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domingo, 22 de junio de 2014

¡¡ A LOS CABALLOOOOS !!



"Una carrera hacia los árboles". 1889. Ilustración de Frederic Remington.

Hará cosa de unos meses tuve una pequeña discusión bloguera (en realidad no llegó ni a eso)...  Fue en una entrada en la que su autor hablaba de las "mejores películas" de la década o algo parecido (en su opinión, claro; aunque esto él no lo decía expresamente)

Como la discusión en su blog no prosperó mucho, decidí continuarla y escogí como víctima para ello a un blogger vecino (V, de Viajes por la sala oscura) quien accedió amablemente a permitir mi desahogo en una serie de mails cruzados, así como a la posible utilización de estos para una  entrada: esta misma que lees ahora.



- David: No sé si has leído “El lobo estepario" de Hesse. Yo la leí hace ya más de 20 años y no la he releído, pero recuerdo que el personaje de la novela adoraba a Mozart y menospreciaba a Beethoven... luego incluía a este último en su particular "panteón", no recuerdo por qué motivo.
Bueno, había pensando buscar el párrafo…

- V: Busca lo del estepario a ver por dónde salimos.... Creo que lo que llama la atención es la admiración y el rechazo por dos compositores al parecer incontestables. No sucedería lo mismo si hubiese escogido para su rechazo un autor considerado ínfimo....aunque no lo sea.


- David: ¿Con qué criterio valoramos más a Mozart, Beethoven o yo qué sé quién? ¿Crees que podemos decidir objetivamente que una película es mejor que otra?

- V: Desde luego podemos decidirlo. Es más, uno puede valorar y decidir cuanto le venga en gana. Salvo que la pieza del autor emocione de tal modo que uno quede prisionero de su belleza y cualquier juicio quedara siempre pospuesto. Salvo ese supuesto, el libre albedrío nos permite incluso la indiferencia. Es cierto que al añadir objetivamente, se complica la ecuación. Sería someter el arte a una prueba de laboratorio. Y el arte está relacionado con el caos, y los laboratorios con la exactitud empírica.

Esto no es "Amanecer" de Murnau.
- David:  Vale. Lo de objetivamente es lo que a mí no me funciona.  No podemos establecer "posiciones" en las artes como si esto fuera una competición. ¿Cómo vas a decir si es mejor "Centauros del desierto" que "El hombre que mató a Liberty Valance"? ¿O "Sospecha" que "El Silencio", o "Amanecer" que "Luces de ciudad"?

En mi opinión, al final todo se reduce a una cuestión de gustos. Luego alguien podría decir que si una película está mal fotografiada, o mal montada, o los diálogos son ridículos, peeeeeeero... ¿qué pasa cuando se busca ese efecto? ¿Dejan de ser peores las obras de arte que no responden al criterio representativo de hace siglos? ¿Las que no son figurativas? No. Son de otro tipo.

Al final, las listas de "mejores películas" o "mejores discos"... ¿no dejan de ser algo que puede servir para orientarte en qué destacó más o menos algo o  si se valora más o menos pero que no puedes dejar de tomártelas un poco a risa?


- V: Se puede ver esto de tres formas. Por un lado existe una tendencia del hombre a realizar construcciones ideales sobre la belleza y el arte asociadas a la perfección. Y por otro,  siempre existirá una visión subjetiva. La de un sujeto sometiendo a valoración un objeto. Y por último, no se puede olvidar la necesidad de todo fenómeno artístico de reinventarse continuamente, renovarse, subvertir e ir a contracorriente.

Y no olvidar que si hubo un tiempo en que se consideró que el arte debía estar hecho a la medida del hombre, posteriormente se dio un paso más, de modo que el arte sólo debe estar a la medida del arte.


- David:  "Por un lado existe una tendencia del hombre a realizar construcciones ideales sobre la belleza y el arte asociadas a la perfección."  Si cojo eso que has dicho. ¿Cuáles son esos ideales de belleza asociados a la perfección? ¿El canon clásico? ¿Los ideales de belleza no cambian con los tiempos? Ahora no se llevan las mujeres de Rubens, ¿no?  Y en una época o contexto puede valorarse el arte de un tipo, o de otro... Esas ideas cambian. Lo que antes podía gustar y tener éxito en una fecha, puede pasar enseguida de moda...

