sábado, 30 de julio de 2011

GENE COLAN.


Gene Colan, 1926-2011: “Para mí, ha sido un viaje que jamás imaginé que ocurriría.”


POR TOM FIELD 

La  conclusión definitiva que puede hacerse sobre Gene  es que Stan no le pidió nunca dibujar como Jack.
Retroceded a mediados de los sesenta, cuando los comics Marvel  se extendieron más allá de la casa que Stan Lee, Jack Kirby y Steve Ditko  habían construido sobre la base de los Cuatro Fantásticos,  Hulk y Spider-Man. De todas las  futuras celebridades que se incorporaron a Marvel  – John Buscema, Bill Everett, John Romita, Jim Steranko, George Tuska, incluso Alex Toth entre ellos –  Lee  como escritor/editor forzó a cada uno de ellos al principio a “dibujar a la manera Marvel”. Lo que quería decir dibujar sobre  bocetos de página  preparados por Kirby, el artista de facto de la casa, cuya narrativa representaba todo lo que Lee quería que identificara a los comics Marvel.


La solitaria excepción– el único ilustrador cuyo estilo   era tan singular, tan poco convencional, tan no-Kirby que Lee nunca forzó la colaboración —  fue  Gene Colan.


“Gene the Dean” o “Gentleman Gene,” como Stan lo apodaba, se unió a Marvel en 1965, y su cinematográfico enfoque de “pintar con un lápiz” proporcionó un look completamente distinto a personajes como Namor, Iron Man y Daredevil.

Colan sobre Kirby nunca hubiera funcionado. Eran muy diferentes.  Kirby se basaba en las formas, y Colan en las sombras. La especialidad de Jack  era la acción en primer plano; la de Gene, el matiz de la expresión humana.  Las dos sensibilidades artísticas eran tan diferentes que incluso 40 años más tarde, cuando a Colan se le ofreció una oportunidad única en la vida de terminar una portada para el magazine de The Jak Kirby Collector, la rehusó. No porque no quisiera, sino porque sentía que no sería capaz.

 “El estilo de Gene era demasiado único, diferente” dijo Lee,  cuando le preguntaron por qué había eximido a Gene Colan del aprendizaje kirbyano.  “Hubiera incapacitado a Gene [dibujar sobre bocetos de Kirby].  Él no debía dibujar sobre los bocetos de nadie porque entonces no parecería Gene Colan.

Pero, Lee sentía de otra manera en los 50, cuando dirigía la predecesora de Marvel, Atlas Comics. Colan trabajó para Lee, entonces, dibujando  cómics del oeste  y de terror en boga. Entonces,  recuerda Colan, Lee le pidió imitar los populares estilos de los difuntos  Joe Maneely y Tuska.   Inesperadamente el dócil Colan se negó.
“Dije, ‘Stan, si quieres que lo dibuje como George Tuska, entonces coge a George Tuska para dibujarlo. Yo no soy George Tuska.”
De hecho, Gene Colan nunca debería ser confundido por menos de lo que fue: Uno  de los  estilistas más personales de los comics. Dominaba su lápiz como un pincel para capturar las  sutiles tonalidades de la acción, la emoción y la iluminación.  Trajo una visión cinematográfica a la narración de los comics, y sus historias eran reconocidas al instante por los fans, atesoradas por los que entendían, y apreciadas incluso con envidia por muchos de sus más expertos compañeros.
Mientras deleitaba a sus fans, Colan irritaba a menudo a sus guionistas.  Era conocido por no leer nunca sus guiones antes de empezar, y  por llegar al límite de las páginas antes de dibujar el  final de la historia.  Por aquellos días, podría dedicar media página a una mano girando el torno de una puerta, o tres páginas al Capitan America andando sin rumbo por una calle. Sus vicios eran aceptados en los 60, cuando Lee puso a los artistas al cargo del ritmo de las historias. Pero Colan encontró resistencia en los 70, cuando los guionistas recuperaron influencia, y especialmente en los 80, cuando los editores tomaron el mando.  
Ragamuffins
Por último, superó a sus entintadores, quienes siempre luchaban por delinear los complejos dibujos a lápiz de Colan. Para los años 80,  el estilo a lápiz de Colan y la tecnología impresa eran tan refinadas que, empezando con Dean Mullaney en Eclipse Comics, los editores se saltaron la tradicional etapa de entintado y empezaron a reproducir las texturas de Colan directamente de su lápices, empezando con  Ragamuffins y Nathaniel Dusk  del escritor Don McGregor . Una vez Mullaney  abrió esta puerta, imprimir desde los lápices de Colan llegó a ser la norma por defecto durante los siguientes 20 años. Incluso al final de su carrera profesional – la última historia de  Colan fue un número del Capitan America en el 2009 – Marvel produjo dos ediciones, una en color y la otra en blanco y negro, para que los fans pudieran apreciar la belleza  de los lápices de Colan
Nadie dibujaba como Gene Colan. Probablemente nadie lo haga jamás.
Pero Colan fue único más allá de su trabajo.  La biografía de Colan de 2005 se tituló “Secretos en las sombras” y en un nivel describía el arte. Pero el libro también exploraba al hombre, que batallaba con sus propias sombras y secretos.


