jueves, 26 de agosto de 2010

ENTREVISTA CON WILLIAM GOLDING POR JAMES KEATING

Entrevista con William Golding.
James Keating.
Purdue University; May, 10, 1962

- J.K: A menudo se dice que las guerras son causadas por unos pocos dictadores. ¿Cree que esto es así, o piensa que cualquiera con un poder dado es capaz de tan inhumanas atrocidades?
- W.G: Bueno, creo que las guerras son mucho más complicadas que todo eso. Algunas de ellas han sido causadas por unos pocos. Por otra parte, si algunas son seguramente consecuencia del estallido de un tumor maligno en la civilización, entonces ¿quién sabe qué aplicar para eliminarlo? Hay una gran diferencia en el mundo entre las guerras de 1917 – la Revolución comunista – por un lado, y las guerras de Gengis Kan por otro, ¿no es así?

- J.K: Sí. Obviamente, en “El Señor de las Moscas” la sociedad juega un papel pequeño a la hora de determinar la corrupción y la violencia en el hombre. Ha dicho que esto es cierto en la sociedad, que juega un rol menor. Pero ¿no piensa que hay sociedades que aumentan las posibilidades del hombre de volverse bueno? ¿Y no estamos trabajando en esa dirección en la democracia?
- W.G: Por instinto y condicionamiento, así como por nacimiento y por mi lugar en el mundo, estoy casi forzado a ser partidario de la doctrina democrática, ¿no? Esto está tan fuertemente grabado en el modo en que vivimos, o al menos en el modo en el que vivimos en Inglaterra, que dudo que alguien se pregunte mucho sobre ello. Pienso que podría decir que la democracia se está moviendo en la dirección correcta, o que el modo democrático es el modo adecuado de moverse; por otro lado, me parece que una democracia tiene debilidades inherentes que vienen con ella. No puedes dar libertad a la gente sin debilitar la sociedad como una herramienta de guerra, por ejemplo, y por lo tanto es como una oveja entre lobos. No es tanto para mí una pregunta acerca de si la democracia es el camino correcto, como si de la democracia puede sobrevivir y permanecer como tal. Cada vez que la democracia se pone firme y dice, “Bueno, ahora estoy siendo amenazada por un régimen totalitario”, lo primero que debe hacer es renunciar a algunos de sus principios. En Inglaterra, durante la Segunda Guerra Mundial tuvimos que abandonar un enorme número de principios con el fin de lograr la unidad imprescindible para poder resistir a Hitler.
Así que es posible replantearse la pregunta de este modo y decir: “¿No es el remedio tan malo como la enfermedad?”. No lo sé.
- J. K: Bueno, la inocencia en el hombre, que refleja por ejemplo en los niños de esta novela, ¿diría que era algo inherente que se manifiesta, o algo externo que es adquirido durante el proceso transicional de la inocencia a la no-inocencia? ¿Son los niños inocentes de por sí o son inocentes del mal del exterior y el mal de los otros?
- W.G: Son inocentes por naturaleza. Ellos no entienden sus propias tendencias naturales y por lo tanto, cuando llegan a la isla, pueden esperar ilusionados un futuro brillante, porque no comprenden las cosas que los amenazan. Esto me parece a mí la inocencia; supongo que podría casi igualarlo con la ignorancia de los atributos básicos de los hombres, y esto es inevitable en algo que ha nacido y empieza a crecer. Obviamente, no entienden su propia naturaleza.
- J.K: Entonces ¿es más una combinación de inocencia propia y atributos de otros?
- W.G: Sí. Yo pienso, simplificando, que ellos no entienden que hay bestias en la psique humana que tienen que ser mantenidas a raya. Son demasiado jóvenes para pensar a largo plazo y poner límites reales a sus instintos y respetarlos, porque dar rienda suelta a estas bestias es siempre un placer en cierto modo, y por eso su sociedad fracasa, se rompe.

