lunes, 4 de febrero de 2019

¡¡NO TE QUEDES ESPERANDO, ENRY IGGINS!!

Hay que tener mucho cuidado con lo que quiere el público. 
Si puede, nunca le deja al autor que la obra "acabe como tiene que acabar". Sherlock no pudo morir, Tarzán tuvo que casarse con Jane...  y Eliza Doolittle por lo visto tenía que quedarse con el profesor Higgins.



AVISO: A partir de aquí, se destripan finales, spoilers y todo eso. Si no habéis visto My Fair Lady (1964) dirigida por George Cukor con Audrey Hepburn y Rex Harrison o teneís intención de ver el nuevo revival en Broadway con Lauren Ambrose y Harry Hadden-Patton, no sigáis leyendo.

Todo esto empieza con el dramaturgo George Bernard Shaw y su obra Pigmalión (1913). El argumento de la historia es el mismo que el de musical My Fair Lady que se inspira en la obra de Shaw y supongo que ya conocéis si estáis leyendo esto.


Pero en la obra de teatro escrita por Shaw, Eliza no acababa con Higgins.  "!Un momento!" dirá alguno... Hemos visto la película de 1938 de Leslie Howard y acababa igual que la versión musical del 64 (bueno, igual no, que no sonaba la maravillosa música de Loewe dirigida por Previn al acabar).. Y eeeehhhh...sí. Así acababa la película, pero no la obra tal y como la había escrito Shaw.

El problema es que a Shaw le fueron cambiando la obra a medida que la representaban, porque director y actores se dieron cuenta de que el público (y hasta los críticos, al parecer) quería ver a Eliza y a su pigmalión juntos. Y le dieron al público lo que quería.  Shaw se quejó cuando vio que Higgins le lanzaba flores a Eliza para que se quedara. Y al igual que en esa película de Robert Altman alguien justificaba su cambio de guión de última hora porque era lo que el público quería, el actor que interpretaba a Higgins le dijo "Mi final da dinero, debería estar agradecido"... a lo que Shaw replicó como haría ese otro personaje de la película de Woody Allen "Su final es horroroso, debería ser fusilado",  pero por suerte Shaw era irlandés, no un gangster,  y no iba armado. Pero añadió un epilogo en posteriores ediciones de su obra en el que explicaba que Eliza no se casaba con Henry Higgins, sino con Freddy.

El final de la versión de Hollywood también fue un añadido al que Shaw se opuso... Él propuso uno en el que Henry y Eliza se despedían amigablemente y ella y Freddy aparecían felices en su puestito de flores... 
A saber si le dieron el Oscar por el atrevimiento de llevar la contraria a un Nobel.  Debo confesar que a mí me gusta más el final de Hollywood. Que en esa adaptación había más guionistas que el señor Shaw, y podían no ser tan laureados, pero también tenían su oficio...

El caso es que cuando Alan Jay Lerner decidió versionear la obra junto a su compañero Loewe (ahí donde Rodgers & Hammerstein habían desistido porque consideraban que era una obra muy difícil sobre la que trabajar) no solo sabía que trabajaba en Hollywood, sino que era uno de esos espectadores que apostaba por Higgins: "He omitido el epílogo porque en el Shaw explica cómo Eliza no acaba con Higgins sino con Freddy - que Shaw y el cielo me perdonen- pero no estoy seguro de que eso fuera lo acertado". 

El mayor problema que veo es que Freddy, en la versión musical, apenas tiene peso. Sí. Tiene una canción maravillosa... pero el protagonista indiscutible de esta historia, Eliza aparte, es Higgins. Y si nos tenemos que agarrar a alguien, no va a ser a Freddy. En mi caso, incluso me quedo con el coronel Pickering, que encima no es tan cafre como Higgins... aunque sí más viejo. 

Peeeeeeeero, los tiempos han cambiado, y si Eliza (y en parte Audrey, en parte Marni) cantaban eso de "Just you wait".... No hay que esperar más. Como he leído por la red, en la era del Me too, Eliza (interpretada por Lauren Ambrose)  deja a Henry en un agridulce final que está despertando simpatías y antipatías depende del espectador.  Por lo visto, Eliza vuelve, pero cuando Henry dice su famosa frase final, ella le acaricia el rostro y se marcha. 

Por desgracia, no he podido ver esta nueva versión.









Y ya me gustaría verla, porque seamos sinceros...¿Qué importa el dichoso final de esta historia? La música y las canciones son estupendas, el argumento es una historia que aún aguanta, y los actores deben estar fantásticos. Además, esto es como la vida. 
Ya sabemos que al final no vamos a salir vivos y dejaremos un recuerdo agridulce según los casos, pero lo que importa es el recorrido, ¿no? 
Pero volviendo a My fair lady, ¿debe Eliza marcharse como quería originalmente su autor, o darle una oportunidad a Henry? ¿Qué final preferís? 

Yo soy de los que opina que si Eliza vuelve es porque le quiere... Y Henry soltará esa frase, pero en realidad también la quiere, y eso nos lo dice la maravillosa música después del exabrupto "Marry Freddy! Ha!" y lo que sale por su boca a continuación.  Por eso me hizo gracia encontrar estos dos comentarios en youtube sobre el famoso final en la película de 1964. Cuando Harrison suelta su clásica frase, una comentarista decía:
"Cógete tú tus malditas zapatillas, yo solo he venido a por mi cepillo de dientes"

Y otra persona respondía a ese comentario así:

"Es posible que le dijera que él se buscara sus propias zapatillas, pero no se iba a ir a ninguna parte. Cuando le ve escuchando la grabación, le queda claro que la añora y se preocupa por ella. Y él está encantado de verla. Solo que es demasiado orgulloso para admitirlo..."

Y qué narices... ella ya es una mujer lo suficientemente fuerte e independiente para marcharse cuando quiera...pero si vuelve cuando justo en una escena anterior le ha dicho " Adiós, profesor Higgins. No volverá a verme.", no tiene mucho sentido que vuelva solo para despedirse afectuosamente. Que se vaya si tiene motivos ahora que realmente puede hacerlo y no tiene que volver con los de su clase (más desfavorecida, no solo por cómo hablan).  Y si no, sugiero otro final... Que Higgins demuestre que no es un cabezota orgulloso y le pida que se quede porque la quiere. Es otra opción. Pero a mí me gusta el final de la película tal y como termina.

AÑADIDO: Aunque a mí me encanta la película de 1964... lo peor de esta historia no es que Eliza se queda con Higgins...  Lo peor es Jack Warner. Con lo bien que está Audrey, lo injusto es que el papel no fuera para la actriz que lo había interpretado originalmente en Broadway (supongo que ya conocéis la historia de que Sir Reginald Carey Harrison trató de estar enfadado con la pobre Audrey por ser "fiel" a su actriz en las tablas; ni que decir tiene que Audrey no solo debía ser encantadora, sino chica bastante lista y se ganó al actor totalmente... Y a sus dos bellas damas dedicó el Oscar cuando lo recogió acompañado de una de ellas). Pero estoy seguro de que Julie Andrews habría estado igual de bien que Audrey... y además no habría tenido que ser doblada por Marni Nixon.




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