Era hiper sensible. Si Lee y Kirby  eran los  Lennon & McCartney de Marvel Comics, entonces Colan  era Brian Wilson – un genio torturado que batallaba con sus propias emociones y la influencia de otros. Era el tipo de persona que  detectaría y se desinflaría con la única vibración negativa  en una habitación llena de ávidos partidarios.  Esta sensibilidad, que realzaba su trabajo, también  le hacia vulnerable a la personas de carácter fuerte.  A lo largo de su carrera, Colan se sintió avasallado por algunas de las personalidades más grandes de la industria como Harvey Kurtzman, Bob Kanigher y Jim Shooter.
Trabajaba en exceso. Las ambiciones y el estilo de vida de Colan estaban siempre  reñidos con su salario, y por eso durante décadas, como muchos de sus compañeros, trabajó demasiadas horas para producir páginas a costa de su propia familia. Mientras que varias generaciones han crecido bajo la influencia de los comics de Gene Colan, él apenas vio  a algunos de sus cuatro hijos – un sacrificio del que hablaría más tarde con gran pesar.
Y, al igual que su personaje insignia,  Daredevil,  tenía defectos de visión. En el ultimo tercio de su vida, Colan fue tan destrozado por el glaucoma que era virtualmente ciego en un ojo y  el otro le quedó  reducido a visión de túnel . Pasó numerosas operaciones y tratamientos para conservar la visión suficiente que le pudiera permitir continuar dibujando. 

A pesar de  estas luchas, Colan forjó una carrera sin precedentes. Trabajó en los comics durante siete décadas, desde los años cuarenta a los dos mil – una hazañas igualadas sólo por algunos como Will Eisner y Joe Kubert. Su  campo creativo es inigualable – dibujó literalmente de todo, desde los comics Archie a Wonder Woman,  dejando su firma en personajes tan populares como Batman, Capitán Marvel y Dracula, favoritos de culto como El Pato Howard,  Doctor Extraño y Night Force, así como en trabajos más esotéricos o personales que incluirían Ragamuffins y Nathaniel Dusk.

Más recordado por su larga trayectoria en la serie  Daredevil en los sesenta,  el trabajo más aclamado por la crítica fueron sus 70  números de la serie La Tumba de Drácula (donde co-creó al cazador de vampiros  Blade). Si se le  insistía, decía que su trabajo favorito   había sido el del detective  privado Dusk en los 80. De hecho, durante muchos años, el único trabajo de Colan que se exhibía en su casa era una secuencia de persecución en Coney Island de tres páginas de la segunda miniserie de Dusk.

Colan era también uno de los  más accesibles creadores de comics. Un pionero de internet  entre los artistas de comics, vendía sus originales online y estableció un chat para fans en los últimos 90. Por medio de estos esfuerzos, dirigidos por su esposa Adrienne, su paladín incondicional hasta su muerte en el 2010, Colan hizo amistad con algunos de sus fans más apasionados por todo el mundo, llegando a ser una figura paterna para sus lectores y sus familias. Durante la última década de su vida, Colan llegó a saber de primera mano qué llegó a ser de aquellos niños que crecieron leyendo su trabajo.
“Todavía encuentro casi imposible de creer que haya gente tan interesada en los comics y en lo que he hecho.”, reflexionaba Colan en el 2005. “Hay tantos artistas por ahí que son igual de buenos – algunos incluso mejores. Para mí,  ha sido un viaje que jamás pensé que ocurriría. 
Entré en el negocio solo como una forma de entretenimiento.


Primero Años


Eugene Jules Colan  nació en el Bronx,  NY, el 1 de Septiembre de 1926, el único hijo de  Harold y Winifred Levy Colan.
 Introvertido, Colan vivía indirectamente a través de las tiras de comics –  Terry y los Piratas de Milton Caniff  y Dickie  Dare de Coulton Waugh eran sus favoritas –  y  amaba más que nada crear sus propios comics. “Dibujaba un montón – siempre estaba dibujando”, dijo Colan. “Mi mayor alegría era estar enfermo en la cama,  así no tenía que ir a la escuela ni nada de eso, y dedicaba el día a dibujar, dibujar, dibujar.
Las películas eran también una importante influencia, e incluso un niño como Colan estaba fascinado por cómo los directores planificaban sus escenas. En su casa caminaría despacio  de habitación a habitación llevando la cámara de su padre–de las que hay que mirar desde arriba para encuadrar, e iba explorando el espacio a su alrededor tal como se vería en una película.