Por supuesto, por otra parte, en una sociedad adulta es posible que la sociedad no se rompa. Puede ser que nosotros mismos pongamos suficientes frenos a nuestros instintos para prevenir su destrucción. Puede que tengamos el sentido común para decir que si tenemos bombas atómicas y todo eso – bombas H – bueno, está claro que no podemos usar esas cosas.
O ahora bien, en cierto sentido, en el nivel más bajo de sentido común – obviamente no podemos – pero usted sabe al igual que yo, que hay una gran posibilidad de que esas armas sean usadas y acaben con todos nosotros. Pienso que la actitud democrática de poner frenos voluntarios a nuestra propia naturaleza es el único camino posible para la humanidad, pero no me atrevo a decir que vaya a funcionar, o sobrevivir.
- J.K: Recientemente ha expuesto su creencia de que la humanidad sería salvada , o se salvaría a sí misma. ¿Es eso cierto?
- W.G: Sí, pero es de nuevo porque soy básicamente un optimista. Intelectualmente puedo ver que la balanza del hombre está al cincuenta por ciento, y las probabilidades de que acabe destruyéndose a sí mismo están muy igualadas. Intelectualmente no puedo verlo de otro modo. Pero soy emocionalmente incapaz de creer que llegaremos a esto. Supongo que esto quiere decir que por naturaleza soy un optimista y que por convicción intelectual un pesimista.
-J.K: La razón por la que le planteé esa cuestión fue porque en las notas editadas en “El Señor de las Moscas”…
- W.G: No son mis notas.
- J.K: Perdón. Pensé que el señor Epstein le citaba.
-W.G: ¿Ah, sí?
- J.K: En las conclusiones

-W.G: Oh, sí.

- J.K: Al final la pregunta es, ¿quién rescatará al adulto en su barco? Esto me parece un poco fatalista; esto transmite la idea de que realmente no hay ninguna esperanza.
- W.G: Sí, pero una vez más puedes… hay dos respuestas posibles; y creo que ambas son válidas. La primera es la que he dado antes, y es la cita sobre lo que he dicho del fatalismo intelectual. Es tomar el asunto como una serie de cajas chinas, una dentro de otra. La otra es decir que como el fabulista es siempre un moralista, siempre está exagerando su caso, porque tiene una idea que él desea aclarar. Preferiría decir que si tú no te pones límites a ti mismo, esto es lo que te ocurrirá.
- J.K: De Nuevo, en “El Señor de las Moscas”, me di cuenta de una clara relación entre Simon y su brutal muerte y la de Cristo y su crucifixión. ¿Le importaría discutir esto, o dar algún tipo de juicio omnisciente?
- W.G: Bueno, no puedo dar un juicio omnisciente. Solo puedo comentar cuál fue mi intención. Primero tiene que recordar que no he leído este libro en diez años, así que quizás puedo estar equivocado. Intenté representar una figura como la de Cristo en la novela, porque las figuras de Cristo se dan en la humanidad, de verdad. Pero no podía presentar una imagen completa del potencial humano, a menos que uno reflejara potencialmente una figura como la de Cristo. Así que Simon es el niño que se adentra entre los arbustos para rezar. Es el único que se preocupa de los peques - quien de hecho les pasa la comida, les coge la comida de lugares a los que ellos no alcanzan y se la ofrece. Él es quien es tentado por el diablo: tiene esta entrevista con la cabeza del cerdo sobre el palo, con Beelzebub, Satan, o el diablo, o como quiera llamarlo y el diablo dice, “Márchate, a ti no te quiero. Regresa con los otros. Olvidémonos de todo este asunto.” Esto es, por supuesto, como yo lo veo, la eterna tentación del santo, irse y actuar como un hombre corriente y dejar que todo el asunto siga igual. En lugar de esto, Simon sube a la colina y se aleja de la isla, separa y descubre lo que es esta mano muerta de la historia que está sobre ellos, deshace los nudos para que el viento pueda llevarse esta cosa muerta lejos de la isla, y entonces cuando trata de traer la buena nueva a la sociedad del hombre corriente, es crucificado por ello. Como ve, esto es lo más lejos que fui capaz de llegar con el paralelismo de la figura de Cristo.
- J.K: Ha mencionado que no podría dar un juicio omnisciente, y ha dicho anteriormente que un autor no puede realmente decir, después de escribir un libro, lo que ha extraído de él mismo o ha creado. ¿Cuál cree que es rol del crítico aquí entonces? ¿Siente que el crítico tiene el derecho de sacar a la luz estas cosas?

