miércoles, 6 de mayo de 2015

CIEGOS Y SORDOS II

Aviso: El origen y contenido de esta entrada es consecuencia de la lectura de "Veo una voz" de Oliver Sacks (con traducción de José Manuel Alvárez Flórez), así que si os interesa lo que sigue, os recomiendo leer el libro.



Helen Keller y  A. Graham Bell
Fue Alexander Graham Bell quien recomendó a los padres de Helen Keller que recurrieran a una profesora del Instituto Perkins para Ciegos, y así es como Anne Sullivan apareció en casa de los Keller.
Bell había trabajado con niños sordos, y Helen le dedicó en su autobiografía estas palabras:  "a quien ha enseñado al sordo a hablar". Pero al contrario de lo que podáis imaginar, hoy en día su figura no está muy bien considerada por la comunidad sorda, cosa bastante lógica, por otra parte. El porqué de esto, a continuación.

"En enero de 1982 un tribunal del estado de Nueva York otorgó dos millones y medio de dólares a un muchacho sordo de 17 años al que habían diagnosticado como «idiota» a los 2 años de edad e ingresado en una institución para retrasados mentales, donde permaneció hasta que tuvo casi 11 años. A esa edad le trasladaron a otra institución, en la que un examen psicológico de rutina reveló que tenía «como mínimo una inteligencia normal»."
                                 Extraído de "Veo una voz" de Oliver Sacks.


Soy de la generación en la que a la gente sorda todavía se la definía erróneamente como "sordo-muda".
 Sí, ahora sabemos que el hecho de que no puedan oír, no quiere decir que no puedan hablar, pero así ya vais viendo por qué aunque no voy a hablar de ciegos en esta entrada, es lógico que los mencione en el título.

Durante muchos siglos y como señala Sacks en su libro, a los sordos se les ha considerado muchas veces como personas con retraso. Ser "sordo-mudo" acompañaba un retraso intelectual según la percepción de aquel entonces. Podéis preguntaros cuánta gente sorda fue enviada a asilos (y más teniendo en cuenta las condiciones de estos) a lo largo de la historia por este motivo. Lógicamente, si la persona sorda no puede comunicarse y no encuentra las vías para aprender a hacerlo por las diferentes causas socio-cultural-económicas en las que se pueda encontrar, ese retraso puede aparecer o darse. Pero si la sordera es detectada a tiempo, no tiene por qué darse ningún retraso en el desarrollo del individuo. Es más, según Sacks,  en muchos casos, los sordos de nacimiento, no perciben como una discapacidad su condición. 

El libro de Sacks viaja por diferentes épocas y experiencias dentro de la comunidad sorda muy interesantes.

Hace también una continua defensa del Ameslán (lenguaje de signos americano o ASL, usado en Estados Unidos y Canadá) frente al "Inglés por Señas" (que se usa en el Reino Unido). Ambos lenguajes son diferentes. El "Inglés por Señas" trata de transcribir a señas la lengua inglesa, mientras que el ASL es un lenguaje propio de la comunidad sorda.

En las palabras más precisas de Oliver Sacks:  "los verdaderos idiomas de señas son en realidad algo completo en sí: tienen una sintaxis, una gramática y una semántica completas, aunque con un carácter distinto del de las de cualquier idioma hablado o escrito. No es posible, por tanto, transliterar un idioma hablado en idioma de señas palabra por palabra o frase a frase: hay diferencias básicas en sus estructuras. Suele pensarse que el lenguaje de señas es, más o menos, inglés o francés y no es así: es lo que es, Seña. El «inglés por señas» que ahora se defiende como solución de compromiso es innecesario, pues no hace falta ningún pseudoidioma intermedio. Y sin embargo se obliga a los sordos a aprender las señas no para expresar las ideas y acciones que quieren expresar sino para que utilicen los sonidos fonéticos de un inglés que no pueden oír."

Curiosamente, buscando diferencias entre ambos lenguajes me encontré con este vídeo, en el que la frase "Por favor, quítese el sombrero" se expresa en los dos.



Sí. El vídeo también aboga por el ASL (ameslán) frente al "Inglés por Señas", pero me encontré con un comentario de una de las personas de las que vio el vídeo que me llamó la atención.

