sábado, 26 de marzo de 2011

sábado, 19 de marzo de 2011

La mejor interpretación de John Wayne.


"Durante el rodaje de Liberty Valance, a John Wayne le dieron un premio en el Beverly Hilton y pidieron a Ford que se lo entregase. Cuando le anunciaron, se puso de pie y no pudo subir las escaleras: subió dos escalones, tropezó y volvió a bajarlos. Rápidamente se enderezó, subió al escenario e hizo la presentación.  Wayne, sensible a la vanidad herida del anciano, se levantó y tropezó del mismo modo, tropezando en dos escalones hasta que se enderezó. El público, pensando que era una broma preparada, se rió, pero Wayne había enmascarado con éxito la deteriorada vista de su ídolo."

Extraído de John Ford. Print the legend de Scott Eyman. Traducción de Mónica Rubio (página 484).

jueves, 17 de marzo de 2011

APROXIMACIÓN EXTERIOR A KING VIDOR.

Aviso: El texto es largo. Lo divido en dos partes, por si queréis hacer lo mismo con su lectura.

1) "Introducción" a una Introducción.



Aparte de su autobiografía Un árbol es un árbol  (o "Hollywood al desnudo" si la pilláis en alguna vieja edición que pretendería limar el sensacionalismo del título original), no es que haya muchos libros recomendables sobre King Vidor.  Hay uno de Raymond Durgnat en inglés que no he leído (sólo ojeado) y que igual no está mal, pero de lo publicado por aquí... Tal y como señala Carlos Losilla en el monográfico de la revista Nosferatu sobre el director, el que sacó  en 1992 Fernando Alonso Barahona es... eeeehhh... no recomendable (en la revista lo denominan marciano); y el que escribió Carlos Señor cinco años después... pues bueno, tal vez sea "algo más recomendable", pero desde luego espero que no sea el libro definitivo sobre King Vidor ("tolerable como disquisición cinéfila" decía Losilla en el monográfico, y me parece que fue generoso). Lo cierto es que no he podido pasar de la página 48, y luego me he limitado a ojearlo o leerlo a saltos (como hacemos con las entradas de los blogs)...

Una pregunta: ¿Cuántos años pensáis que tenía Carlos Señor cuando escribió esta introducción para su libro?

Introducción.
                                                     "No me gusta que me cuenten entre los viejos pioneros. Me consideran un adelantado en mi época, pero si rodase hoy, también lo sería."
 King Vidor.

Si King Vidor siempre ha sido un gran cineasta, en la época actual cuando el cine prácticamente ha muerto (y ya sé que somos pocos los que así pensamos, pero la verdad es que no es una cuestión de número), tal afirmación es todavía mucho más importante y necesaria. El cine de Vidor nos recuerda que hubo un tiempo en el que las personas que aparecían en una pantalla eran seres humanos vivos, reales, íntegros, no esos fantoches impersonales y ridículos que tanto proliferan hoy; que hubo una época en la que se hacía un cine inteligente, sensible, películas dotadas de una entidad humana y existencial, de una reflexión constante sobre la vida y el hombre, todo lo contrario de lo que sucede ahora, donde no hay reflexión, ni inteligencia, ni sensibilidad, ni nada de nada; que existieron unas décadas en las que los cineastas se replanteaban seriamente su oficio y utilizaban el lenguaje cinematográfico de un modo decisivo, crucial, adoptando unos modos narrativos íntimos, justo lo que hoy en día no se hace, porque los directores no tienen ninguna personalidd y la planificación que presentan en sus películas es abominable, una pasta informe (que algunos llaman "cruce de géneros") en la que no se adivina nada especial que permita meditar sobre el hombre y la realidad.(...)" Página 7 (King Vidor de Carlos Señor, Ediciones JC)

Bueno. Buf! ¿Ya está?  ¿Se ha desahogado nuestro amigo? No del todo... Luego sigue... Pero en este párrafo debo señalar algunas cosas que me llaman la atención. A mí, al igual que a Carlos, también me encanta King Vidor... Y si pienso en él o lo comparo con el cine que se hace ahora y estoy con los amigos,  pues igual también lo pongo por las nubes y suelto cosas como estas, pero desde luego que si me pongo a escribir un libro, creo que... eeehh... no sé...supongo que me entendéis.