- W.G: Bueno, ¿no es esta una pregunta sin mucho sentido? Porque si un crítico tiene derechos o no, va a hacerle eso a un libro que ha escapado al control del autor, y por lo tanto podría preguntar también si un hombre tiene derecho a tener cinco dedos en cada mano. Esto es algo dado. ¿Lo que quiere decir realmente es si creo que el crítico tiene, por su naturaleza o aprendizaje, una mejor oportunidad de expresar lo que hay en el libro de la que el autor ha tenido? ¿Es eso?
- J.K: Sí, a grandes rasgos. Como artista, ¿piensa que los críticos están justificados?

-W.G: Algunos de ellos. En la práctica algunos de ellos dicen cosas con las que estoy de acuerdo y algunos dicen cosas con las que no estoy de acuerdo. No veo que pueda generalizarse mucho en este tema. El crítico tiene el mismo derecho que tiene cualquiera para extraer lo que pueda de un libro, y podría decir que creo que algunos críticos que he leído han sido extremadamente perceptivos - o que también he tenido mucha suerte- en el sentido de que parecían señalar ciertas cosas que yo había hecho intencionadamente, y que pensaba sería bastante sutiles, y ellos han logrado reconocerlas. Por otro lado, debo decir que algunos críticos parece que no lo han entendido ni por asomo.
- J.K: Entonces, quizás el señor Gindin estaba bastante desencaminado en su artículo cuando discutía el uso de sus trucos. Él mencionaba que el rescate de los niños era un truco que no cumplía las expectativas que había abierto el libro… no las resolvía, podría añadir también como a él le hubiera gustado. ¿Cree que ese tipo de crítica es justificable?
- W.G: Me ha perseguido el término “truco” desde que lo usé en una entrevista para explicar que me gustaba un final potente e inesperado que mostrara el libro de una forma totalmente diferente que hiciera replantearse todo al lector, lo cual me suele parecer una cosa útil. No sé, en ese caso, si el rescate de los niños al final es un truco o no. El motivo para ese final en particular fue doble. En primer lugar, yo había concebido originalmente el libro como un cambio de la inocencia- que es la ignorancia de uno mismo- al conocimiento trágico. Si mis niños no hubieran sido salvados, yo no podría – en aquel momento, en cualquier caso- ver algún medio de hacer llegar a uno de ellos al momento donde tendría lugar ese trágico conocimiento. Estaría muerto.
Si hubiera optado por la muerte de Ralph, Ralph nunca hubiera tenido tiempo para entender lo que le había ocurrido, así que lo salvé a propósito para que él pudiera ver – reflexionar sobre lo que había pasado – y llorar por el fin de la inocencia y la oscuridad en el corazón del hombre, que es a lo que quería llegar. Esa es la mitad de la respuesta.
La otra mitad es que si, como la cita de ahí decía, el libro se supone que debe mostrar cómo los defectos de nuestra sociedad son directamente rastreables en los defectos del individuo, entonces tú puedes recalcar aún más esa horrible lección moral del mismo modo al tener a un ignorante e inocente adulto que llega a la isla y dice: ¡Oh, ¿os habéis divertido? Entonces en la última frase le haces girarse y mirar el barco, y por supuesto el barco, la cosa adulta, está haciendo lo mismo que los cazadores hacen – esto es, cazar y destruir al enemigo - así que puedes decir, de hecho, en la práctica, a tu lector, “Mira, crees que has estado leyendo sobre niños, pero de hecho has estado leyendo sobre las miserias y las perversidades de la humanidad.” Si esto es un truco, aún así lo apruebo.
- J.K: Yo pienso que cumple lo que dijo acerca del uso del truco del final de la novela, haciendo que el lector reflexione y vea la historia desde otro punto de vista. ¿Influyó de alguna manera el trabajo de Richard Hughes, “Huracán en Jamaica” en la escritura de “El Señor de las Moscas”?
-W.G: Esta es una pregunta interesante. Puedo responderla de forma simple: He leído el libro y me ha gustado, pero lo leí después de haber escrito “El Señor de las Moscas”. Y si va a preguntarme sobre “El corazón de las tinieblas” de Conrad, debería confesarle que no lo he leído.
- J. K: Si no había leído “Huracán en Jamaica” hasta que escribió “El Señor de las Moscas”, ¿qué siente sobre la presentación del tema, el paralelismo entre ambas obras?
-W.G: Hay un paralelismo, creo, pero como muchos paralelismos literarios, se debe a que las personas que escriben sobre la humanidad, es probable que en ciertas circunstancias vean algo del mismo modo. Ambos están mirando, después de todo al mismo objeto, así que sería realmente sorprendente si no pudieran extraerse paralelismos literarios entre este libro y aquel.
- J.K: Tengo una pregunta más sobre “El Señor de las Moscas”. El señor Epstein habla sobre los símbolos sexuales en esta obra. Ha dicho recientemente que dejó a propósito al hombre y la mujer fuera de esta isla para evitar..
- W.G: Evitar distracciones.
- J.K: Sí, me pregunto si está de acuerdo con las observaciones del señor Epstein.
- W.G: Está pensando probablemente en el momento en el que matan a un cerdo…
- J.K: Sí.
-W.G: Y yo estoy seguro de que esto es un símbolo sexual que tiene afinidades con la edípica noche de bodas. ¿Qué puedo decir?
Supongo que lo único que puedo decir es que en esas circunstancias hay muy pocas formas de matar a un cerdo. Lo mismo puede decirse de la edípica noche de bodas.
Esta entrevista ha sido traducida por un servidor y debidamente corregida y supervisada por un amigo sin permiso alguno de William Golding ni James Keating, pero ellos siguen teniendo el ©, que es de 1964.