"Lo siento, pero me ha ofendido. En el "Inglés por Señas", por su comportamiento parecía indicar que somos estúpidos al usarlo. Por favor, no hagáis eso. Si usamos el "Inglés por Señas" no significa que somos tontos. Tuve una buena razón para decidir usar de forma mixta el "Inglés por Señas" y el ASL. Así que por favor, no tratéis de dar a entender que es estúpido usar el "Inglés por Señas".

Y continuaba explicando que sus padres oyentes aprendieron el "Inglés por Señas" para comunicarse con ella, que en clase usaba otro lenguaje y que cada escuela de sordos en diferentes estados tiene un lenguaje ASL "diferente" o propio y que el "Inglés por Señas" es común (al fin y al cabo trata de recoger el inglés hablado).

No conozco ninguno de los dos lenguajes, pero aunque a medida que iba leyendo el libro de Sacks coincidía con su defensa del ASL frente al "Inglés por Señas",  este comentario me hizo replantearme un poco las cosas.  El inglés por señas al parecer puede ser más preciso, especificar en una transcripción al inglés. Hay una seña en el ASL para el término coche, pero en "Inglés por Señas" otra seña especifica si es un autobús, una furgoneta, etc... 

Pero Sacks considera el ASL como el verdadero lenguaje para sordos, el más idóneo y el que debería usarse de forma predominante: "Aún sigue defendiéndose, de una forma u otra, el uso del inglés por señas en vez del ameslán. La enseñanza de los sordos, si se hace por señas, se efectúa mayoritariamente en inglés por señas; la mayoría de los maestros de sordos que saben alguna lengua de señas saben el inglés por señas y no el ameslán; y todos los pequeños camafeos que aparecen en las pantallas de televisión utilizan el inglés por señas y no el ameslán. Así pues, un siglo después del congreso de Milán, los sordos siguen privados en gran medida de su idioma natural."

De todas formas, a pesar de las diferencias, lo que puede uno más o menos apreciar es que el "Inglés por Señas" responde a las necesidades del "oyente" para comunicarse con el sordo, y que el ASL es un lenguaje propio de sordos. El oyente también podría aprender ASL, pero tendría que adaptarse a otro "idioma" que no es el suyo.

A pesar de lo complicado o lo enfrentado que pueda parecer esto del ASL o el "Inglés por Señas", era mucho peor antes.  Sacks recoge en su libro la historia de cómo empiezan los oyentes a acercarse a la comunidad sorda y buscar un modo de comunicarse. Así, vamos pasando por el monje Pedro Ponce de León (que aparece en el prefacio a la edición española, pero no en el libro original), por el abad de l' Epée, creador de la primera escuela para sordos en Francia,  por Laurent Clerc, quien habiendo estudiado en la escuela de l' Epée emigraría a Estados Unidos animado por Thomas Gallaudet y así crearía el ASL partiendo de la "Lengua de Señas Francesa", o por Alexander Graham Bell, quien según cuenta Sacks, "se hallaba vinculado a una mezcla familiar extraña de sordera negada (tanto su madre como su esposa eran sordas, pero no lo reconocieron nunca)".


En 1884,  A. Graham Bell escribió una memoria en la que sugería que la gente sorda no debería casarse entre ellos. Ilustración de Carlisle Robinson.

A pesar de que desde 1750,  con el abad l'Epée,  los sordos empezaron a usar el lenguaje por señas en escuelas para comunicarse, Bell estaba en contra del lenguaje por señas.Veía en la sordera una anomalía y su intención era que los sordos aprendieran a hablar y se comunicaran con los oyentes al modo de estos. Graham Bell era partidario de que los sordos se expresasen de forma oral frente a una expresión por señas (que es la "natural" para ellos). 

Según cuenta Sacks, " Cuando puso todo el peso de su autoridad y su prestigio inmensos al servicio del oralismo, se inclinó por fin la balanza y en el tristemente célebre Congreso Internacional de Educadores de Sordos que se celebró en Milán en 1880, y en el que se excluyó de las votaciones a los maestros sordos, triunfó el oralismo y se prohibió «oficialmente» el uso del lenguaje de señas en las escuelas."