Ninguna película influyó más a Colan que el Frankenstein original, que vio por primera vez con cinco años. Colan estaba aterrorizado de Boris Karloff como el monstruo. Después de aquel susto, Colan no podía purgar al monstruo de su memoria.  En lugar de eso,  respondió del único modo que sabía. “Decidí que crearía un monstruo de mi propiedad, así que cogí  grandes láminas de papel – era creativo en ese aspecto – y dibujé  uno.” – el nacimiento de Colan como artista de horror.

Con 14 años, Colan reunió  muestras  de su trabajo y visitó DC Comics. Los editores estaban impresionados y le invitaron a conocer Bob Kane, el creador de Batman. Después de terminar el instituto en 1944, Colan consiguió un trabajo de verano como artista en Fiction House, editor de títulos como Wings, Rangers y Fight.  Allí fue guiado por gente como Tuska, Murphy Anderson y Lee Elias.

A principios de 1945 Colan se alistó en el las fuerzas aéreas de los Estados Unidos. La guerra en Europa finalizó incluso antes de que Colan terminara su entrenamiento básico, así que fue destinado a una base en Manila. En Filipinas, Colan cayó bajo la tutela del ilustrador Steven Kidd, quien publicaba en Life y en otras importantes revistas. Kidd se había especializado en ilustración militar y con el tiempo llegaría  a ser el artista oficial  del ejército destinado a Corea  “Me abrió mucho los ojos,”  recuerda Colan . “Una vez me pidió que dibujara un árbol. Lo hice en 10 minutos, y él dijo “Le llevó a Dios  100 años hacer un árbol; tú no puedes sentarte y  hacer uno en diez minutos!”


Después de ser licenciado del ejército,  Colan entró en la Art Students League of New York.  Entonces, en 1947, Colan decidió visitar Timely Comics, La primera encarnación de Mavel y la editora del Capitán América, la Antorcha Humana y Namor.  Se le hizo pasar para conocer al editor.  “Entré en esta oficina, ¡y allí estaba Stan Lee, jugando a cartas y llevando una gorrita con una hélice!  Stan era inmaduro,  encantador. Me dijo: ‘¿Así que quieres hacer comics, eh? ¡Siéntate!’”


Esfuerzos

Colan se unió a  la plantilla de Timely  y disfrutó un periodo inicial de éxitos, dibujando superhéroes y comics de género juntos a mentores como Mike Sekowsky y Syd Shores. También conoció a algunos otros principiantes, como a John Romita, que se distinguiría como el principal artista de Spider-Man y el director de arte en Marvel en los años sesenta y setenta.
“Conocía su trabajo antes de que le pudiera poner rostro,” dijo Romita una vez de Colan. “Me asombraba. Hizo un par de historias  de guerra con pilotos del Pacífico.  Recuerdo una en particular: hizo una viñeta – estoy hablando de 1949, 1950  – hizo un plano aéreo de un avión estrellándose en el océano, y realizó todo el tema y lo dibujó todo en negro con un pequeño splash. Y yo estaba asombrado. Me recuerdo diciendo  “¡No tengo narices de hacer eso! Pero él lo hacía creíble.”
Aunque los buenos tiempos duraron poco,  Colan fue  despedido durante una crisis del mercado y forzado a trabajar como freelance. Durante este periodo, tuvo sus primeros rodajes con editores de fuerte personalidad que casi hicieron que dejara  el negocio.  El primero fue Harvey Kurtzman, que editaba  Two-Fisted Tales Frontline Combat en EC Comics. Kurtzman  era exigente con sus artistas, y no le gustaba cómo había dibujado Colan su único  encargo, la historia “Wake” en el número 30. Poco después, Kurtzman fue hospitalizado por  agotamiento, y Colan – que quería desesperadamente unirse a la  distinguida escuela de artista de EC – le visitó obedientemente.  Kurtzman  le desairó. “Me miró y me dijo “, Eres el perfecto pardillo.”  Kurtzman no estaba necesariamente equivocado – Colan era un  ingenuo. Pero Kurtzman ofendió al artista.  “Fue muy desagradable conmigo”, dijo  Colan . “No era alguien con quien quisiera continuar, así que no lo hice.”

El siguiente atormentador de Colan fue Bob Kanigher, el rápido y prolífico escritor de DC, más conocido por haber co-creado al Sgt. Rock. Kanigher contrató a Colan para dibujar comics de guerra, western y de amor, e intimidaba al joven artista con sus poco moderadas críticas.  Las quejas de Kanighers iban desde la narración hasta los lápices, y siempre  las hacía con mucha dureza. Finalmente, en 1957, Colan contraatacó. “Un día le dije “¿sabes?, estás loco”, recuerda Colan. “Julie Schwartz, tenía su mesa junto a la de Kanigher, y me oyó. Kanigher dijo “Julie, ¿has oído lo que ha dicho? Estoy loco”.  Yo dije. “Sí, estás loco”. Oh, Le hubiera echado por la ventana”. En lugar de eso, Colan salió de la oficina – despedido de sus trabajos para a DC (el mayor de los cuales era el héroe western Hopalong Cassidy), y  toda su carrera en los comics se evaporó. Hasta que se reunió con Stan Lee.

