se tienen palabras...En este momento el arte ha llegado a este punto. La tentación terrorista del arte ya se ha instalado en todas partes.” 
(Paul Virilio)

“Solo el cínico es ejemplar” 
(Santiago Sierra) cínico pero nunca ejemplar. 


viernes, 18 de enero de 2013

LAS MALAS LENGUAS III



Gossip, gossip

Gossip, gossip


I heard it in the night

Words that thoughtless speak

Like vultures swooping down below

On the devil's radio


I hear it through the day

Airwaves gettin' filled

With gossip broadcast to and fro

On the devil's radio


Oh yeah, gossip

Gossip, oh yeah


He's in the clubs and bars

And never turns it down

Talking about what he don't know

On the devil's radio


He's in your TV set

Won't give it a rest

That soul betraying so and so

The devil's radio


Gossip, gossip

Gossip, gossip

(Oh yeah) gossip, (gossip) oh yeah

(Gossip) oh yeah, (oh yeah) gossip


It's white and black like industrial waste

Pollution of the highest degree

You wonder why I don't hang out much

I wonder how you can't see


He's in the films and songs

And on all your magazines

It's everywhere that you may go

The devil's radio


Oh yeah, gossip

Gossip, oh yeah


Runs thick and fast, no one really sees

Quite what bad it can do

As it shapes you into something cold

Like an Eskimo igloo


It's all across our lives

Like a weed it's spread

'till nothing else has space to grow

The devil's radio


Can creep up in the dark

Make us hide behind shades

And buzzing like a dynamo

The devil's radio


(Gossip) oh yeah, (gossip) oh yeah

(Gossip) gossip, (gossip) gossip

Oh yeah, gossip I heard you on the secret wireless

Gossip, oh yeah You know the devil's radio, child

Gossip, gossip

Gossip, gossip

LAS MALAS LENGUAS II

- Bueno, también he pensado eso - dije-. Sí señor, realmente he pensado mucho en esto también. Casi he llegado a convencerme de que realmente debería ponerme a detener gente y empezar a comportarme como un comisario normal. Pero entonces he pensado otro poco y he sabido que no debía hacer nada de ese estilo.

- Pero, Nick...

-Porque la gente no me quiere para que haga eso. Puede que crean que sí, pero no es cierto. Lo único que quieren es que yo les dé algún pretexto para elegirme otra vez.

- Te equivocas, Nick - Robert Lee movió la cabeza -. Estás pero que muy equivocado.  Ya saliste con triquiñuelas en el pasado, pero no te resultarán esta vez. No ante un hombre realmente admirable como Sam Gaddis.

Dije que bueno, que vivir para ver, y me lanzó una mirada fulminante.

- No se te habrá ocurrido pensar que Sam Gaddis no es un buen hombre, ¿verdad?. No será esto, ¿verdad que no, Nick? Porque si te ha pasado por la cabeza sacar a relucir alguna porquería contra él...

- No se me ha ocurrido semejante cosa - dije- . No voy a sacar a relucir ninguna porquería en contra de Sam aunque quiera, porque no hay ninguna que desenterrar.

- Eso está bien. Me alegra que te hayas dado cuenta.

- Sí, señor. Sé que Sam es un hombre tan honrado como el que más. Por eso no comprendo cómo pueden circular sobre él todas esas historias que se cuentan.

-Eso está bien. Yo...¿qué? - me miró con sobresalto. ¿Qué historias?

- ¿Quieres decir que no las has oído? - le pregunté.

-¡Pues claro que no! Dime inmediatamente de qué historias se trata.

Hice como si fuera a contárselo y entonces  me detuve y negué con la cabeza.

- No las repetiré - dije-. Si no las has oído, ten por seguro que no las sabrás por mí. ¡No, señor!

Echó una rápida ojeada a su alrededor y se inclinó hacia delante, la voz casi un murmullo:
- Cuéntamelo, Nick. Te juro que no diré una palabra a nadie.

-No puedo. Sencillamente no puedo, Robert Lee. No sería honrado y no hay motivo para hacerlo. ¿Qué puede importar que la gente vaya difundiendo por ahí un montón de chismes sucios sobre Sam, cuando sabemos que todo es mentira?

-Nick...

-Te diré lo que voy a hacer. Cuando Sam salga a pronunciar su primer discurso electoral el domingo próximo, yo subiré con él al estrado. Tendrá todo mi apoyo moral, absolutamente todo, y voy a decirlo así. Porque sé que no hay una sola palabra de verdad en todas esas historias repulsivas y nauseabundas que circulan sobre él.

