sábado, 30 de noviembre de 2013

¡MARCHANDO HUEVOS FRITOS PARA TRES!


Pie de foto. Foto izquierda: Mantero: David. La victoriosa: hermana mediana. Rubita con su primo: hermana pequeña (yo)   Foto derecha arriba: Amante de los caballitos.  Foto derecha abajo: Huevo ideal para nuestras cenas.

Previo aviso a los lectores,  constantes u ocasionales, de Safari Nocturno, el blog que firma David,  y que resulta ser mi hermano mayor. Antes de que él se explique o disculpe ante vosotros y vosotras del motivo por el que yo escribo unas líneas en su blog, decido tomar la delantera. Se lo pidió a un amigo  que suele comentar de forma anónima en ocasiones, pero este ha debido de pasar de él. A mí, que nunca me ha gustado dejar a mi hermano en modo llorón,  no me ha importado aceptar la vacante. Esperando que paséis un buen rato con este texto... ¡Buen provecho!

Muchas han sido las noches que mis hermanos y yo hemos compartido cenas homólogas. Aproximadamente misma hora, homogéneas en menú, contexto idéntico (cocina) y como he manifestado, en igual compañía. Sin embargo, no me acuerdo si supimos romper con la tediosa rutina. ¿Al menos nos reíamos o hacíamos por divertirnos? Sólo recuerdo que en una ocasión nos grabamos (en casete). No con la intención de guardar testimonio sobre nuestras  cenas invariables, sino por probar un nuevo radiocasete donde debíamos apretar PLAY y REC a la vez (¡no era tan fácil sin smartphones!;  como ya sabréis, se requería de una psicomotricidad y coordinación similar a la requerida para desactivar una bomba. Perdón, me desvío...). El caso es que estábamos fritas de los huevos. Es más, estábamos ¡hasta los huevos! Pero ya en la "gran aventura" de grabación faltaba uno de nosotros. No, desafortunadamente no era el huevo frito que nos acompañaba eternamente, y que para la ocasión experimental bien podía haber sido estrellado y/o escalfado. Creo que no es necesario aclarar quién restaba y no precisamente por tener huevos, que solo los tenía anatómicamente (en líneas posteriores entenderéis el motivo de dicho comentario). Ya se había ido a "estudiar" a la universidad (o a estar en estado "matriculado" como él mismo cuenta en un post anterior). Allí, no mejoró en cenas. Lo sé porque fui víctima de su alimentación "cum fraude". Por mis bajas calificaciones fui castigada a pasar unas vacaciones con el supuesto inteligente de la familia. Sin entrar en detalles, aquellos días me hicieron jurar a lo Escarlata O´Hara:
-a Dios pongo por testigo que pasaré hambre antes de tener huevos de lunes a domingo ... de los huevos y desayunos con mi hermano, de su pan bimbo tostado en las placas eléctricas directamente enriquecidas con restos culinarios recientes o caducos,  y de sus  patatas hervidas para comer jueves, viernes, sábado, domingo y lunes  de resurrección (que ni Jesús hubiera querido revivir con esta dieta). Me puse enferma, pero no de tuberculosis... aunque bien pudiera haber sido.

¡Qué par de huevos! ¿Cómo pudo cuidar así de su hermanita? Supongo que mi madre le dio pasta, que se gastaría en pastas duras.
¡Esta fue la segunda que me liaba gorda! La primera fue con 8 años, Lawrence de Arabia.  Lo acordado fue que cogiera para nosotras y mis primos una película de Walt Disney. Nos la vendió diciendo: -¡pero si salen caballitos! 
La tropa infantil...fuimos desertando uno a uno. ¡Yiiiiiha! debió de pensar David. ¡Mierda! debió exclamar nuestra madre cuando la caja tonta no conseguía agruparnos e hipnotizarnos. (Y ahora lee y se emociona con Harry Potter...¡Tiene huevos el asunto!)

Yo, en aquella época era monaguilla en nuestra iglesia. A las 8 de la mañana daba los buenos días al niño Jesús. Hasta hice de Virgen María para orgullo de mis padres. Por ello, confesé los pecados, siempre pensando en el prójimo, los de mi hermano. Me chivé a mi abuela de que para David, Dios no era omnipresente, era más bien inexistente (debía de pensar... ¡Qué Dios sería tan cruel de no librarnos del milagro de la multiplicación de los huevos!). Quizá era mi venganza y esperaba un exorcismo aplicado al apasionado de los caballitos. Pero creo que para mi hermano la verdadera vendetta me la tome en aquella ocasión que tuvo que mudarme por necesidades fisiológicas varias. El motivo, una película en la que salía esta vez no caballitos,  una niñita rubita, Poltergeist. Tiró el biquini a la basura (mi madre le dijo que me pusiera el pijama en su ausencia, eso no incluía quitarme la ropa de piscina) y me duchó como si fuese un coche en un túnel de lavado, el chorro de agua y gel me llegó de similar manera. Estoy segura de que hubiera puesto todo el edificio en cuarentena y  colocado un traje antinuclear de haberlo tenido.

Davitón, Davitón. Pudo haber sido el inventor de la canción del verano de reggaetón. En su adolescencia no hacía más que repetir "1, 2, 3 cachete".  ¡Qué posible éxito de verano! Pero sus cachetes nunca dieron calorcito. Era su amenaza a la hora de defenderme de nuestra, en aquel momento, apisonadora y abusadora hermana mediana. Jamás llegó a darle el cachete, ese siempre fue para mí o incluso para él. Repito, hermana mediana,  a la que llevaba cinco años y medio, a la que solo amenazaba y de la que recibió más tortas de las que le pudo dar.