Columpiándose hacia los 60.

Los primeros años sesenta fueron el periodo más tumultuoso en la vida de Colan. Se acababa de divorciar de de su primera esposa, Sallee, separado de sus dos jóvenes hijas, Valerie y Hill, e incapaz de encontrar trabajo en los comics. En lugar de eso, terminó en un callejón sin salida dibujando películas educacionales.
Entonces conoció a la mujer que cambió su vida.  Adrienne Gail Brickman tenía 19 años cuando Colan la conoció en un centro para solteros en los Poconos. Los dos se atrajeron inmediatamente, y su romance floreció rápidamente en matrimonio el día de San Valentín de 1963.
Desde el principio, la franca Adrienne fue la mayor partidaria de Colan, y pronto le convenció para dejar su trabajo y volver a los comics. “Me dijo “Tienes que salir de aquí” tan fácil como eso" recordó Colan después. “Trabajar sin retos artísticos destruirá tu alma, tu pasión por la vida”,  dijo ella.  Y yo dije “¿Y dónde voy?”.  
Pero la salida laboral de Colan coincidió con un resurgir de los comics, y  fue capaz de coger trabajo en DC, Dell en incluso Marvel, donde dibujó alguna historia ocasional de western o ciencia-ficción. Para 1965, el negocio estaba teniendo un boom, y Lee le pidió a Colan dejar su otros encargos (incluyendo sus estupendos trabajos en blanco y negro para las revista Eerie y Creepy de Warren) y trabajar a tiempo completo para Marvel. Al principio, Colan se resistió  – no se atrevía a comprometerse para un solo editor – y por eso sus encargos iniciales en los superheroes Marvel como Namor  e Iron Man fueron firmados  con el seudónimo de “Adam Austin”, para no poner sobreaviso a sus otras fuentes como artista freelance.  Pero dos cosas se hicieron  evidentes en seguida: 1) Marvel era sólida y 2) El dibujo de Colan era inconfundible Para cuando tomó la serie de Daredevil en el número 20, ya estaba firmando con su propio nombre, trabajando exclusivamente para Marvel e iniciando uno de los períodos más felices de su carrera.

Con Daredevil – su primer encargo largo de un superhéroe  – Colan tenía todo lo que quería: un protagonista de mentón cuadrado, un variado elenco  de co-protagonistas, una colorida galería de villanos, Nueva York  como marco… y 20 páginas por mes para contar las historias que él sentía debían ser contadas. “El hecho de que era ciego y podía hacer todas estas cosas me atraía realmente” dijo Colan acerca de su trabajo en el título. “Traté de hacer comprensible un modo para ilustrar su ceguera de modo que  el lector  pudiera seguirla. El tenía una extraordinaria habilidad para ver mejor que un vidente a causa de sus sentidos agudizados, y yo trataba de ilustrar esto en un vago modo con imágenes de lo que él veía. Estrictamente sacadas de mi imaginación. Esa imaginación condujo a una casi ininterrumpida  sucesión de 80 números en la serie de Daredevil, que quedó asociada para siempre con Colan.

Lee fue el principal escritor de Colan en la Marvel de los 60, y trabajaba la potencialidad de Colan dándole las tramas más básicas y desnudas para la historia de cada número. Lee simplemente no tenía tiempo para escribir un guión completo y Colan no tenía la paciencia para leer uno. En lugar de eso, se sentaba y dibujaba cada página individual, rompiendo el ritmo aquí y allá con una página completa.  Frecuentemente,  incluso, llegaba al final de la historia y descubría que se le habían acabado las páginas antes de terminar la trama, así que o bien tenía que continuar la historia o meter a la fuerza la conclusión en un revoltijo de viñetas en la página final.
Roy  Thomas, ayudante de Lee en los sesenta, recuerda este problema: “Recuerdo que  [Stan] se  molestó un poco una vez y llamó a Gene y le dijo “Bueno, ¿no veías qué es lo que iba a pasar? Y Gene dijo “Bueno, sabes que no leo la trama hasta que llego a esa página”. Supongo que a Gene le gustaba conocer la historia al mismo tiempo que lo haría el lector. A Stan le gustaba, pero ese tipo de cosas no sucedía con otros artistas, así que le volvía un poco loco. Siempre le gustaba el resultado final, pero a veces le llevaba un poco de trabajo extra."
 Lo que podía haber sido “trabajo extra” para Lee era un duro trabajo para Colan, que se empujaba a dibujar dos páginas diarias, siete días a la semana  – el equivalente de tres comics al mes.  Este ritmo causó estragos en su hogar, que ahora incluía a sus niños Nanci y Erik, ambos nacidos en los primeros sesenta. Durante esa frenética etapa Colan también dibujó al Capitán America (para el que co-creó el superhéroe afro-americano Halcón),  al Capitán Marvel y  al  Doctor Extraño, entre otros. Pero aunque los conceptos crecían en fantasía, Colan los traía de nuevo a tierra con su toque único.

