Medía mucho más que yo (cosa nada difícil por otra parte)... pero también más que las otras chicas de clase. Era alta, fuerte, a veces llevaba una cazadora de cuero negra, vaqueros, botas militares y el pelo con más o menos cresta dependiendo la temporada.
Yo solía ir corriendo a todos lados... En cuanto sonaba la sirena, salía por la puerta del instituto y me iba corriendo a casa...
Y al pasar cerca de ella soltaba algo como "Hasta luego, Judit"... cuando un día me gritó mientras corría: "¿Por qué vas corriendo?" Me paré en seco. No sabía qué decir. "Podrías ir andando y vamos juntos" dijo.
Y a partir de aquel día, empezamos a compartir juntos parte del camino (si coincidíamos a la salida) hablando de las cosas más surrealistas que os podáis imaginar.
Recuerdo también cuando nos pusieron como compañeros en una clase de latín y había que traducir subiaceo... En menos de una milésima de segundo y sin consultar libro alguno, Judit soltó "sub, por debajo, iacio, echar arrojar... Echar por debajo".
No era eso exactamente...Pero no dudé ni por un momento de que pudiera no serlo.
En la asignatura de filosofía, el profesor solía aprobar a partir del 3 o del 4, porque sus suspensos eran generales... y además te hacía ir a recoger el examen al tiempo que te decía la nota en alto...
Cuando Judit fue a recoger su examen, le dijo algo como "¿Qué? Usted no estudia nada, ¿no? Se lo lee por encima y con el mínimo esfuerzo... Aprobada."... Ella le sonrió y le dijo que no, que había estudiado mucho, días, para luego volver a su sitio tranquilamente mientras nos devolvía otra sonrisa muy distinta...
Cuando llegó mi turno, el profesor solo dijo, "Usted como Judit, ¿no?"... Pocas veces he recibido con tanto orgullo una alabanza que no pretendía ser tal.
Las matemáticas se le daban especialmente bien. No era mi caso... Pero bueno...a mí no se me daba casi nada bien (y sigo igual)...
El día que tocaba examen de mates, lógicamente solíamos hacer pira para "estudiar". Así que el día de examen de la primera evaluación, Pablo, Judit y yo fuimos primero a la cafetería del instituto para "repasar".
Pero apareció por allí la jefa de estudios en una de sus rondas habituales y después de decirnos que no podíamos estar ahí en horario lectivo, nos ordenó que volviéramos a clase...
Salimos fuera del bar, y nos sentamos en unas escaleras algo apartadas... con tan mala pata, que a la media hora, volvió a pasar de nuevo la jefa haciendo su ronda y en un tono ya más agrio dijo que a ver si nos estábamos pitorreando de ella y que hiciéramos el favor de ir a clase... Asentimos, y nos levantamos con la clara intención de no hacerle caso y evitar ir a clase hasta la hora del examen (que era a última)... y entonces Judit tuvo una gran idea... Podíamos ir a estudiar a un sitio tranquilo donde nadie nos molestaría: El cementerio.
El cementerio estaba a no más de 200 metros del instituto... así que salimos del insti, y allí que nos fuimos... Por supuesto... estudiamos muy poco... Pero antes de cada examen, y desde entonces, los que dejábamos la asignatura para el último día (u horas, más bien) íbamos al cementerio a "estudiar". Durante aquel año, y si no recuerdo mal, saqué 2'5 en cada examen de matemáticas en cada evaluación... ¿El motivo?... Entre charla sobre muertos (y encima de muertos; porque nos sentábamos en las tumbas), reencarnaciones, la vida, la muerte, el futuro, tebeos, música, y otras cosas más interesantes que las matemáticas (al menos para nosotros en aquellos días)... yo le consultaba a Judit mis dudas sobre algún problema, y ella me explicaba pacientemente y de forma simple la mecánica... y como era el único tipo de problema que me daba tiempo a entender antes de que tocara el examen... era también el único que sabía hacer de los cuatro que caían (sí; esto os puede dar una idea general sobre la atención que prestaba durante las clases).
Supongo que a Judit le hacía gracia que fuera corriendo a todas partes y estuviera hablando a todas horas de los Beatles, de cine o de tebeos. Y con 16 años no me hizo ni media pregunta ni se cortó un pelo para darme un fuerte abrazo cuando se lo pedí en mitad de una clase porque sencillamente lo necesitaba... Como habréis podido intuir, a mí Judit me gustaba más que un poco, claro... pero ella tenía novio (que además era una mole y daba miedo)... y yo la consideraba principalmente una amiga. Además, yo no estuve con una chica hasta muchos años después. Pero empecé a ir a su casa varias veces, intercambié tebeos con su hermano, y supongo que poco a poco pasamos a ser amigos además de compañeros de clase.
Aunque dejó el instituto, continuamos viéndonos.