- V: Por partes. Siempre existirá una visión subjetiva que variará con cada lectura o visionado. Pero eso no afecta a la obra valorada que recibirá tantas apreciaciones subjetivas como lectores o visionados. 

Llevemos el argumento al extremo: la artista conceptual Dora
Lo inadecuado de Dora García (con Dora García)
García 
 afirma que "el arte puede ser lo que quiera, aburrido a muerte o histéricamente divertido, hermoso o espantoso, ordenado o caótico, culto o extremadamente idiota."  Lo cual supondría validar cualquier lista según un criterio subjetivo y presuntamente artístico. Sin pretender censurar opiniones, todas ellas en principio validas....no se dónde nos llevaría seguir esa premisa.

- David: No sé exactamente a qué conduce...  Pero disiento. Eso sí afecta a la obra valorada. ¿La apreciación crítica da o resta valor a la obra en sí misma? ¿Deja de ser una obra maestra una película porque ahora no interese o la crítica no la valore o piense que ha envejecido? ¿Siguiendo qué criterios?

- V: Al contrario. Define en parte al sujeto que la valora. La obra artística ni se inmuta. Salvo que nos dejemos llevar por los cantos de sirena del comité de sabios de turno, los comisarios culturales que pretenden dictar qué es bueno o no, como si se tratase de la última colección de moda verano.

- David: Sí, vale. Visto así, puede. Pero no es cierto. Una minusvaloración crítica de una obra, hace que su difusión sea menor, que su visión por parte de un posible lector/espectador que haya recibido ese comentario poniéndola mal,  le haga no apreciarla, etc...  Así que no es cierto. Una valoración de las obras, conlleva (por desgracia) una repercusión mediática y casi podría decir que de "erosión" sobre esta.

- V: Eso es porque la valoración crítica por desgracia en muchos casos se transforma automáticamente en publicidad. Hay que ver determinadas obras de un señor ya que si no, no estás subido en la ola de la cultura. Y esa es una dictadura como cualquier otra.
Como la de ver exclusivamente films premiados en festivales o con categoría "indie". Y ese boleto se sigue comprando. En mi opinión, puede ser tan perniciosa la publicidad que vende un film porque ha ganado la Palma de Oro en Cannes como la que dice que no te debes perder tal film ya que lo han visto 5 millones en un fin de semana. Aunque una  coartada parezca mas cultural y elitista y la otra mas democrática.

- David: ¿Y no pasa lo mismo con las películas "clásicas"? "Nosotros vemos "los clásicos" ", etc... Lo que es una dictadura como cualquier otra es pensar que tu criterio a la hora de juzgar o valorar una obra de arte es el idóneo o el más adecuado o el que "vale"... Cuando estamos hablando de algo totalmente subjetivo... No es una carrera de 100 metros lisos o un partido en el que uno marca más goles y por eso gana. Velázquez no gana a Leonardo o a Picasso o a Rubens o a Rafael.  Más allá de épocas o técnicas distintas, no puedes hacer carreras o listas de mejores y peores... Retomando aquella cita de Hesse. De  nuevo, ¿es mejor Mozart que Beethoven?


- V:  De acuerdo solo en parte. Desde luego, no estamos en una competición, ni nadie gana. Pero esa tesis llevada al extremo nos podría llevar a otra pregunta. 
Lennon vs McCartney
¿Por qué Salieri  al parecer estaba convencido de que Mozart era sublime?  Y que él jamas lo fue ni lo seria, ni alcanzaría su excelencia... 

Aceptando el criterio de base y llevado al extremo absolutamente todo es comparable y está al nivel de todo. ¿Por qué no?
La respuesta me la has dado antes: Bergman y Bob hope según tu criterio no están al mismo nivel artístico.*

David: Según el mío...Pero el mío no tiene importancia. Vale más el de Woody (jaja).*  No... Vale. Es cierto...  Es complicado.  Pero insisto, es una cuestión de gustos... Esto es complicado. Con lo de Salieri. Es como Hawks, que sabía que sus westerns no eran  tan buenos como los de Ford... Peeeeeeeero...a mí los de Mann, Walsh  (o los del mismo Hawks) sí me parecen tan buenos.

- V:  Estoy de acuerdo. Y para ello no hay que hacer cinco masters ni tener estudios en Bellas Artes.
Mi padre, que apenas terminó la educación básica decía que la mejor película de todos los tiempos era "La ley del silencio".