La verdad es que no he sido del todo sincero en el título de esta entrada (pero sólo en el título, no como en la anterior entrada)... La aproximación es exterior porque es la que hace Carlos Señor, no yo...pero la aproximación de Carlos al cine de King Vidor es totalmente personal e interior. De hecho, así lo hace notar él en su libro: 
"En mi opinión, la crítica de cine debe estar basada en la sensibilidad interna del analista y en lo que la película que está viendo le ofrece íntimamente, no en una supuesta objetividad  en la que se exprese como tesis que una obra tiene tal o cual "calidad". De hecho, una película no es "buena", "regular"  o "mala" en sí misma, sino que es "buena", "regular" o "mala" en función del carácter personal de cada individuo " (página 12).  

Menudo carácter  entonces el de Carlos si pensamos en el parráfo de la introducción, ¿no? 



2) Continuación.


Hola. ¿Alguno sigue por aquí?  A pesar de lo que pueda parecer, no voy a meter muchos palos al libro de Carlos.  Tampoco quiero. Es bastante más soportable que el de Alonso Barahona... a veces dice cosas interesantes sobre algunas películas... y qué narices...compartimos la misma admiración por  King Vidor, pero... bueno... lo suyo creo que es demasiado. Fijaos en lo que dice acerca del final de la película de Espejimos, en la que el propio King Vidor hace un cameo: 
 
"No me gusta caer en el sentimentalismo barato, pero cuando admiras mucho a alguien resulta muy difícil no emocionarse en momentos como éste, viendo al propio Vidor y entendiendo al instante por qué sus películas son tan grandes, tan poderosas, pues sólo con observarle a él, su figura, sus gestos, su honradez y dignidad, la serenidad que emana de su rostro, todo queda aclarado y explicado. Y esto no es, repito, una descripción gratuita, sino lo inmediato que se desprende al contemplar a un genio,  a uno de los pocos hombres que realmente han dicho algo con una  cámara, y eso, al menos para mí, no puede dejar de producir una admiración incuestionable y un respeto absoluto". (páginas 47 y 48)  


A mí lo que no me gusta es caer en la hagiografía cuando hablo de gente que admiro.  Sé que todos caemos en ella alguna que otra vez, pero lo recomendable sería disfrazarlo un poco.
¿En serio se ven todas esas cosas en el tipo de la foto de al lado? (y eh! es el verdadero King Vidor, no Howard Hughes, como en la foto de la entrada de Beckett).
Y sé y disculpo que a todos se nos vea nuestra vena friki de vez en cuando, o que saquemos a pasear al fan (de fanático) que se muere por proclamar la verdad... pero... bueno, ya habéis leído el texto. Las cosas tienen un límite, me parece.

Ya puestos, creo que  hubiera quedado mejor algo como esto: 
"No es porque lo diga yo, pero es que cuando después de ver esta estupenda y maravillosa película,  al final sale el director y le encuentras tan guapo, tan apuesto, tan inteligente, tan justo, tan generoso,  y con tanto carisma (a pesar de que sólo salga unos segundos),  es lógico que te preguntes por qué  no ha interpretado él todos los papeles de la película...  
Lo que está claro es que lo de que Hitchcock apareciera en sus películas ya lo había hecho mucho antes el gran KING VIDOR, que además en esta escena  homenajea otra de sus películas...."  Mejor lo dejo.

Pero si Carlos aseguraba que eso no había sido una descripción gratuita, lo que sí puedo aseguraros es que da lo mismo, porque tiene unas cuantas opiniones que  yo sí considero gratuitas en las páginas del libro.