Y según cuenta la wikipedia (por lo que habría que contrastar),  con esta decisión, en algunas escuelas a los niños sordos se les ataban las manos a sus espaldas para que no pudieran comunicarse por señas y forzarles así a la comunicación oral.

Para Sacks, es irónico que este enfoque "oralista" frente al "lenguaje por señas" fuera considerado "progresista" en su momento cuando en realidad supuso un considerable retraso en la educación de la comunidad sorda frente a los logros alcanzados con la educación por Seña.

El libro de Sacks se acerca también a la relación entres sordos y oyentes en la isla de Martha's Vineyard (en Massachusetts), donde el número de habitantes sordos llegó a ser de uno por cada cuatro y tanto oyentes como sordos se comunicaba por señas sin problemas.


El libro también recoge la revuelta en la Universidad de sordos de Gallaudet en Washington por tener ya de una vez un rector sordo (ni uno solo en 124 años de existencia) frente a la ciega imposición de uno que fuera oyente por parte del consejo directivo de la Universidad, que entre dos candidatos sordos y uno oyente escogió al oyente en un comunicado que provocó la revuelta de los estudiantes cuando la presidenta del consejo comentó que "los sordos no están aún preparados para desenvolverse en el mundo oyente."

En definitiva, un libro más que recomendable si os interesa acercaros al mundo de los sordos y saber algo más sobre ellos. 

Enlaces relacionados:

Confederación Estatal de Personas Sordas.

Acércate a la comunidad sorda.

Lenguaje de signos por Mª Angeles Rodríguez en Cervantes Virtual.

Reseña de "Veo una voz" en "Libros y literatura".

11 comentarios:

abril en paris dijo...

Tomo nota del libro.
Precisamente hace unos meses descubrí (mejor dicho "me descubrieron") una serie familiar (no es que te la recomiende especialmente)Cambiadas al nacer, que trata el tema porque una de las jovenes protagonistas y muchos de sus amigos son sordos y se crean situaciones de ese tipo. La necesidad de aprender el lenguaje de signos o el ASL y el que muchos de ellos no se consideran discapacitados.. trabaja una actriz que quizás conozcas que es sorda y que ya interpretó en su dia una pelicula sobre ese tema del aislamiento de los sordos,Children of a Lesser God ( Hijos de un dios menor), Marlee Matlin, que consiguió el Óscar por su papel, por su expresividad y desde luego por la autenticidad, obviamente, aunque la pelicula sea según muchos "menor".

Un tema de interés humano, David. Asin es la vida, complicada.

Un abrazo

David dijo...

-Abril: Pues no había oído hablar de esa serie, pero igual le echo un vistazo.
Sí de la actriz...es más, hace nada vi un momento de cuando Marlee aparecía como abogada sorda en "Me llamo Earl" y me hizo mucho gracia.
Más que la de "Hijos de un dios menor", a mí la que me apetece revisar desde hace tiempo (pero no doy con ella) es una que se llama "Mandy" de Alexander Mackendry, que la vi de crío y me gustó...Y es que siendo el tema que era y siendo yo un niño, no tendría más de 11, para que me mantuviera, me da que debía ser buena. Ahora está en los cines una comedia francesa también con familia sorda. No sé si hacer otra entrada sobre el tema (jaja)...

Y sí, así de complicada es la vida. Y si ya es complicada para nosotros, imagínate para ellos... En el libro comentan que si no se detecta la sordera con rapidez y se empieza a actuar, el crío puede sufrir un retraso o aislarse, etc... Supongo que ocurrirá muy pocas veces ya (esperemos que ninguna) y que las cosas van a mejor entre la comunidad sorda.

Un abrazo.

Josep Lloret Bosch dijo...

Esto.... la Matlin aparece también en El ala oeste de la Casa Blanca.... después decís que veis buenas series..... ¡ja!

Lo de los sordos es curioso porque solemos tener prejuicios o mejor dicho mala información hasta que te topas con uno a menudo. Conocí hace años a un señor que, habiendo aprendido a pronunciar algunas palabras, resultaba ser un conversador apasionado: no callaba, el tío. Muy simpático. Interesante el libro: desconocía que hubiese dos tipos de lenguajes por señas.
Un abrazo.

David dijo...

