Unos cuantos años antes de que Stephen Jay Gould escribiera
"La falsa medida del hombre" (pieza de Safari para el próximo
año), Thomas M. Disch ya había escrito sobre los test de inteligencia en
"334".
"El 4 del Skinner-Waxman le puso especialmente furioso.
La primera parte del test consistía en escoger el chiste que te pareciera más
gracioso de entre los cuatro ofrecidos, y luego había que seleccionar aquel de
los cuatro finales que el sujeto considerase como el más adecuado a la historia
previamente propuesta. Birdie recordaba aquella parte del test de la prueba
anterior, pero cuando hubo terminado le llevaron a una habitación vacía que le
pareció bastante extraña en la que había dos cuerdas colgando del techo.
Después le dieron unas tenazas y le dijeron que anudara las cuerdas,
advirtiéndole de que no podía quitarlas de los ganchos que las sostenían.
Era imposible. Si cogías el extremo de una cuerda con una
mano no podías agarrar la otra ni aunque te contorsionaras alargando el pie
hacia ella. Los centímetros extra que te proporcionaban las tenazas no servían
de nada. Cuando los diez minutos que le habían concedido para realizar la
prueba llegaron a su fin, Birdie estaba a punto de gritar de pura frustración.
Después le plantearon tres problemas imposibles más, y Birdie se limitó a
fingir que intentaba resolverlos.
Mientras estaban junto a la fuente un jodido genio les
explicó a todos los demás lo que podían haber hecho. Bastaba con atar las
tenazas al extremo de una cuerda y hacer que se balanceara como si fuese un
péndulo; luego ibas corriendo hasta la otra cuerda y…
—¿Sabes lo que realmente me gustaría ver atado de una cuerda
y balanceándose? —dijo Birdie interrumpiendo al genio—. Venga, capullo, ¿lo
sabes? ¡A ti!
Todos sus compañeros de martirio estuvieron de acuerdo en
que su chiste era mucho mejor que cualquiera de los propuestos en el
test."
En 334, Disch también se permitía escribir sobre el presente
(¿el "eterno presente"?) recurriendo al pasado en un libro ambientado
en el futuro.
"Un cuarto de milenio después de las Meditaciones y
quinientos años antes de La decadencia de Occidente, Salviano, un sacerdote de
Marsella, describió el proceso mediante el que los ciudadanos libres de Roma
estaban siendo gradualmente reducidos a la condición de siervos. Las clases
altas habían alterado las leyes que regulaban los impuestos para adaptarlas a
sus conveniencias, y no contentas con ello manipularon la administración de
justicia para extraer todavía más beneficios de su funcionamiento cotidiano.
Todo el peso del mantenimiento del ejército —y el ejército de Roma era muy
numeroso, naturalmente, una auténtica nación dentro de la nación recayó sobre
las espaldas de los pobres. Los pobres se hicieron aún más pobres. Acabaron
reducidos a un estado de miseria tan abyecta que algunos huyeron de sus aldeas
para vivir entre los bárbaros, a pesar (tal y como observa Salviano) de que
éstos olían muy mal. Otros— los que vivían lejos de las fronteras —se
convirtieron en bagaudae*, o vándalos vernáculos; pero la mayoría seguía
estando atada a la tierra por los lazos de sus propiedades y sus familias.
Estos pobres no tuvieron más remedio que aceptar las condiciones impuestas por
los ricos potentiores y les fueron entregando sus casas, sus tierras, sus
posesiones y, por último, incluso la libertad de sus hijos. El número de
nacimientos fue disminuyendo. Toda Italia se convirtió en un erial. Los
emperadores se vieron obligados a invitar una y otra vez a los bárbaros menos
salvajes a que cruzaran las fronteras para «colonizar» las granjas
abandonadas."