Drácula y  el Pato

En 1971, después de más de cinco años en la serie de Daredevil, Colan estaba aburrido. Quería un nuevo desafío. Así que  cuando oyó que Marvel estaba creando un nueva revista de comics sobre Drácula, el señor de los vampiros, quiso el encargo.
Según  Colan, Lee le asignó Drácula, pero lo olvidó pronto y entonces le ofreció el mismo trabajo al creador de Namor, Bill Everett. Colan estaba desolado. Pero Adrienne  no. Inspirada por las historias sobre cómo Marlon Brando se presentaba voluntariamente a castings, Adrienne  le animó a Gene a intentarlo con Drácula. Colan dibujó a lápiz, entintó e hizo un  estudio en acuarela de un Dracula barbudo y con melena oscura , incluyendo un retrato del Conde, y un montaje del rey vampiro  en diferentes poses.  “Le mandé (el montaje) a Stan y al día siguiente llamó y sólo dijo. “Es tuyo” dijo Colan.  “¡Eso fue todo! “
 “Eso” se convirtió en una carrera ininterrumpida de siete años en 70 números  del comic La tumba de Drácula. No solo uno de los mejores comics de horror de los setenta, sino uno de los mejores comics de la década,  punto. Escrito durante  la mayor parte de la serie por Marv Wolfman y entintado por Tom Palmer, su mayor y más frecuente  entintador,  La tumba de Drácula  presentaba un rico conjunto de personajes, ricas tramas y un dibujo sombrío un peldaño por encima de la mayoría de los comics.




A mediados de los 70, a Colan se le  encargó un título que no podía haber sido más diferente de Drácula–  El Pato Howard , el crítico cultural de lengua afilada y aficionado a los puros creado por el guionista  Steve Gerber.  Los artistas Frank Brunner y John Buscema dibujaron los tres primeros números del comic, pero entonces,  con el número 4 la serie fue asignada a Colan, quien al principio  pensó que había sido degradado a dibujar una serie de animales parlantes para niños. Pero rápidamente apreció la madura sátira social de la serie, y conectó con Gerber. “Lo disfruté, porque Howard era una de las cosas más fáciles  de  hacer, y era una oportunidad para hacer cosas divertidas e iluminarlas un poco”, dijo Colan. “Disfrutaba con el humor, y Steve (Gerber) era tan divertido. Me sentaba allí y me tiraba de risa por los suelos leyendo el guión, y  le llamaba y se lo decía”.


Los comics de Drácula y el Pato se cancelaron en 1979.  Los títulos fueron brevemente resucitados como magazines en blanco y negro, aunque  pronto cesaron de publicarse para bien, dejando a Colan sin una serie regular. Pero en lugar de coger un nuevo título, Colan se encontró luchando por su carrera.

Fuera de Marvel,  Dentro de DC.

Siguiendo su promoción a editor en 1972,  Stan Lee se retiró efectivamente de los guiones de comics. La nueva generación de escritores imponían más control sobre sus historias, y algunos de ellos se resistieron a las idiosincrasias de Colan. Cuando el guionista Jim Shooter se convirtió en editor en jefe en los últimos setenta, la tensión entre Colan y los autores más jóvenes llegó a un  límite.  En  1980, Shooter y Colan estaban totalmente enfrentados sobre la forma narrativa de Colan.  
“No fui solo yo,” dijo  Shooter una vez sobre el conflicto. “Los  guionistas con los que estaba trabajando, con la excepción de Marv  en  La tumba de Drácula, venían a mí cabreados porque habían escrito una trama y (Colan) la había ignorado y había dibujado un montón de figuras grandes y sencillas  para después meter 16 viñetas en la última página .  Traté de hablar con él, y  alguna que otra vez le pedí que redibujara cosas. Porque era Gene Colan, le pagaba  por volver a hacerlas. Le decía: “Gene, te pagaré para hacer esto, pero tienes que dejar de hacer trampitas. En Shooter, Colan vio que se repetía la historia de  Harvey Kurtzman y Bob Kanigher – pero aún peor.