Robert Lee Jefferson me siguió hasta la puerta delantera haciendo lo posible por sonsacarme los chismes. Seguí en mis trece, naturalmente, ya que la razón más importante de mi silencio era que en toda mi vida no había oído nada malo acerca de Sam Gaddis.

- No, señor - dije mientras cruzaba la puerta-. No las repetiré. Si quieres oír suciedades sobre Sam, tendrás que preguntarle a otro. 

- ¿A quién? - dijo con ansiedad -. ¿A quién podía preguntar, Nick?

- A cualquiera. Sencillamente a cualquiera. Siempre hay cantidad de gente dispuesta a difamar a un hombre honrado, aun cuando no se sepa cómo.

(...)


- Parece que es un día de buenas noticias, querido. Primero, el hijoputa de Tom la palma y ahora parece que vas a resultar reelegido.

- ¿Si? - dije -. ¿Cómo es eso, querida?

- Sam Gaddis. Todo el pueblo habla de él. Vaya, ¿sabes lo que ha hecho, Nick?

- No tengo ni la más ligera idea - dije. Siempre pensé que Sam era un hombre de lo más honrado.

- ¡Pues ha violado a una criatura negra de dos años!

- ¿Sí?¿Niño o niña? - pregunté.

- Niña, supongo. Yo...ja,ja... ¡Nick, bicho malvado, bicho! - se rió y me miró de soslayo -. Pero, ¿no es terrible, querido? Pensar que un adulto se jode a una criatura inocente. Y esto no es más que el principio. 

- Cuenta. ¿Qué más hizo?

- Rose dijo que Sam había chuleado a una pobre viuda hasta dejarla sin ahorros, y que luego había matado a golpes a su propio padre con un palo para que no hablara del asunto.

- Y aún hay más cosas, Nick. Todo el mundo dice que Sam profanó la tumba de su abuela para robarle los dientes de oro. ¿Habrase visto? Y que mató a su mujer y arrojó el cadáver a los cerdos para que se lo comieran. Y que...

- Un momento - dije. Sam Gaddis nunca ha estado casado.

- Querrás decir que nunca viste a su mujer. Estuvo casado antes de venir aquí y echó a su mujer a los cerdos antes de que nadie supiera nada de ella.

-Vamos, vamos. ¿Cuándo se creen que Sam hizo todas estas cosas?

Rose vaciló y dijo que, bueno, que no sabía exactamente cuándo. Pero, alabado fuera el señor, sabía con seguridad que las había hecho.

- La gente no se inventa cosas así. ¡Es imposible!

- ¿Tú crees?

- ¡Pues claro, querido! Además, según dice Myra, casi todo ha partido de la señora de Robert Lee Jefferson. Su propio marido se lo contó y ya sabes que Robert Lee Jefferson no suele mentir.

- Sí - dije- . Y no parece que tenga que hacerlo ahora, ¿no crees?

Tuve que morderme los morros para no reír. (...)

Extraído de "1.280 almas" de Jim Thompson.  Traducción de Antonio Prometeo Moya.

LAS MALAS LENGUAS I

Ilustración de Walter Paget que
fue portada en una edición de  1911.
Había en la comarca una mujer perdida que, según todos afirmaban, había tenido un hijo con el heredero y que había sido brutalmente maltratada por su amante; pues precisamente esa mujer fue su más ardiente defensora. Un día arrojó una piedra a Henry a la vez que le gritaba:
- ¿Qué ha sido del valiente mozo que se fió de ti?

Henry detuvo su caballo y, mirándola fijamente en tanto que la sangre corría por su labio partido, dijo:
- ¿Es posible, Jess? ¿También tú? No obstante, deberías conocerme mejor...
Henry hablaba así, porque desde hacía mucho tiempo la socorría con dinero. Pero la mujer se había apoderado de otra piedra que se disponía a arrojarle nuevamente. Henry, para librarse del golpe, levantó la mano en que llevaba la fusta.
- ¡Cómo! ¿Se atrevería el cobarde a golpear a una mujer? - exclamó. Y escapó vociferando, como si efectivamente la hubiese golpeado.

Al día siguiente corrió la noticia como un reguero de pólvora: Henry había herido a Jessie Broun, y ésta, a consecuencia de la agresión, estaba muriéndose. Y así, una calumnia tras otra, iba engrosando la bola de nieve. Y a tanto llegó la mala reputación de mi amo, que, como Milord, se vio precisado a no salir de casa.

Extraído de "El señor de Ballantrae" de Robert Louis Stevenson. Traducción de M.Ochoa y P.Azcoyen. Ediciones Hiperión.

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