Marlon Brando en "La ley del silencio".
Y yo podría argumentar que es porque trabajó toda su vida en un muelle y sabía de lo que iba la película. Aquí te echo un capote. Sin necesidad de sesudos libros que nunca leyó. Ni teorías sobre el neorrealismo,  ni monografías, esa peli le fascinaba....y tal vez alguno ahora diga que si era sombría, que si Kazan hizo su particular auto sacramental... él no sabia nada de eso. Simplemente le emocionaba.

- David:  ¿Y va a venir a decirle alguien que no es buena (o sí lo es) por esto o lo otro? Al cuerno quien venga...(jaja)

- V: Claro que no. Ya que mi padre no necesita decir que es buena porque después de muchos análisis la bendijera la "nouvelle vague", ni que los claroscuros en blanco y negro eran de raíz tal o cual.
Pero pese a todo, me alegro de que gente que no lo vivió, ni  sufrió ese ambiente, llegue a la conclusión de que estamos ante una gran película. Y lo explique, y lo divulgue. En su forma y en su fondo. Y he cuidado los verbos. No he dicho lo publicite, ni lo promocione.

- David:  Mmm. Yo lo que veo es que podemos "decir" que es una gran película o diferenciarla de una no tan grande. El problema para mí estriba más bien en ponerte a calificar las grandes. Eso es para mí bastante ridículo. ¿Es mejor "Revolver" que "Abbey Road",  "Rubber Soul" o el "Blanco"? Puede gustarte más o menos, pero decidir que uno es mejor que otro...buuufff..

- V:  Es que yo cuando escucho "Revolver" no me acuerdo de "Abbey Road"....  Es broma. En lo musical es muy complicado también.
Realizar una lista de los mejores discos o de las mejores películas... me parece que solo puede servir como juego o guiño cómplice. Plantearse un proyecto así en serio, me parece sencillamente imposible. Me siento incapaz y me niego en redondo. Hay quien las hace y lo respeto,  pero la tarea de sentar las bases sobre "lo mejor" en mi opinión es un error desde su propia concepción. Es  imposible. ¿Cuál es la mejor novela? ¿El mejor disco? Ni quiero, ni sé responder a eso

Es más, me suele resultar chocante el hecho de que exista gente que lo tenga clarísimo. En mi opinión, la cultura como diálogo con el espectador, oyente,  lector o visitante de un museo debiera estar en constante movimiento. En continua evolución. Pero sucede que como en muchos casos lo que nos ofrecen no nos satisface o nos decepciona,  pues nos agarramos como un clavo ardiendo a los clásicos, que nunca fallan. Tal vez, entre otras cosas, por eso son clásicos, según Italo Calvino.

Aunque lo que en mi caso no se produce es el fenómeno de la idolatría. O sí. Nolotengoclaro.

- David:  Mmm...A mí, "esos" (y te incluyo) que dicen no tener ídolos y que ven los defectos de los tipos que "adoran" pero luego los defienden a capa y espada...  Yo tampoco tengo ídolos... pero a Chaplin, los Fab, Vidor, Ford, Foster y  muchos otros, que ni me los toquen (jajaja)

- V: ¿Los ha tocado alguien? ¡¡A los caballoooos!! Como dicen en "La isla del tesoro": los que mueran por la afrenta, serán los mas afortunados. 

* AÑADIDO I : Este comentario hace referencia a un cruce de mail anterior al tema que aquí nos ocupa, pero de similar contenido. Por lo visto partía de una entrevista de Woody Allen en la que mencionaba que disfrutaba muchísimo con Bob Hope y lo valoraba de forma similar a Ingmar Bergman. No hemos encontrado la fuente original.

AÑADIDO II (o P.D.  de V) : Ha sido un placer ir de safari. La felicidad hubiera sido completa si por el camino sirviesen Pepsi y no la otra. ¿Está más rica?  ¿es mejor?  ¿me gusta más?  Igual de todo un poco.

miércoles, 6 de marzo de 2013

LOS WYETH

He leído en algún blog que la familia Wyeth viene a ser a la pintura norteamericana lo que la familia Kennedy a la política...  Pero claro, entre la política y el arte, tengo claro qué familia me interesa más...

La cosa empieza con N.C Wyeth (1882-1945), el abuelo. Un gigante de la ilustración... Un clásico.






