“[Shooter] me estaba acosando. No podía vivir”  dijo Colan . “Me asustó, lo hizo de verdad. Me trastornó tanto que no podía funcionar”. De igual modo que había animado a Colan a dejar un trabajo en los sesenta, su esposa Adrienne  le imploró que dejara Marvel en 1980.   Después de comunicar su renuncia, a Colan le pidieron sentarse y buscar una resolución con Shooter y el editor Mike Hobson. Colan accedió a la reunión pero  rechazó cualquier propuesta para permanecer en Marvel. “Shooter estaba en la misma habitación”, recuerda Colan, y yo dije “Ese hombre  no va a cambiar. Es como es. Ya pueden pasar seis días, seis meses o seis años, no va a cambiar nada, así que no voy a soportarlo ni un minuto más."

Colan  firmó inmediatamente un contrato con DC, la editorial rival, que le encargó a sus pesos pesados: Batman, luego  a Wonder Woman, una miniserie de Superman y un nuevo título de horror, en colaboración con su compañero en  La tumba de Drácula, Mav Wolfman. Pero la luna de miel con DC no duró mucho. El editor Dick Giordano sentía que el estilo de Colan carecía del atractivo comercial frente a  favoritos como George Perez y Keith Giffen. Cuando el contrato de Colan terminó, los encargos importantes desaparecieron, y pasó por duros momentos para conseguir  trabajo de DC.










Por su cuenta

Con  Shooter fuera de Marvel,  Colan obtuvo algunos trabajos allí,  siendo el más notable un serial de la Pantera Negra escrito por Don McGregor y un revival de la serie La tumba de Drácula  con Wolfman.  También dibujó una serie de historias – vivir para ver  –Archie Comics, donde fue capaz de explorar un estilo más caricaturesco.

Pero al mismo tiempo, Colan, cumplidos ya los sesenta,  se encontró con  graves problemas de salud. Primero vino  un ataque al corazón, después una  larga serie de problemas de visión atribuidos al glaucoma. Tras una serie de operaciones en ambos ojos, se quedó con prácticamente ninguna visión en su ojo izquierdo y sólo visión de túnel en el derecho.
Cuando se supo de las enfermedades de Colan, Clifford Meth, escritor y fan  desde hacía muchos años, dio un paso al frente para organizar iniciativas para  recaudar fondos para los Colan. Primero fue una subasta de dibujos para ayudar a  pagar los gastos médicos de los Colan. Después vino la publicación de “The Gene Colan Treasury,” un libro escrito por Meth y editado por Aardwolf  Publishing (una editorial que  Meth cofundó).

 Recuperado de nuevo, Colan empezó a enseñar dibujo y continuó trabajando como artista freelance, aceptando encargos de Darkhorse (un pastiche sobre Aliens), y Marvel (incluyendo un breve retorno a la serie Daredevil). A mediados de los años 90, cuando aceptó un nuevo proyecto de Drácula con Wolfman para Dark Horse, Colan estaba empezando a  pensar en la jubilación y en que se esfumaría  y sería olvidado por los fans.
Y entonces descubrió Internet.


Renacimiento y reconocimiento.

Los Colan se aventuraron en la red en 1998, cuando un fan, Kevin Hall les creó su web ,  www.genecolan.com, empezó a vender originales de Colan en eBay,  y creó un grupo  en Yahoo (http://groups.yahoo.com/group/genecolan/) dedicado a la vida y obra de Gene. Por medio de los esfuerzos de Hall, los Colan descubrieron  no solo un nuevo punto de venta para los originales de Gene, sino un medio para  aceptar nuevos encargos. Los encargos que le pedían, de hecho, llegaron en tal ritmo que a menudo Colan decía “Estoy más ocupado ahora de lo que lo he estado en mis mejores días en los comics!” 

Pero más que los ingresos, la red  trajo a Colan un nuevo nivel de reconocimiento. Al conectar con generaciones de fans de todo el mundo, pudo  saber  lo que había sido de todos aquellos niños que había crecido leyendo su trabajo. Se había convertido en doctores, escritores, profesores, profesores– profesionales por que interactuaban con los Colan a diraio y le recordaban continuamente a Gene la importancia y la influencia de su trabajo.
De repente, los Colan tenían una nueva familia virtual de numerosos fans en todo el mundo. La energía de este grupo revitalizó a Colan, que permaneció productivo, dibujando encargos y nuevos proyectos de comics hasta bien entrado el nuevo milenio. Y con la mayor visibilidad llegó el nuevo reconocimiento.
*En el  2001, Colan los fans Kevin Hall, Dominic Milano y Marc Svensson trabajaron con el escritor Mark Evanier  para  organizar la fiesta de  75 cumpleaños de Colan en la Convención annual de Comic de San Diego, y también realizaron un film documental que incluía una charla de Evanier y homenajes de creadores como Stan Lee, Neal Adams y Harlan Ellison.