15 comentarios:

Pilar Mandl dijo...

¡Muchas gracias, buena entrevista y buena traducción (seguro) no he leído la entrevista original pero me ha gustado...!

Kinezoe dijo...

Esas bestias en la psique humana que han de ser mantenidas a raya son los dragones del edén, el complejo reptílico del que nos hablaba Sagan en su famoso libro: la parte más antigua de nuestro cerebro, la que entronca con el instinto animal.

Dicen que cualquier sociedad tecnológicamente avanzada tiende a la autodestrucción. Si no es cierto nos falta bien poco... En cualquier caso, y a pesar de mi naturaleza pesimista, en esta materia suelo ser intelectualmente optimista: creo que la raza humana, cual Ave Fénix, renacería de sus propias cenizas. Aunque tuviera que pasar nuevamente por otra segunda Edad de Piedra... Sí, lo sé: optimista optimista tampoco es que sea, jeje... ;)

No he leído "El Señor de las Moscas", pero sí otro libro que se menciona en esta entrada: "El corazón de las tinieblas". En su día me encantó.

Muy interesante la entrevista. Saludos, amigo. Y buen día! ;)

David dijo...

- Pilar: Gracias. Lo bueno que hay en la traducción es cosa de mi amigo.
Creo que la original no está traducida, por eso me animé.

- Kinezoe: Sí. Yo creo que tenemos un instinto animal que muchas veces está menos escondido y mantenido a raya de lo que pensamos.
El tema de la autodestrucción es algo de lo que ya no se habla tanto, pero en los sesenta (época de la entrevista) y con la guerra fría es algo que debería preocupar muchísimo a la gente con un mínimo de conocimiento.
Optimista, lo que se optimista no sé si llamarte (ja,ja).

Yo suelo considerarme un poco como Golding...si veo el mundo, no puedo cerrar los ojos al mal que se hace, las guerras, las injusticias...pero al mismo tiempo una parte de mí (supongo que la emocional) quiere creer que lo contrario es lo que va imponiéndose. Hablo de tendencias humanas, no de avances científicos o un progreso en ese sentido (el progreso es otra cosa distinta, ese se impone él sólo).

Te reocmiendo el libro de Golding. Yo lo acabo de leer y ya te puedes hacer idea de que lo he encontrado bastante interesante (como tú la entrevista, cosa de la que me alegro).