Thomas M. Disch |
O ponía en boca de uno de sus personajes una interesante
opinión sobre el trabajo:
"Los trabajos son como el ir a la iglesia. Cantar a
coro, comer algo y todo eso resulta agradable cuando sólo lo haces un par de
veces al año, pero si no crees que allí dentro realmente está ocurriendo algo
sagrado ir cada semana acaba convirtiéndose en una molestia."
Y dejaba caer otras reflexiones que también tenían su aquel:
"(...) la vida era como esas tardes interminables de su
infancia en que jugaba al Monopoly con sus hermanos y éstos permitían que
siguiera moviendo su diminuto acorazado de plomo por todo el tablero mucho
tiempo después de haber pedido sus hoteles, sus casas, sus acciones y su dinero
en un circuito que siempre tenía las mismas etapas. Cobrar sus 200 dólares, no
caer nunca en las casillas de Suerte o Tesoro de la Comunidad, ir a la Cárcel,
salir de ella… Nunca ganaba, pero no podía perder. Todo se reducía a seguir
dando vueltas y más vueltas. La vida era así."
Textos extraídos de "334" de Thomas M.Disch.
*Bagauda. adj: Dicho
de un campesino: Que participó en diversos levantamientos o rebeliones contra
los terratenientes y el poder romano en Hispania y en las Galias entre los
siglos III y y V.
Ojeando hace un momento "La biblioteca ideal" de
Alejo Cuervo sobre ciencia ficción, colocaba el libro de Disch entre sus
imprescindibles con estas palabras:
"Un soberbio análisis del modo de vida occidental, centrado en la vida
de los inquilinos del bloque de apartamentos 334, en la Nueva York del año
2020. La novela nos presenta una sociedad a la que no le interesan las vidas de
sus ciudadanos y en la que, sin embargo, pueden reconocerse todos los adelantos
y facilidades que nos ha brindado la Revolución Industrial. Es la novela más
sincera y dolorosamente certera que se ha escrito sobre el modo de vida
contemporáneo."
Precisar que la novela es más bien una recopilación de
relatos cortos que ya habían sido previamente publicados en diversas revistas y
que aparecieron reunidos por vez primera en 1972.
Y poco más que añadir a lo que ya dice Alejo Cuervo. Aunque
a mí me gustó, creo que no me apasionó del mismo modo y tampoco suscribo su
última línea.
Si queréis saber más sobre esta peculiar "novela"
y de qué trata exactamente, tenéis una interesante reseña en este enlace.
5 comentarios:
Aribar a tu blog ha sido toda una experiencia
Recomenzar: Hola y bienvenida, Recomenzar.
Espero al menos que haya sido buena.
Un saludo.
Me gusta el comentario del monopoly de niño...la vida a veces es así incluso mucho después...en fin...
Lo de los test...no coment...no me extraña el cabreo, aunque igual el niño de tres años hubiese acertado lo de la cuerda mucho antes que yo, por aquello de un elefante se balanceaba...muy curioso este tipo y las servidumbres humanas...saludos
"Life is what happens while you are busy making other plans". Más o menos va de eso esta entrada ¿no?..eso entiendo yo al menos..ese niño paseando su tanque por el monopoly..la vida dando vueltas y más vueltas..
beautiful boy
Saluditos
-V: Pues sí. Así es un poco como puede verse. Habrá otros que la vean de otra forma. Y en lo de los test. Anda que no habría que colgar de una cuerda (que cada uno imagine cómo; a mí me vale un rato de los meñiques) a todos esos que "fabricaban" test de inteligencia discriminatorios.
La novela no está mal. Aunque mí me gustó más una anterior de él titulada "Campo de concentración". Saludos.
-abril: Bueno... De eso y de otras cosas. "Las clases altas habían alterado las leyes que regulaban los impuestos para adaptarlas a sus conveniencias, y no contentas con ello manipularon la administración de justicia para extraer todavía más beneficios de su funcionamiento cotidiano. Sustituye clases altas por clase política y ya tienes otras cosas además ;-) Saluditos.
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