Sigue con Andrew Wyeth, el padre (1917-2009). Otro clásico en la pintura norteamericana.

















Y termina (por ahora; aunque podríamos seguir con familiares no sanguíneos; que los Wyeth también emparentaron con otros artistas) con Jamie Wyeth, nieto de N.C e hijo de Andrew.


















lunes, 6 de febrero de 2012

GIL KANE: LA ENTREVISTA


El escritor Jonathan Littell, de quien sólo he leído algunas entrevistas cuando publicó "Las benévolas", comentaba que odiaba hacer entrevistas  a la hora de promocionar un libro para los medios de comunicación porque las preguntas siempre solían ser las mismas, demostrando la falta de originalidad de los entrevistadores, y  que esto acababa siendo monótono y aburrido para el entrevistado.

A lo que añado que no sólo para el entrevistado. Durante muchos años, si leía entrevistas en diferentes medios de alguien que o bien sacaba un disco,  una novela o  acaba de dirigir o aparecer en una película, me daba cuenta de que las preguntas y las respuestas tendían a ser muy similares. Igual que Littell, acababa aburriéndome al  leer la misma entrevista con ligeras variaciones después de tres o cuatro veces.

Además, las entrevistas siempre eran breves y no iban más allá de los cuatro tópicos sobre los que giraba la vida o la personalidad del entrevistado y lo que estaba promocionando.
Así que terminé detestando ese tipo de entrevistas.
Pero claro... cuando te encuentras con otro tipo de entrevistas...la cosa cambia.

Todo el mundo conoce el libro Hitchcock-Truffaut.  Pero hay otros libros de entrevistas que he disfrutado tanto como ese o más todavía. El de Hawks según Hawks (la entrevista la hace Jim McBride), el de Conversaciones íntimas con Truman Capote (de Lawrence Grobel).
Pero para leer una buena entrevista no sólo podemos recurrir a los libros. 
La revista U  publicó en su día unas estupendas entrevistas con autores de tebeo que merecen mucho la pena. Seguían el ejemplo de una revista sobre comics americana, The Comics Journal, con la que puedes estar de acuerdo o no con su política editorial, pero a la que no se le puede dejar de reconocer la cantidad y calidad de las entrevistas que ha ofrecido a lo largo de su historia.


Y probablemente sea la que hay entre el editor Gary Groth y el dibujante Gil Kane entre los números 186 y 187, mi favorita de todas las entrevistas que he leído. Sí. Más que la de los libros que os he citado. La entrevista definitiva.  No porque Gil Kane sea mi autor favorito de tebeos. En realidad, más que autor completo, era un dibujante al servicio de guión ajeno. Y como dibujante, ya os digo que no estaría entre mis cinco favoritos (aunque igual sí entraría entre mis diez; pero tampoco lo tengo tan claro).  Tampoco porque esté de acuerdo con lo que expone... 
De hecho, hay muchas veces que no estoy de acuerdo con las ideas de Gil o sus puntos de vista, como ocurre aquí: 
"Eisner siempre se vio a si mismo en términos elevados, y se dedicó continuamente a apoyar esa idea. Está seriamente obsesionado con la idea de hacer algo más importante, de dejar alguna huella. Es un artista serio. Para el estándar de los cómics. Pero, ¿ es su trabajo serio para un estándar literario?"

Comparativa que me llevó en su día a la que hizo no sé muy bien si George SteinerAlain Finkielkraut Magnus Enzesberger (no voy a ponerme a buscarlo ahora) entre la poesía de Rilke y la de Bob Dylan. Por supuesto, la de Rilke tenía más categoría (¿acaso lo dudabáis?).


Por cierto, Abril. Igual tienes un motivo para leer algo de la entrevista. ¿Sabes de quién fue vecino Gil Kane? La respuesta, aquí.

domingo, 14 de febrero de 2010

EL ARTE ES SÓLO UNA PALABRA DE CUATRO LETRAS.

"... Creo que la gente está bastante intimidada por las artes. Pienso que las artes perpetúan ese "nosotros " y "ellos" con ideas como "talento" y "genio" y "arte con A mayúscula". Cualquier cosa para separar este mundo tan elevado de los patanes que hay debajo y que no pueden hacerlo.
Y la mística de hacer películas se mantiene sobre un pedestal, y hay un montón de material con la "inspiración del artista" y la mano del artista y todas estas cosas. Y verdaderamente pienso que no puedo continuar con ese tipo de cosas...."