*En el 2005, en los premios Eisner  anuales, Colan fue introducido en el Salón de la Fama.
*En el  2008, a petición del escritor Glen Gold y el director Andrew Farago, el  Cartoon Art Museum en San Francisco dedicó una larga   muestra a Colan y su trabajo.
*Y en 2010, el ultimo trabajo largo de Colan en los comics,  Capitán  America #601 –-  una historia ambientada en la Segunda Guerra Mundial y reproducida directamente de los lápices de Colan – ganó el Premio Eisner a “ Mejor Número”

Pero la salud de Colan también falló y en sus últimos años,  debido principalmente a un hígado dañado y a un cáncer. Más devastadora personalmente para Colan fue la súbita muerte de Adrieenne después de una serie de personales dolencias en el verano de 2010. En su último año, Colan fue cuidado por sus hijos Nanci y Erik, y sus asuntos de negocio fueron  llevados por Clifford Meth.


Recordando a Colan

A lo largo de siete décadas en los comics, Colan tuvo la oportunidad de trabajar con algunos de los mejores guionistas, entintadores y editores. Sus percepciones capturan  el lugar de Colan en la historia de los comics.
“Gene estaba interesado en la gente, en los personajes y sus expresiones, el modo en el que se movían.” Dijo Stan Lee, “Siempre sentí que las historia que hacía eran muy personales. Siempre conoces a los personajes y te preocupas por ellos. Había también un gran sentido del diseño en el trabajo de Gene. Cada página estaba meticulosamente diseñada. Donde algunos artistas irían viñeta  a viñeta, siempre sentí que en la cabeza de Gene la página era un lienzo.
 “Sus lápices eran sutiles,” dijo Tom Palmer,  el entintador más asociado con el trabajo de Colan. “Podía parecer que no eran así – podían parecer muy poderosos–  pero si mirabas sus páginas a lápiz, veías que  había toques muy suaves, grises. Normalmente hay tres tonos diferenciados en esos dibujos a lápiz: Claro, medio y oscuro. Algunos [entintadores] ignoran el claro y hacen el medio tan negro como el oscuro. Pero yo veía los  tres tonos. Ésa es la diferencia.
Roy  Thomas, el guionista /editor/historiador quizás ofrece la mejor perspectiva  sobre el lugar de Colan en el panteón de las artes del comics. “Tenía la dinámica de Kirby, pero el realismo de algunos de los artistas de tiras de prensa – las cosas que a la gente le gustaron más tarde en Neal Adams y otros artistas” dijo Thomas. “Quizás Gene era una figura de transición entre Kirby y Neal Adams– dos de los artistas más influyentes. Lo más importante, contó un montón de buenas historias."


AÑADIDO I:  De la  ejecución de esta traducción es culpable un servidor. Pero para que el crimen fuera menos sangrante y llamativo,  un amigo se tomó la molestia de revisarla y corregirla (gracias).  Tenéis el artículo original en este enlace. 


AÑADIDO II: Además del homenaje conjunto en el  que hemos participado algunos blogs (entre los cuales algunos ya dedicaron al artista también sus correspondientes entradas como esta o esta o estas), tenéis algunos interesantes enlaces por la red. 




Una jugosa entrevista en Entrecómics. Aquí. 


Un bonito poema visual en Travellings en los surcos. (Sí, ya sé que Jaime participa en el homenaje conjunto, pero su entrada sigue siendo mi favorita de todas las que he visto).


Una interesante entrada en Es muy de cómic.


Y otros recuerdos para el artista en blogs que desconocía como este o este.


AÑADIDO III: Homenajes compartidos.


999 


Llámame Plissken


El lector impaciente


Gotham News


La canción de Tristan


Comic is art


Pecios


Travellings en los surcos

domingo, 17 de julio de 2011

Be my baby

Cuando era crío recuerdo que a veces a mi madre le daba por cantar alguna canción de las que escuchaba siendo joven. Y una con la que insistía  era la de "Tú serás mi baby" de Les Surfs. Bueno... ella decía los surfs... Y yo no sabía ni quiénes eran Les Surfs, ni que esa canción no era de ellos, sino una versión. Y al buscar de nuevo la versión de los surfs en la red me he encontrado con un comentario que decía esto: " Y francamente esta versión en español de "Tu seras mi baby" es mucho mejor que la versión original de "Be my baby" en Ingles de las Ronettes. La producción es superior y en especial las voces de este grupo Les Surfs son mejores que las del grupo Americano las Ronettes."


¿ Y qué queréis que os diga? Disiento. Puedo aceptar que la producción de Spector en Let it be sea peor que la podía haber realizado George Martin (algo de lo que incluso tengo mis dudas), pero en el caso concreto de esta canción, la verdad es que no opino como el del comentario. La cosa va para gustos, claro. Seguro que mi madre prefiere la de los Surfs. ... Pero lo cierto es que más allá de mejor o peor, yo me quedo con la versión original de las Ronettes. 


