jueves, 25 de diciembre de 2014

NO SABES LO QUE TIENES HASTA QUE LO PIERDES.

"Veo esta película cada Navidad y extraigo un mensaje diferente cada vez. Recientemente, que los amigos que te rescatarán, a veces son algo que te viene de forma inesperada. El final solía molestarme hasta hace unos años, cuando tuve una crisis personal y personas casi-desconocidas me sacaron de ella."

         
Volney Simmons, uno de los muchos visitantes que se acercan a Bedford Falls por Navidad.



"Bueno, si sabe tanto sobre mí," dijo George, "deme una buena razón por la que debería estar vivo". 

El hombrecillo se rió de una forma extraña. "Vamos, vamos, no puede ser tan malo. Tiene su trabajo en el banco. A Mary y los niños. Está sano, es joven, y- " 


"¡Y harto de todo!", gritó George. 


"Estoy atrapado en este atolladero de por vida, haciendo el mismo aburrido trabajo día tras día. Otros hombres llevan vidas emocionantes, pero, yo, bueno,  no soy más que un pueblerino empleado de banco al que incluso el ejército rechazó. Nunca he hecho algo realmente útil o interesante, y al parecer nunca lo haré. Podría estar muerto. Estaría mejor muerto. A veces me gustaría estarlo. De hecho, ¡me gustaría no haber nacido! ".


Extraído de  "El mayor regalo" de Philip Van Doren Stern.




En 1943, cuando Philip Van Doren no encontró editor para su relato "The greatest gift",  decidió imprimir doscientas copias que regaló a sus amistades a modo de felicitación navideña.  Ese relato es la semilla de lo que llegaría a ser el clásico "¡Qué bello es vivir!".

El relato es bastante diferente con respecto a la película. Para empezar, George Pratt no es George Bailey. Sus motivos para plantearse el suicidio son muy diferentes, como habéis podido leer más arriba...  El George del relato no es un participante activo en el desarrollo del pueblo al igual que el George de la película...
Es cierto que el hecho de que no esté provoca que Marty, el oficinista que ocupa su lugar en el banco robe el dinero de los habitantes, haciendo que cierre el banco, pero el George fílmico hace mucho más que ocupar un puesto de forma honrada.
Participa de los problemas y las preocupaciones de su comunidad y les ayuda en lo que puede y como puede. Como decía Michael, de Ohio, otro de los visitantes navideños de Bedford Falls: "George Bailey se da cuenta de la forma más dura que la comunidad debe valorarse por encima de la propiedad, y que apoyar a tu prójimo y la comunidad es la responsabilidad más importante que una persona tiene por encima de cualquier carrera por alcanzar la prosperidad. Sin duda, una lección que nuestra cultura actual debería aprender."

Curiosamente, es el hermano de este ladrón que se dio a la fuga y de quien nunca más se supo quien se casa con Mary. Sí. Mary no acaba siendo una bibliotecaria solterona. Y el George del cuento puede conocer a los "nuevos" hijos de Mary porque se presenta como vendedor de cepillos a domicilio tanto en la casa de sus padres como en la de Mary.  Así que como ya he dicho, algunas cosas son distintas entre relato y película...  
Pero si hay algo que tanto el relato como la película conservan y plasman perfectamente es el hecho de hacer que ambos personajes aprecien y valoren de una manera nueva aquello que tenían, aquello que no sabían que tenían porque estaban dispuestos a desperdiciar. "Tenías concedido el mayor regalo de todos, el don de la vida, de ser parte de este mundo y tomar parte en el."

Ayer cuando vi el fruto que generó este relato me fijé en esos detalles que la hacen tan cercana y real. Y aquí traigo solo unos cuantos. La película está llena de ellos.

El momento en el que el señor Gower se sienta para contemplar el retrato de su hijo fallecido por la gripe... 


La reacción de George cuando se entera de que su hermano se ha casado y le han ofrecido un trabajo fuera de Bedford Falls. 


También podría añadir el hecho de que su hermano tenga en cuenta que él se ha quedado allí cuatro años y que le dice que no le va a dejar en la estacada...que igual Ruth ha hablado demasiado pronto. No servirá, claro, porque George no lo permitirá después de hablar con Ruth.



El efusivo e inesperado beso a la señora Davies cuando esta pide sacar solo 17'50.





Y habría muchos otros momentos, detalles y escenas,  que también podéis comentar quienes hayáis pasado de visita por Bedford Falls... probablemente, el pueblecito más visitado del mundo cada Navidad.

Y ya para terminar... si George Bailey puede felicitar las fiestas al miserable de Potter (que creedme, no creo que se merezca esas felicitaciones), es lógico que yo haga lo mismo desde aquí a quienes lean esto (supongo que no seréis como Potter).



 Así que...


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