Extraído de una entrevista a Dave McKean por Christopher Brayshaw en el Comics Journal 196. La penosa y malintencionada traducción, mía.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

EL ARTE ES UNA CUESTIÓN DE FE.

¡Esto no es jazz!

No sé ni lo que es arte, así que mucho menos sabré distinguir el buen arte del malo, si es que es posible que exista este último, o de aquello que se pretende pasar por arte.

Según Scott McCloud en su ensayo Entender el cómic, prácticamente cualquier cosa que no sea comer, dormir o reproducirse es arte. Y digo yo que el tema de la reproducción requiere en ocasiones más arte que el que pueda encontarse en cualquier disciplina, pero en fin...

Para otros, el arte es algo que puede estar relacionado con cosas tan diversas y distintas al final como la emoción, la técnica, el estilo, la moda, o la legitimidad que otorga el que se exhiba o cuelgue en un museo.

El pasado lunes 7 de diciembre, en plena actuación de Larry Ochs Sax & Drumming Core, programada dentro de la V Edición del Festival de Jazz de Sigüenza aparecieron dos guardias civiles ante la denuncia presentada por uno de los asistentes que afirmaba que aquello no era jazz, sino música clásica contemporánea, la cual le estaba prohibida por prescripción facultativa.
Lo más curioso de esta divertida anécdota es que uno de los guardias civiles confirmó que aquello, efectivamente, no era jazz.

Pero desafío a que cualquiera de vosotros que piense que todo aquello que no consideráis digno de ser llamado arte trate de hacer la misma jugada. No lo vaís a tener tan fácil, os lo aseguro.

¡ESTO NO ES UN CUENTO!

Sigo con bastante interés a David Apatoff. Su blog es bastante ameno y sirve para descubrir ilustradores y anécdotas sobre sus vidas. Pero Apatoff es uno de esos chicos del dibujo a los que hace mención Pepo en su blog.

Apatoff, de vez en cuando tiene la "necesidad" de colgar muestras de arte contemporáneo para compararlas con las que él considera verdadero arte y concluir con el consabido: "Esto no es arte". Claro que él no puede contar con la ayuda de la Benemérita en Estados Unidos para ir a los museos.

Por supuesto, cada vez que cuelga uno de estos posts, le aparecen un montón de comentarios, tanto de partidarios como de detractores.

Algunos de su partidarios aluden a veces en los comentarios al hecho de que el arte contemporáneo se asemeja cada vez más al cuento del traje nuevo del emperador de Andersen.

Pero, ¿está el emperador totalmente desnudo en este caso? No lo creo. No lo creo en absoluto.

¡ESTO NO ES UNA CUESTIÓN DE GUSTOS!

El arte no está desnudo. Tal vez tiene hasta demasiada ropa.
Un armario ropero más grande que el que usaba Imelda Marcos.
Y una enorme variedad para escoger qué ponerse. Y en la variedad está el gusto. Y el gusto es subjetivo, a pesar de que digan que pueda educarse.

Así que cuando el arte sale un día con unos harapos, unas ropas llamativas o tal vez
no muy bien conjuntado, no es de extrañar que encuentre detractores.

Y si esto se reduce a un asunto de trapos, ya sabéis que hay prendas que aunque tengan el mismo corte y estén fabricadas con el mismo material, son más valoradas socialmente o cotizan más según la firma o el logotipo que esté adherido a ellas.


Donde si encuentro cierta relación con el cuento de Andersen es en el asunto de los sastres. Estos cobran muchísimo por un "traje" que en realidad les cuesta fabricar más bien poco.
Ahora bien, como decían en el enlace que os colgué a una noticia de El País, entonces no estaríamos hablando de arte, porque "No importa que un respetabilísimo crítico de arte como Robert Hughes califique la obra de Hirst de "mercancía absurda y hortera" o que afirme que Koons "probablemente no sería capaz de escribir bien sus iniciales en un árbol". Al fin y al cabo, como le indicó a Thompson Brett Gorvy, director del departamento de arte contemporáneo de Christie's, "esto es un negocio, no historia del arte".