Ese verano, Judit estuvo trabajando en un puesto de helados Miko...
Yo iba a verla algunos días... Ella se había fijado que los Mikolápiz que tenían premio siempre llevaban el mismo número de registro, así que me los podía dar gratis sin problema alguno. Era observadora, sí.
Cuando me fui a "estudiar" (dejad que me ría un rato) a Bilbao, empezamos a vernos cada vez menos... Quedábamos a veces si yo iba por Vitoria... Y jamás olvidaré que después de una noche de no sé cuántos marianitos... decidió que a casa volvíamos en taxi... Creo que es la única vez que he vuelto en taxi a casa después de salir una noche...
Pero quedar para vernos fue haciéndose cada vez más y más complicado...Yo no iba apenas por Vitoria (una o dos veces al año)... y ella solo vino una vez por Bilbao.
A pesar de que no nos veíamos como en la época del insti o los primeros años de la carrera... seguíamos en contacto... Y además, y esto ya se había convertido en una tradición, ella llamaba siempre después de las campanadas para felicitarme el año. Alguna vez pude adelantarme yo. Fue la primera persona que me felicitó por teléfono el año nuevo cuando tenía 16...
Pero algunos años después cambié de teléfono, perdí el suyo (soy un desastre para eso; dejo papelitos con números por todas partes)... y hubo un año que no pudimos llamarnos... Cuando al final di con el teléfono de su casa, el que era su novio por aquel entonces había roto con ella, y no quiso darme su número..."Habla con sus padres. Yo no sé nada.", me dijo. Así que cuando fui por Vitoria, unos días antes del 31... decidí adelantarme, y felicitarla en persona. Al llamar al timbre, su madre preguntó quién era... Dije mi nombre.
"¡Ay, hijo! ¡No sabes nada! Sube, sube"... Su madre me dijo que Judit había muerto... Que otra amiga y yo fuimos las únicas personas con las que no pudieron ponerse en contacto para darnos la noticia. Apareció su hermano un momento para ver quién había venido, y cuando me saludó y oyó que su madre estaba contando lo ocurrido, dijo "Esto ya lo he escuchado demasiadas veces", dio media vuelta y se fue. Yo escuché como pude la versión de lo ocurrido y me quedé hecho polvo aquel día....
Comprendí también que su exnovio sabía qué había ocurrido, pero que no quiso decírmelo... y que ya no habría más felicitaciones de Judit después de las campanadas....
A veces me acuerdo de ella. Era una chica estupenda...
16 comentarios:
Que historia más bonita. Y que triste, también.
Feliz Año Nuevo.
Jo..David me he quedado planchada..:-(
Hay gente que entra en nuestra vida y desaparece pero ¡ qué dificil resulta olvidarles ! Los pequeños gestos, esos son los que quedan.
Me caia de sueño pero he visto que habias actualizado y queria felicitarte otra vez el año que no se porqué nos repetimos tanto..tal vez por ganas de que así sea..feliz, un poco más feliz.
Un abrazo
-Josep: Gracias. Feliz Año también para ti.
-Abril: Es lo que tú dices... Igual. Nos encontramos con gente que a veces desaparece por un motivo u otro de nuestras vidas...pero a la que resulta difícil olvidarles.
Yo también quisiera que fuera más feliz... un poco o un mucho, me da igual. más feliz.
Lo mismo para ti.
Otro abrazo.
No sé muy bien qué decirte, David. Pero me ha gustado mucho esta entrada, hasta el punto de remover algo en mi interior en esta primera mañana un tanto desapacible de 2013. Una mañana un poco rara, como todas las mañanas del uno de enero.
Me dejaste pensando en esos amigos que por un motivo u otro desaparecen de nuestras vidas en determinado momento. Me dejaste pensando en qué tal me iría ahora todo de haber tomado otra decisión al acabar el instituto. Me dejaste pensando en la fragilidad de la vida. Y me dejaste pensando en lo poco que me apetece celebrar esta navidad.
Espero y deseo, eso sí, que seas al menos un poquito más feliz en este nuevo año que recién estrenamos. Que seamos todos un poco más felices pese a todas las trabas y dificultades a superar (que espero sean menos que en 2012...). Un fuerte abrazo.
Buenos dias, David!
Venía de paso, (he visto tu mensi)Pero he comenzado a leer esta historia verdadera, y me ha enganchado hasta el final.
Me encanta cuando nos cuentas recuerdos sentidos, porque se entienden y se sienten perfectamente,
Yo tambien pasé por algo parecido, con un chico, y bueno, el batacazo sentimental fué rotundo cuando me enteré de que se habia marchado, fué mi primer amigo de la infancia, y bueno, tu sabes lo que se siente.
Gracias dobles, por esta historia y por ser el primer "Feliz Año" de la Blogos.