Otro saludo para ti y mejor día ;)

ANRO dijo...

Plaf, plaf, plaf....al traductor y a su amigo.
Una vez colgada la alabanza hay que decir que el Sr. Golding tiene la mente muy clara y coincido con él en cuanto a la naturaleza optimista y la convicción intelectual pesimista.
Sí amigo David, "El Señor de las moscas" es una novela genial que refleja de manera inquietante lo que puede ser un mundo en el que, en un momento dado puede explotar la barbarie más descontrolada.
He apartado de mi biblioteca el volumen para volver a releerlo, porque hace décadas que no lo hago.
Un abrazote.

David dijo...

-Anro: Muchas gracias. Yo también coincido con él. No sé si una novela genial. Bastante interesante sí me ha parecido, y aunque acabo de leerla, igual la releo en un tiempo, así que bueno... con eso ya lo digo todo.
Un abrazito

Crowley dijo...

Yo creo que tras una guerra se esconden muchos, muchísimos intereses de distinta naturaleza, pero que en definitiva buscan conseguir la supremacía en su terreno. Y desde luego las guerras de ahora nada tienen que ver con las de antes, lógicamente.

En lo de las sociedades que pueden hacer que un hombre sea mejor, eso es indudable, aunque no sé si la democracia es el único motor para ello (aunque sí que lo facilita y mucho).

Yo creo que el ser humano, desde que nace, tiene latente una parte oscura aunque son incapaces de discernir lo que está bien y lo que no. Miden las dos cosas de la misma manera. Aún así, son inocentes y confiados en lo que respecta al mundo que les rodea y hacia los demás. Tan sólo a lo largo de los años, sobre todo con los varapalos que nos va dando la vida y los desengaños con los que nos van haciendo madurar nuestros congéneres.
Y si los niños no saben diferenciarlo, los adultos parecemos no querer saberlo y es que cualquier día lo mandamos todo al traste, apretamos el botón y pum. Se acabó.

Y sí que es un optimista G., porque yo no creo que la humanidad pueda salvarse de sí misma.

Muy buena esa pregunta que es, como dicen, verdaderamente fatalista, "¿quién rescatará al adulto en su barco? ".

No había pensado, y mira que es evidente, en la muerte de Simon como en la de Jesucristo.

Muy bueno, también, lo de que algunos críticos sí que están justificados, jejeje. Yo dese luego no coincido con Gindin tildando de truco ese final. Para mi no sólo cumple las expectativas, sino que las supera.

Curioso lo de la matanza del cerdo y sus connotaciones edípicas.

Un gran trabajo el tuyo con esta interesante entrevista, amigo David.
Un abrazo

Marcos Callau dijo...

Gracias por darnos a conocer esta entrevista. Estupenda. Me ha llamado la atención su definición de inocencia en los niños.

CINEXIM dijo...

En primer lugar felicidades por la traducción y el trabajo de transcribirla al blog. Realmente me ha abierto el apetito de leerme esta novela que rondó por casa tanto tiempo.

David yo la edición la tengo del 2006 pero no es de bolsillo. Más fácil, vete al capítulo 37 de la Tercera Parte de la biografía, ya me comentarás.

Respecto a la relación Capote/Warhol es una relación amor-odio. La verdad es que, en sus Diarios, Warhol no lo deja muy fino, y bueno ya leerás en breve lo que Capote opinaba de Warhol. Aunque sí, se ve que de jóvenes Warhol lo acosaba.

Un abrazo

David dijo...

- Crowley: Sí. yo también creo que detrás de una guerra se esconden intereses. Ahora ya no se esconden, y suelen ser (como casi siempre) económicos.

En lo de la democracia, pues no sé, estoy igual que Golding.

Y coincido bastante en lo del ser humano, pero es un tema muy complejo para debatirlo aquí.

Lo del adulto en el barco es genial, porque aunque de forma ambigua, hay una guerra más allá de la isla.

Yo tampoco pensé, para qué te voy a engañar, hasta que leí sobre ello. No soy "crítico" (je,je).

A mí el final me encanta. La única pega es que me deja con ganas de más.