Y os aclaro (por si no vais al enlace) que Thompson es un economista que acaba de publicar El tiburón de 12 millones de dólares, libro en el que, citando una vez más la noticia se pregunta: "¿Cómo un tiburón disecado, suspendido en un tanque de formol, puede llegar a valer 12 millones de dólares [8 millones de euros]? ¿Qué mecanismos rigen la oferta y la demanda en el mercado del arte?"

Pero esto es otro tema, bastante más importante y preocupante que el que aquí se trata, en mi opinión. Para otro post.

De todas formas, no hay que dejar de reconocer el "ingenio" de los sastres en el cuento de Andersen. Desgraciadamente, el arte (o la artimaña) está en la idea, no en el acabado de la pieza, que es tal vez lo que ocurre con muchas piezas de arte contemporáneas.

Un amigo me comentó ayer que el arte conceptual no ofrece ya ideas, sino que a veces se limita a dar "ocurrencias", que son llevadas a "escena" con mayor o menor habilidad por parte del artista.

Y si al contrario que en el cuento sólo un niño se atrevía a denunciar lo que ocurría, hoy en día la sensación de engaño ha hecho acto de presencia en el arte de un modo que antes no podía imaginarse.

Es cierto que el arte ha sido cuestionado como arte en muchas ocasiones a lo largo de la Historia. Y también que muchas veces su función original o para la que había sido concebido no tenía nada que ver con lo que hoy consideramos arte.

También es cierto que muchos artistas, movimientos, obras y demás fueron cuestionados cuando hicieron su aparición para pasar a ser respetados como arte, y del "bueno", con los años. Tal vez porque como se decía en Chinatown, "los políticos, los edificios y las putas se hacen respetables si duran lo suficiente".

Pero en el s.XXI, el "todo es arte" que decía McCloud, es un coladero por el que pueden entrar tanto artistas como artesanos, farsantes, picapleitos, timadores, estafadores, sastres, críticos, especuladores, y todos lo que en la medida de sus posibilidades se mueven alrededor del Arte.

¡ESTO ES UNA CUESTIÓN DE FE!

Por eso, más allá de gustos, modas, precios y demás historias, lo único que nos queda para considerar algo como arte es la fe.

Y poco importa la "visión" a la que hacía mención Barry Windsor-Smith o la vocación a la que se refería la película Algo en que creer. El artista no tiene por qué tener fe alguna, no tiene tampoco que sufrir para realizar su arte, llevar una vida maldita o adoptar una eterna pose de rebelde (aunque esas cosas ayudan, no lo niego)... la fe sólo la tenemos que poner nosotros. Si algo nos convence como arte, ya da igual lo que sea, si creemos en ello como Wendy lo hace en las hadas, no hay nada más que hablar del asunto.

Apéndice: El arte de la crítica y los críticos de arte.

Por último y dando por concluido el tema del arte, no quisiera terminar sin hacer referencia a la figura del crítico de arte.

Con la aparición de un arte que perdía su principal rasgo distintivo para el público (la técnica, el oficio, la representación de la realidad), se hizo necesaria la creación de una figura que explicara y legitimara ese arte: el crítico.

Ahora bien, desde mediados del siglo pasado se han asociado de tal manera las figuras del artista y el crítico, que en ocasiones se confunde dónde empiezan y terminan las labores y los cometidos de unos y otros. Os recomiendo el divertido libro de Tom Wolfe, La palabra pintada si queréis saber algo más sobre este tema.

De todas formas, y al igual que el amigo Hardy, para mí, una apreciación crítica o un comentario sobre una obra de arte siempre será un trabajo de segunda categoría, por muy bueno, ingenioso o elaborado que sea. Pero habrá gente que considere que también eso es arte. No me voy a molestar en discutirlo. Es más, cuando a veces tengo la sensación de que "consumo" más reseñas sobre cine, música o cómics, que las propias obras originales en sí, e incluso a veces disfruto más con ellas, tendré que replantearme lo que acabo de decir.

AÑADIDO: Apatoff no separa sus posts, así que no puedo enlazaros a sus "críticas" contra lo que él no considera arte. Tenéis la última Art to kill with snakes en diciembre de este año. Otras entradas interesantes sobre el tema Gary Panter: Cher in Johnny Rotten's clothing? en julio del 2008 o A holiday quest for mitigation en diciembre del 2007.