-Josep: Sí, ya sé que aparecía también en esa serie... Eeeeh...la de "Me llamo Earl" al principio no estaba mal...y tiene algunos episodios muy divertidos.
Es curioso...A mí también me ha hablado un amigo de una chica sorda que no para de hablar (y que no se le nota la sordera en absoluto).
Sí. Hay varios tipos de lenguajes por señas. No solo por países. Hay términos que no se señalan igual depende de si "hablan" en Valladolid, Madrid o Barcelona.
Por otra parte, en el libro comentan que la comunicación entre sordos internacionalmente se adquiere con verdadera rapidez. Espera, a ver si encuentro esa parte:
Los cientos de lenguajes de señas que han surgido espontáneamente por todo el mundo son tan diferentes y están tan marcadamente diferenciados como la gama de idiomas hablados. No existe un lenguaje de señas universal. Y sin embargo puede haber elementos universales en los lenguajes de señas, lo que ayuda a que sea posible que sus usuarios se entiendan entre ellos mucho antes de lo que podrían hacerlo los que utilizan lenguas habladas no relacionadas. Así, un japonés monolingüe estaría perdido en Arkansas, y un estadounidense monolingüe en el Japón rural. Pero un estadounidense sordo puede establecer contacto con relativa rapidez con sus hermanos que hablan por señas de Japón, Rusia o Perú. No se sentiría perdido en absoluto. Los que hablan por señas (y sobre todo aquellos para quienes el lenguaje de señas es su lengua natural) son muy hábiles para aprender, o al menos comprender, otros lenguajes de señas, en una medida que no se daría nunca entre hablantes (salvo, quizás, entre los más dotados). En cuestión de minutos se lograría cierto entendimiento, sobre todo a través del gesto y de la mímica (en los que quienes hablan por señas son extraordinariamente eficientes). Al final del día acabaría estableciéndose una lengua franca sin gramática, y a las tres semanas, quizás, el individuo habría adquirido un conocimiento muy razonable del otro lenguaje de señas, suficiente para permitir un análisis detallado de cuestiones bastante complejas.

Con lo cual tampoco entendí tanto el "problema" del Inglés por señas o el ASL cuando llegué a esa parte.

Otro abrazo.

Josep Lloret Bosch dijo...

Eso pensaba yo: que el lenguaje debía tener muchos puntos en común con independencia del entorno de cada cual. lo que sí debe ser muy cierto es que los sordos adquieren por la práctica una enorme facilidad para gesticular y para entender rápidamente los gestos, apenas apuntados en ocasiones. El sordo que conocí, con una pareja que apenas hablaba, en ocasiones debía repetir sus gestos porque la otra se perdía con tanta velocidad.
Un abrazo.

V dijo...

Excelente entrada......que tengo que volver a leer con calma....esta es de las de revisitar....anoto el libro, que ya me dijiste por mail algo.....

David dijo...

-V: Gracias. Pero si te interesa el tema, mejor lee el libro y pasa ya de esta entrada.

Anónimo dijo...

Pues sí, esta entrada está muy bien...

David dijo...

-Anónimo: Gracias.

Nury ruri dijo...

Qué buena la entrada! Y una casualidad de morirse de risa. Te explico: tengo una asignatura este curso (aunque sea ya mayorcita para estudiar como me dicen muchos, así que no me lo digas por favor que estoy haciendo un sacrificio de la pera) que es acerca de necesidades educativas especiales (estudio pedagogía). Así que fenomenal. Un aplauso por tu entrada. Y como soy muy fan de Sacks, ya desde hace un tiempo, y como no me he leído todo, por falta del susodicho... mira tú por donde ya tengo una lectura para este veranito, cuando termine con el agobio de exámenes y tal.
Así que yo te agradezco un montón la entrada.
Un abrazo.

David dijo...

-Nury ruri: Pues no hay de qué. Nunca se es mayorcito ni para estudiar, ni para aprender (mucha suerte con los estudios, por cierto). Yo te agradezco el comentario.
Estoy seguro de que el libro te gustará. Yo tampoco he leído todo de Sacks (ya irá cayendo, que yo también soy fan :-) ) . Me he leído este, el de "El hombre que confundió a su mujer con.." y el de "Un antropólogo en Marte" (que lo leí hace años y a veces pienso en revisarlo; igual es mi favorito de estos tres).
Otro abrazo.

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