Lo de la matanza del cerdo y sus connotaciones, más que edípicas con la noche de bodas, es como dijo el amigo que me ha ayudado en la traducción "bueno, la cosa va de clavar cosas puntiagudas" (ja,ja).

Fue más trabajo el de mi amigo (él es más serio para estas cosas), pero gracias.

Otro abrazo para ti.

- Marcos: No hay de qué. Me alegro de que te haya gustado. Un saludo.

Josep Lloret Bosch dijo...

Muy buena la traducción: el texto se lee muy fácil.

Y muy interesante la entrevista; ahora aun tengo más ganas de leer el libro, mira...

Saludos.

David dijo...

- Josep: Sí. Esto se lee "fácil"... No como lo tuyo, "torturador"(ja,ja).
Un saludo.

Bruja Truca dijo...

Muy interesante y te has currado la traducción, todo hay que decirlo. Tampoco me he leído el libro, aunque llevo mucho tiempo queriendo leerlo. Me ha gustado la definición de inocencia. Por desgracia, hoy los niños descubren cada vez más pronto su potencial. Para hacer esa novela hoy habrían tenido que utilizar exclusivamente a niños que no superasen los dos años.
En fin, una razón más para leerla de una vez. Un saludo.

V dijo...

Vamos a ver. Ante todo estoy alucinando un poco por que creo que voy a discrepar del propio autor de la novela,y en principio nadie mejor que él para saber que ha querido contar.Aun así, creo que en la entrevista se confunde la inocencia natural en términos antropológicos con otra cuestión muy distinta:los calificativos morales inocente- culpable de un acto op actos concretos.
Coincido en la inocencia natural hasta cierto punto,en otros en absoluto. Siempre pensé que esta novela era el perfecto ejemplo de que el ser humano en su estado natural tiende a adoptar los códigos y las formas propias de la naturaleza.
Y en la naturaleza virgen no caben los adjetivos de inocencia y culpabilidad propios de las conductas morales, ya que todo es un proceso natural.
Los actos de los niños van volviendose progresivamente más inmersos en las leyes de la naturaleza, con todo lo que ello implica.
Lo que sucede es que el lector,y hasta el autor,las observamos desde una posición civilizada. Y ahí si cabe el juicio moral sobre los actos.
Le veo a Golding muy rápido a la hora de decir que no ha leido "el corazón de las tinieblas" y "Huracán en Jamaica". Demasiado veloz. No se que pensar.Muy interesante toda la entrevista,incluso valorando el papel del crítico,cuestión que como imaginarás me interesa mucho.Un saludo

David dijo...

-V: mmmmmmm.... Yo sí estoy un poco con Golding... En parte los niños acaban comportándose como "bestias" porque no saben que lo son..
En la naturaleza virgen todo puede ser un proceso natural, pero en el comportamiento de los niños está perfectamente "orquestado" (no sólo al principio con la caracola y la asamblea; en su desenlace con una figura autoritaria imponiendo su mando también).
Si Golding dice que no los ha leído, no tengo por qué no creerle. Además, luego dice que sí ha leído posteriormente la de "Huracán en Jamaica".
Gracias por pasarte por una vieja entrada ("claro, como no metes nuevas", puedes decir (ja,ja) )
Un saludo.

V dijo...

El final con uno que impone su autoridad es propio del estado natural.Los niños se han convertido en una manada. Y toda manada tiene su macho alfa.
Vale, si él lo dice,nole voy a desmentir yo. De acuerdo. Es solo que me mosquea un poco que se anticipe en lo de Conrad cuando nadie le había preguntado todavía nada. Igual es que le habían hecho muchas veces ya la preguntita de Conrad y la veía venir.
Hevuelto a leer la entrevista y la verdad es que es sorprendente. Nunca pensé que Golding se declarase optimista. Sobre todo después de leer la novela...No se, pensé que era la novela dealguien cualquier cosamenos optimista...Un saludo
PD: Usted y sus entradas a su ritmo. A mi me gustaría que fuese el de las fotos,pero también te digo, que después de la espera me lo pasé muy bien en el último safari express. Ah y te queda una tercera entrega de no se que de cristal...Parezco el profe poniendo deberes. Un saludo

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