Un besote grandote y muy buen año para ti y tu familia.
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Pd: la cabecera está muy propia (aunque la mente se me va a tu comentario a pie de la imagen) pero , creamos que será lo que dice el cartel.
Otro Besote!(hoy besos, que tu para eso no tienes reparos que eres un crack!).
Fdo: Henry Willy.
-Kine: Para no saber muy bien qué decir...tengo que decirte que me ha gustado lo que has dicho. Gracias por tu comentario.. Deseo lo mismo. Lo suscribo, vamos. Otro fuerte abrazo para ti.
-Henry: Otro beso para ti... y no hay de qué...
Y ojalá también que sea lo que dice la imagen de la cabecera, y no mi escéptico texto al pie de esta.
Un abrazo.
PD: me da que tú tienes hoy algo de resaca ;-)
Me atrapó tu relato. Que tengas un buen año,David!!.
-fiorella: Más que un relato, recuerdos dispersos... Lo mismo, Fiorella. Feliz año para ti. Gracias por tu comentario.
Estaba leyéndote tan feliz,
al mismo tiempo que evocaba recuerdos muuuuy parecidos y...qué final más triste ¿no?, me cogió de sorpresa cuando ya le había cogido cariño al personaje y a la persona.
A veces creo que no hay amistades más verdaderas que las de esa época ¿verdad?
Y tengo recuerdos parecidos, tan parecidos que me recordaste a mi mejor amigo del instituto. A los pocos días de empezar el curso -y de conocerlo- ya le dije que porqué no se sentaba a mi lado (en realidad era enfrente)y a partir de ahí amigos inseparables el resto del bachillerato. La única persona de aquella época con la que hablé de todo.
Eso sí, de cementerio nada, pero porque no había ninguno cerca que si no a él hubiera gustado ¡seguro!, jaja.
Un abrazo, David.
-Blue: De lo que compartí con ella, sólo el final fue triste.
Me alegro de que te haya gustado.
Otro abrazo para ti.
Sí, claro, me ha gustado todo muchísimo, menos el final.
Está muy bien contado, y lo contado dice mucho de esa amistad y de ti. Pero tampoco es mucha novedad, ya sabía que eres amigo de tus amigos.
Aaah, esos años de instituto, yo siempre digo que no los cambio por nada.
Tengo una amiga que cuando sale a cuento eso de "de dónde es uno", como la mayoría somos de un sitio y vivimos en otro, ella siempre dice que "somos del sitio donde hicimos el bachillerato", y a mi me parece bastante acertado.
;-)
Un beso.
Feliz año David...de tu historia me quedo con lo que compartiste con ella...el final hago como que no lo he leído.
Aupa David. Recuerdo haberte oído contar cosas de Judit, aunque nunca la llegué a conocer... Desde luego tenía que ser una tía excepcional para juntarse contigo en el insti. A veces el tiempo nos separa demasiado de gente a la que queremos más de lo que sospechamos. Sabes que te quiero, aunque este no sea el medio más idóneo para recordartelo... pero me ha emocionado vuestra historia de amistad y no quería dejar pasar la oportunidad de recordarte, como dice el tango: "si precisás una ayuda, si te hace falta un consejo,
acordate de este amigo que ha de jugarse el pellejo
pa'ayudarte en lo que pueda cuando llegue la ocasión." Nos vemos pronto
("Repasar"... hacía lustros que no leía ni empleaba esa palabra...)
Trágico final para una hermosa historia. Me sucedió, lamentablemente, algo parecido con un compañero de 1º B.U.P. (puedes cambiar el componente romántico por el de admiración idealizada -este compañero lucía un look de rocker que era impactante para un crío de 14 años como yo-), que murió trágicamente en un accidente de moto nada más sacarse el carné. La verdad es que es una sensación difícil de describir ésa que sientes cuando te enteras de su muerte. En fin, como dijo el poeta: la belleza perdura en el recuerdo. DEP.
-Mr.Lombreeze: Sí. Las cosas buenas, al menos perduran en el recuerdo (pero sería mejor que siguiesen vivas el mayor tiempo posible).
Me ha gustado la historia y como tal me la tomo. Me encanta como está escrita, nostálgica, pero sin ser ñoña. Con muchas historias paralelas, que no cuentas, pero que me gustaría imaginar. A mí me ha gustado el final (de la historia). Ya sabes que soy de finales abruptos.
Como vivencia real, Judit siempre será aquella chica que conociste en tercero de BUP, eternamente joven, con la esperanza eterna de que lo que podría haber sido y no fue. De otra manera, siempre sería la mujer con la que deberías quedar un dia para tomar algo y recordar los viejos tiempos, que cada vez serían más viejos y menos buenos, aunque intentemos pensar lo contrario.
Espero haberme expresado bien y no haber frivolizado ni con los sentimientos ni con la muerte de la chica.
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