jueves, 15 de noviembre de 2018
CÓMO LOS NIÑOS JUGABAN AL CARNICERO
Un hombre una vez mató a un cerdo mientras sus hijos miraban. Cuando empezaron a jugar por la tarde, un niño le dijo al otro: "Tú eres el cerdito, y yo seré el carnicero", con lo cual tomó una cuchilla abierta y la empujó contra el cuello de su hermano. Su madre, que estaba arriba en una habitación bañando al niño más pequeño en una tina, escuchó los gritos de su otro hijo, corrió escaleras abajo rápidamente, y cuando vio lo que había sucedido, sacó el cuchillo del cuello del niño y enfurecida, atravesó el corazón del niño que había sido el carnicero. Luego se apresuró a regresar a la casa para ver qué hacía su otro hijo en la bañera, pero este se había ahogado en el baño. La mujer estaba tan horrorizada que cayó en un estado de absoluta desesperación, se negó a ser consolada por los sirvientes y se ahorcó. Cuando su esposo regresó a casa de los campos y vio esto, quedó tan destrozado que murió poco después.
Extraído de "The Annotated Brothers Grimm" de Maria Tatar. Carnicera traducción de un servidor.
Según las notas de Tatar, los Grimms recibieron quejas de que este cuento era violento y lo defendieron por su valiosa lección. Según Wilhelm: "Mi madre solía contarme la historia del carnicero cuando era niño, y me hizo ser cuidadoso y receloso de los juegos de niños". A pesar de estas razones, el cuento no fue publicado en ediciones posteriores.
AÑADIDO: Estoy con Wilhelm. Es más...podríamos escribir uno para los USA sobre el uso de las armas en casa.
"Un ciudadano estadounidense, amparado por el derecho constitucional que le otorgaba su país, disparaba los fines de semana delante de sus hijos...."
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7 comentarios:
Pues no me parece mala idea.
Una cosa está clara, en los cuentos clásicos las enseñanzas consistian a veces en acojonar a los niños. En mi pueblo, L´Escala, hay un cuento sobre la Fitera (Tridente) una sirena malvada que acecha en los rompientes durante las tormentas, y si ve a un niño cerca lo agarra con su zarpa de tres dedos y ¡zas! se lo lleva al mar. Está claro que la moraleja es: "No te acerques al mar cuando hay oleaje".
Saludos!
Borgo.
-miquel: Sí. Y mejor acojonarlos en la ficción, porque luego en la vida real ya se acojonarán bastante. Y andar trasteando las historias para que sean suaves, inocuas o políticamente correctas..pero si luego los críos van a ir al colegio y se van a encontrar con el inevitable capullo que les pegará, con los profesores incompetentes que les anularán.
En fin...
¡Saludos!
¡Iluso!
Te van a arrinconar el cuento, David, y te enviarán hordas de trolls para hacerte la vida imposible.
¿No ves, insensato, que lo de las armas y los críos que se matan jugando les pasa cada dos por tres?
El problema, de entrada, es no cuidar que los menores tengan acceso a útiles que les pueden causar daño, porque aunque no viesen su uso, siempre existe la curiosidad imprudente.... que te voy a decir, que has tenido dos menores en casa
[peor tu mujer, que ha tenido tres... ;-)]
Un abrazo.
-Josep: JAJAJA... Josep, me río de tu último comentario. Yo he tenido dos, y mi mujer tres, efectivamente... Tiene una hija de un matrimonio anterior ;-P. Mi mujer me ha visto reírme y sonreír cuando te he leído y cuando se lo he contado me está diciendo que me lo has puesto a huevo (jaja)
Y no trates de corregirlo ahora añadiendo que entonces "cuatro".
Pasando ya a el tema y con total seriedad. Yo soy fan de Herodes... y no tengo ningún problema en que los niños se maten entre ellos. Hay superpoblación en este mundo...asi que o empezamos una Gran Guerra cuanto antes, o damos armas automáticas a los niños encerrándolos en una habitación con los abuelos y los parientes indeseables para ir solucionando el problema (jajaja)
David: estoy por arrejuntarme contigo en el aprecio a Herodes, porque en ocasiones uno tiene la sensación que algunos infantes en un futuro nada lejano acabarán por ser un peligro para todos y especialmente para los que tengan cerca.. ;-)
Nada que una buena educación no pueda arreglar, claro, pero ése ya es otro tema arduo y al parecer imposible en estas tierras que pisamos.
Lo de la superpoblación se podría arreglar con un poco de educación sexual, entendimiento de macroeconomía, acción gubernamental (todos debemos recordar el intervencionismo en China en cuestión familiar) y reparto generalizado de "gomas" en cada pueblo, aldea y villorrio del vasto mundo, asegurando que su uso, además, promete un traspaso repleto de huríes.... ;-)
Un abrazo.
p.d.: No hay dos sin tres, ni tres sin cuatro..... XD
No es de los cuentos que me gustaría publicar...De hecho, no lo hicieron.
----
David. Bienvenido. Tenías tiempo que no publicabas.
Saludos desde Venezuela
-Alí Reyes: Bueno, lo publicaron... pero luego desapareció en ediciones posteriores.
Gracias. Ya veremos lo que vuelvo a durar por aquí.
¡Saludos!
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