 No recuerdo dónde leí que los primeros éxitos de Spector eran siempre iguales. Geniales, pero iguales. Todos tenían el mismo ritmo y una batería machacona detrás de las voces llevando la canción (más allá de todo el asunto del "muro de sonido").   Será así, pero el caso es que Be my baby es una de mis canciones favoritas. Me encanta. Y nunca me canso de escucharla. Me gusta hasta la versión de John Lennon (que está producida por Phil, por cierto).  Vosotros diréis cuál preferís.  



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Y el bonus track:




BE MY BABY
 (Phil Spector, Jeff Barry, Ellie Greenwich)

The night we met I knew I needed you so
And if I had the chance I'd never let you go
So won't you say you love me
I'll make you so proud of me
We'll make 'em turn their heads
Every place we go
So won't you please

(Be my be my baby) Be my little baby
(I want it only say) Say you'll be my darling
(Be my be my baby) Be my baby now
(I want it only say) Ooh, ohh, ohh, oh

I'll make you happy, baby
Just wait and see
For every kiss you give me
I'll give you three
Oh, since the day I saw you
I have been waiting for you
You know I will adore you
Till eternity
So won't you please

(Be my be my baby) Be my little baby
(I want it only say) Say you'll be my darling
(Be my be my baby) Be my baby now
(I want it only say) Ooh, ohh, ohh, ohh, oh

So come on and please
(Be my be my baby) Be my little baby
(I want it only say) Say you'll be my darling
(Be my be my baby) Be my baby now
(I want it only say) Ooh, ohh, ohh, oh

(Be my be my baby) Be my little baby
(I want it only say) Ooh-oh-oh-oh, ooh-oh-oh-oh
(Be my be my baby) Oh-oh-oh, oohh...
(I want it only say) Oh, oh, oh, oh, oooohh...

viernes, 8 de julio de 2011

AMISTAD ELECTRÓNICA II: ANRO

No conocía personalmente a Anro. Es alguien a quien he conocido sólo a través de los blogs  y  los mails que nos hemos cruzado. Pero puedo aseguraros que ya le había cogido el mismo cariño y afecto que tengo por muchos de mis mejores amigos fuera de este mundo virtual.
Acabo de enterarme ahora mismo de que Anro ha fallecido. Y la verdad es que ha sido un mazazo. Joder!  Ni siquiera  he podido conocerlo personalmente, pero como decía
En fin...
Tengo una carpeta con su nombre, en la que guardo las fotos que me mandó, sus mails. Hace poco le comentaba a alguien que lo que me apetecía era ponerme con las viejas entradas de su blog que no había leído. Y lo que me apena es pensar que no habrá más entradas...
No sé qué más decir...
En este mismo blog tenéis una maravillosa entrada que cogí de su blog: AQUÍ.
Y no sé, tal vez lo mejor para que veáis lo grande que era Anro es que leáis el comentario que no colocó en la entrada anterior. Es un mail personal, pero estoy seguro de que a él no le importara que lo comparta con vosotros:


No me he podido resistir a la tentación de leer tu post....¡Por si no lo sabe usted yo remonto ya los cuatro años de blog! ....Me ha llegado muy  adentro, amigo David. Hay un mogollón de cosas de las que participo contigo y eso es algo realmente maravilloso.Yo me tomo muy en serio (y a la vez con desbocada alegría) los chispazos amistosos que surgen y me han surgido en la vida. Ya que citas ese amistoso ofrecimiento he recordado la ocasión en que una pareja descendió del bus, absolutamente desorientada, en la confluencia Charing Cross con Oxford St. Allí estábamos, por casualidad, mi amigo Juan y yo. No sé por qué razón intuímos que aquella pareja necesitaba algo y nos dirigimos a ellos para ofrecerles nuestra casa cerca de Candem Town. Fue una velada muy agradable adobada con unos canutitos de hierba.
Ese libro me lo regaló mi hija y es una auténtica gozada. ¡La cantidad de visitas que he hecho a esa librería!.....¡conservo un ejemplar sobre los prerafaelitas!....¡tiempos gloriosos!

No creo que pueda dejar el blog algún día, amigo David, me ha reportado satisfacciones muy grandes. El problema es que necesito hacer otras muchas cosas. Ya te he dicho lo bien que me han ido las clases de inglés. Ayer fue la última por motivo de las vacaciones, pero espero volver en Septiembre. Yo soy un cantamañanas y me divierto mucho con la gente.
Ojalá pudiéramos algún día tomarnos unos vinos, pero no quiero forzar nada.
1Ale, esto ha sido un impulso afectivo!...Oficialmente ya no estoy aquí, pero puedes contestarme.
Un fuerte abrazote-.

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