Ayer por la noche vi ¡Qué bello es vivir! (1946), como suelo hacer cada Navidad desde hace unos años... Y desde que empecé con este blog, lo que también suelo hacer es dejar unas líneas hablando sobre la película. De hecho, este blog se encuentra en un profundo letargo... y el único momento en el que entreabre un poco el ojo o se mueve mínimamente es después de que veo el clásico de Frank Capra.
Y llega un momento en el que no sabes qué más tienes que decir sobre esta película que no hayas dicho ya en entradas anteriores... Debajo de esta entrada tenéis un enlace a todas esas ocasiones en las que he hablado de esta película.
Sí. Desgraciadamente, uno podría hablar de la película planteándose cómo habría afectado el covid a los habitantes de Bedford Falls... Lo terrible que sería ver a los actores llevando máscarillas todo el tiempo... plantearse si habría vecinos que no querrían vacunarse y George tendría que convencerles aplicando la lógica y haciéndoles ver la solidaridad de esta última acción... Peeeeeeeeeeero... bastante mascarilla, distanciamiento social o certificado covid hemos tenido ya como para tener que trasladarlo al mundo de Bedford Falls.
De hecho, en la película ya tienen suficientes problemas (muertes, viviendas insalubres, depresión económica, guerra...) como para que les digamos que además van a tener que tratar con una pandemia mundial.Así que mientras me planteaba qué decir sobre esta película que no hubiera dicho anteriormente, me fijé en algo en lo que creo que no se hace suficiente hincapié al hablar de esta peli... Las tentaciones de George... Y no, no me refiero a que se encuentre con Violet antes de ir a ver a Mary.
George también rechazará el ofrecimiento laboral de Potter, que lo único que pretende es eliminarle como competencia. Y así dirá tajantemente que no a un salario anual de 20.000 dólares en un contrato de tres años frente a los apenas 1.900 dólares anuales que gana trabajando en la empresa familiar. Ese NO, vendrá justo después de estrechar la mano de Potter... justo antes de haberle pedido 24 horas para pensar en su oferta. A menudo tenemos la impresión de que George no puede abandonar su trabajo por circunstancias "ajenas" que le son impuestas...la muerte de su padre, el casamiento de su hermano... Pero con estos dos ejemplos podemos ver claramente que esto no es así. Es una decisión personal de George (aunque le pueda pesar). Sí. Es un sacrificio que hace por el bien de su comunidad. Porque George sabe qué ocurriría si la empresa de construcción y créditos desapareciera y todo quedara en manos de Potter.
Por otra parte, señalar que mientras que el señor Potter se apropia indebidamente de los 8.000 dólares que pierde el tío Billy (y que él sabe perfectamente que no le corresponden) poniendo en un apuro a toda la familia Bailey... cuando telegrafían a Sam Wainwright diciéndole que su amigo George necesita dinero... lo primero que hace es dar orden a su oficina de que le adelanten a George 25.000 dólares.
Y es que como dice Clarence, "ningún hombre es un fracaso si tiene amigos"... Y George tiene muchísimos amigos. Bastantes más que el señor Potter. Y por eso es por lo que es el hombre más rico de Bedford Falls.
Si no habéis visto esta película, no sé a qué esperáis... Y poco más que añadir, excepto desearos a todos una
¡FELIZ NAVIDAD!