La  autora de esta entrada, su madre, su hermana mediana, y su hermano mayor.

Pero no todo fueron momentos de venganzas, cachetes y colesterol. También hubo instantes dulces.  Rememoro uno en particular.  Aunque mi hermano no reconoce su autoría. Una noche tenía miedo... no sé el motivo. Quizá Poltergeist o la banda sonora de Psicosis a todo trapo desde su habitación. Fui a su dormitorio con temor y me acurruqué en su cama. Le expresé que tenía miedo. David  me explicó en detalle que al dormir podemos tener sueños dulces o bien pesadillas desagradables. Para eludir las indeseadas solo tenemos que soplar muy fuerte para alejar las nubes oscuras que acercan los malos pensamientos. Esa noche me enseñó a soplar fuerte para alejar los nubarrones. Y yo soplé hasta que me quedé dormida. En la actualidad, niega que esta situación ocurriera. Yo juro que no solo fue un buen sueño.

Como reflexión final a todos estos escenarios pasados he de decir que no sé si conseguimos reírnos en esas cenas llenas de yemas y claras, pero creo que sí tenemos un pasado con grandes anécdotas. Como colofón, una última anotación. Llevo unas dos semanas introduciendo en las cenas de mi bebé de once meses el huevo.  Una semana de yemas y una semana de yema más clara. ¡Hoy se me ha olvidado dárselo! En serio. ¡Va por vosotros hermanos! 

14 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Que se jubile David! ¡Queremos que siga escribiendo la chica de los huevos!

Blue dijo...

Pero bueno, ¡qué arte tiene la hermana contando!, jaja.
Ese David de la foto, agarrado a las crines del caballito, parece que se ríe porque está tramando algo, pero algo...nada bueno, jaja.
Y ahora ya me voy tranquila porque sé espantar los malos sueños. Si hay que soplar, se sopla.
Felicidades, familia.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Quizá tenga que dejar de llamaros los hermanos calatrava para rebautizaros como la familia calatrava, con la actuación estelar del matriculado, la kunfu panda y la monaguilla (que claro está, recibe como buena cristiana todos los cachetes y luego pone la otra mejilla). Perdón, perdón... pero es que lo ponéis a "huevo", ja ja. Me ha encantado la entrado del blog y me reído muchísimo, pero hay cosas que no comprendo. ¿Cómo es posible que os llevéis tan bien después de liártela parda tantas veces? un saludo salado. Y la próxima vez que nos veamos invito yo a la comida, conozco un sitio donde ponen unos huevos.... ;-)

M Vitoria dijo...

no sabia yo de tus habilidades escribiendo, has hecho borrador? jejejej besooosss

Ichi dijo...

Anónimo 1: Prefiero ser yo la jubilada/pensionista.
Blue: Tus nubes nocturnas son Blue?Quizá David no te mande soplar con esas.
Anónimo 2: Yo también me he reído con la contestación. Mientras invites...no hago ascos al menú de los huevos.
M Vitoria: Habilidades?Solo he contado lo vivido, sencillo.

Ichi dijo...

Hermano... quita ya esa foto de la cabecera!! Pon al guapo.

miquel zueras dijo...

Yo que tengo sueños difíciles me apunto la solución para las pesadillas.
Me encantan los huevos rotos y los revueltos, con cebollino picado y un chorrito de agua con gas.
Un placer leer tu entrada. Saludos. Borgo.

V dijo...

¿Como es el dicho? No me acuerdo bien..."el que calla otorga" o "el que calla ni afirma ni niega"...es extraño este silencio ante cosas tan ingeniosas como "cum fraude". Un abrazo

David dijo...

-miquel: La solución le funcionó a ella. No sé yo si irá contigo... No dejas escapar la oportunidad de dar recetas, ¿eh? (jaja)
Un saludo.

-v: mmm... La entrada la ha escrito ella, así que había decidido que ella "respondiera". Pensaba también hacer una "contra-entrada" dando mi versión de los hechos. Pero dudo que lo haga, así que... Desgraciadamente, en lo de la alimentación "cum fraude", tiene razón. Me gastaría probablemente el dinero en libros, pelis y tebeos y pensaría que podríamos tirar con arroz, pastas, patatas y huevos y cola caos. Vamos, con lo que tiraba yo habitualmente... que no se murió de hambre, como has podido comprobar.
Otro abrazo.

Ichi dijo...

Ni arroz, ni pasta, ni huevos... Eso ya es una dieta variada. Y los cola caos son tu base alimenticia pero no la mía. ¿Tu versión? Haces bien en no escribir ficción.
Gracias Borgo y V.

Anónimo dijo...

No te entiendo Ichi. Deberías estar agradecida del enorme esfuerzo que hizo tu hermano por alimentarte y cuidarte, reduciendo con ello su escaso presupuesto para tebeos y pelis. Ten en cuenta que estabas castigada por tus suspensos y eso explica por qué te dejaron con él a solas. Por ciento, tengo que probar esa superreceta de poner tostadas directamente sobre la placa.

Diapo

Blue dijo...

David, aclárame lo del color de las nubes, jaja. ¿Los nubarrones si son algo azuladitos no son malos?
Besos.

Pilar Mandl dijo...

Vaya columnista más buena que te has agenciado! Con lo difícil que es escribir con gracia ella consigue que durante unos minutos nos colemos en su niñez y disfrutemos con una gran sonrisa.
Espero que se " cuele" más a menudo!
Un beso

David dijo...

Eso depende de ella.
Un abrazo.

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