Lo cierto es que Apatoff se pasa todo su blog haciendo comparativas entre artistas, dibujantes e ilustradores y colocando a cada uno en "su sitio" según su particular criterio. Sus entradas sobre Ware o Spiegelman son interesantes también por este motivo. Más allá de que coincidáis con su criterio (yo no lo hago) su blog está lleno de fantásticas imágenes sobre los más diversos temas y es más que recomendable.

Por otra parte, Pepo en el extinto Con c de arte tiene unos interesantes posts sobre el tema que con mayor o menor fortuna he tratado de exponer. Los podéis leer aquí, aquí y aquí.

viernes, 20 de noviembre de 2009

FRANZ MARC. NO SÓLO UN CAMBIO DE ESTILO.

Franz Marc (1880-1916) es un pintor alemán que la verdad sea dicha no es uno de mis artistas favoritos, aunque tiene algunos cuadros que están bien.
La temática de toda su obra gira alrededor del mundo animal, si bien evolucionando de un figurativismo más o menos convencional (pero lleno de color), experimentando con los colores y las formas geométricas hacia el expresionismo. Al final, más que por la representación animal, Marc está más interesado en las posibilidades cromáticas de su obra.

De todas formas, si lo traigo aquí no es por su labor artística, sino por otro motivo.
Tengo algunos libros de la colección Taschen sobre pintores... y claro, esos libros siempre los cogía por las imágenes. Creo que he leído todos los que pillé (algunos mejores, otros peores)... pero si los vuelvo a sacar alguna que otra vez de la estantería, es sólo para mirar las ilustraciones.

Pero lo cierto es que en el caso de Franz Marc (y sin menosprecio alguno de su obra artística) encontré más interesante algo que contaba el texto (sólo una pequeña anécdota, podríamos decir) que las imágenes que contenía el libro.

A Marc le pilló la I Guerra Mundial y la autora del texto (Susanna Partsch) nos cuenta que los motivos que movieron a Marc a presentarse voluntario a la guerra y a aprobarla, eran de naturaleza idealista. Lo cierto es que esto es algo que debió ocurrírle a muchísima gente en la I Guerra Mundial, que iban a ella sin saber muy bien qué se iban a encontrar, imbuídos de un espíritu romántico, que no tenía nada que ver con el amor.

Marc hablaba de un sacrificio de sangre de la comunidad de los pueblos que purificaría el mundo. La idea de que podría haber habido intereses económicos la rechazaba de plano, creía que la guerra era una guerra civil, contra el enemigo interior e invisible del espíritu europeo.

Marc escribió desde el frente cartas a su mujer contándole todas estas ideas. Estas cartas fueron publicadas en un libro, Cartas desde el campo de batalla ( 1920) que tuvo bastante éxito, y que no contenían las cartas de respuesta que también le enviaba su mujer, y que no acababa de ver que aquella guerra fuera tan bonita.

Ni siquiera la muerte de su amigo y también pintor Macke (alistado al igual que él voluntariamente) consiguió modificar la opinión de Marc, que escribía en sus cartas: "El sacrificio de sangre que la naturaleza exige de los pueblos en las grandes guerras, les lleva a un entusiasmo trágico, sin remordimientos. La comunidad humana se da la mano con fidelidad y lleva la pérdida con orgullo bajo los sonidos de la victoria."

Pero claro, unos meses en las trincheras y pasando aquella guerra modificaron un poco los contenidos de sus cartas.
Así, a la mujer de Macke le escribió diciendo que la guerra era "la caza de hombres más ruin a la que nos hemos dado.".

Y con su mujer fue más preciso: " El mundo se ha enriquecido con el año más sangriento de su existencia de muchos milenios. Es horrible pensar en ello: ¡y todo por "nada", por un malentendido, por la falta de entendimiento humano con el prójimo! ¡Y esto en Europa! Hay que aprender realmente de nuevo, pensar de otra manera, para superar esta monstruosidad de la "psicología de la acción" y no sólo odiar, maldecir y mofarse o llorar, sino buscar las causas y... formar "ideas contrarias".

Según cuenta Parsh, el 4 de marzo de 1916 Marc fue abatido durante una patrulla de reconocimiento, y ese mismo día su mujer recibía su última carta:
"...Sí, este año volveré a mi querido hogar, a ti y a mi trabajo. Entre las horribles e interminables imágenes de destrucción entre las que vivo, ese pensamiento de volver a casa tiene una especie de nimbo, que no se puede describir de modo suficientemente hermoso."



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