Hace unos días vi un documental bastante interesante sobre Oliver Sacks. Pero en realidad no voy a hablaros de Oliver Sacks... Viendo el documental aparecía Temple Grandin (a la que el doctor Sacks dedicó uno de sus relatos en "Un antropólogo en marte"; ahí fue donde la conocí). Hay publicados en castellano dos libros de Temple Grandin, "El lenguaje de los animales" de RBA y "Pensar con imágenes" de Alba (los tengo en casa, pero confieso que aún no me he puesto con ellos).
Oliver Sacks & Temple Grandin |
Aviso (spoiler para los que estén interesados en la película). Os pongo debajo un vídeo que es justo el final de la película. Temple está dando consejos sobre cómo tratar a los niños autistas y por qué se comportan como le hacen. Una madre le pregunta "¿cuántos años tiene su hijo?" Ella responde que no tiene hijos (con la consiguiente desilusión de los padres presentes), para aclarar acto seguido que ella es autista (con el consiguiente asombro de los padres presentes). Cuando le preguntan cómo se curó, ella dice que no está curada, que siempre será autista, pero que su madre se negó a que no tuviera una educación como el resto de los niños. La cara de Julia Ormond como la madre que por fin se siente de alguna manera reconocida y valorada por su hija (tenéis que ver la película para entender esto) es lo que más me llega de esta escena.
Y claro... cuando piensas lo que tuvo que pasar Eustacia Cutler, la madre de Temple Grandin... te llega más todavía.
Una mujer que tuvo que enfrentarse tanto a su marido como a las autoridades médicas de la época que querían internar a su hija autista y olvidarse del asunto. Médicos que encima la "culpabilizaban" a ella como causante del autismo de su hija.
Y para colmo, cuando su marido vio que no podía internar a Temple, decidió que igual era mejor internar a su esposa Eustacia, lo que conllevó un más que esperado divorcio.
Eustacia escribió un libro sobre todo este tema, "A thorn in my pocket", que no he leído (pero tengo intención de leer algún día) y creo que no han traducido por aquí.
Es curioso pensar en esta historia familiar en la que un padre decide que su hija autista no tiene por qué interferir en su vida y en cambio la madre hace todo lo posible para que su hija pueda relacionarse, recibir una educación e integrarse en la sociedad a pesar de su autismo. Eustacia no solo logró esto por su hija. Con su comportamiento, fue una de esas personas que hizo por modificar y cambiar actitudes sobre el autismo. Y claro, siempre se está hablando de Temple Grandin (con razón) y el biopic es sobre ella, pero no hago más que pensar que en la vida de Eustacia hay una historia tan interesante como la de su hija.