Aquí van algunas:

* - "existe una inmejorable utilización del movimiento de cámara, como el travelling  de acercamiento al rostro de la madre - esos que tan mal hace el mediocre Spielberg - ..." Página 28

* - "... un modelo para tanto director pedante que tanto prolifera en estos últimos treinta años de destrucción de la integridad y el cine, ese cineasta que siempre desea más el reconocimiento exterior que la necesidad interna en la construcción de cada plano (aunque todo se debe, evidentemente a que ese director nada tiene que decir, por eso la existencia de insultos a la inteligencia humana de la categoría de Thelma y Louise (Thelma&Louise, Ridley Scott, 1991), El cielo protector (The Sheltering Sky, Bernardo Bertolucci, 1990), El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante (The cook, the thief, his wife and his lover, Peter Greenaway, 1898 (ahí tiene una errata) y Azul (Trois couleurs: Bleu, Krzsysztof Kieslowski, 1993). "  Página 34

* - "Vidor narra este proceso con bastante elegancia y sale considerablemente airoso en medio de interpretaciones lamentables (sí, odio a Marion Davies)..." Página 46.


*- " Para acabar con este comentario, me gustaría dedicar unas palabras a hablar del compositor de la banda sonora, Max Steiner, pues debido a los escasos diálogos que hay en el film su partitura cobra especial protagonismo.  Reconozco que si no fuera por el prestigio asombroso que tiene este músico quizá no me detendría en él ni tres palabras, pero la mediocridad de sus composiciones es tan apabullante que espero que mi comentario se sitúe en medio de tantos otros realizados por aficionados a las bandas sonoras que intentan ensalzar la labor de todo músico que trabaje para el cine y más aún si éste está considerado como un mal llamado clásico. Y es que, en mi opinion, Max Steiner es un auténtico fraude pseudomusical, un aspirante a compositor que en Ave del Paraíso demuestra por enésima vez cuáles son sus verdaderas características, como es su escaso talento melódico, su nulo sentido de la música de acción ( en este sentido, es el anti-Jerry Goldsmith, y me refiero al buen Jerry Goldsmith, no a ese músico casi acabado que se pasea por las pantallas sonoramente desde hace ya más de un lustro), su acomodado estilo rítmico y, sobre todo, su incapacidad para ofrecer un estilo personal y dejar de vivir de ideas ajenas. (...) " Steiner fue un hombre de estudio-y-productor, pero de entre todos los músicos de aquella época fue sin duda uno de los peores y uno de los que antes debieron cambiar de profesión." Páginas 68 y 69.


Y aquí sí me voy a permitir hacer un comentario al comentario de Carlos. Sólo tres palabras.

Si Steiner quería haber aprendido a escribir música como es debido, sólo tenía que haberse fijado en el admirable ritmo y la sonora prosa de Carlos cuando describe una escena en una película de Vidor.
"Al alejarse de los demás, la planificación se centra en Rodolfo y Mimi: travelling siguiendo a la pareja bailando/plano general (están en la explanada de un bosque)/plano medio de los dos (siguen bailando)/plano general/plano medio de ambos/plano medio de Mimi/plano medio de Rodolfo/plano de conjunto: él corre tras ella y salen de campo/primer plano de Mimi/plano de Rodolfo mirándola/primer plano de Rodolfo/plano de conjunto/primer plano de Mimi (le dice que le ama)/primer plano de Rodolfo/ plano de conjunto/primer plano de conjunto: se besan/plano de conjunto/plano en que se besan nuevamente..  La mera descripción de la escena es la mejor expresión de la facilidad de Vidor para visualizar la ternura sin ser pomposo o empalagoso. " Página 31

Puede que Vidor lo tuviera fácil para describir y expresar la ternura de la escena, pero/primer plano Carlos/plano conjunto/ Carlos Señor/ plano medio/no lo hace tan fácil.
Pero no se lo tengamos en cuenta.  Supongo que si su libro tuviera más imágenes de las que trae,  tal vez habría podido ilustrar con ejemplos más adecuados lo que quería contar (en el de Ford editado por Taschen les quedó muy bien, por ejemplo).

De todas formas, no me hagáis mucho caso... Si vais  a esta página, os encontraréis con que tanto al autor del blog como a la persona que ha dejado comentario,  el libro les parece magnífico: "Pues yo también tengo el libro de Carlos Señor. Me parece magnífico, uno de los escasos textos serios en cuanto a análisis puramente cinematográfico de la obra de King Vidor."

domingo, 13 de marzo de 2011

FAC UT GAUDEAM

La Gran Guerra del 14 al 18 ha terminado, y en el pequeño  pueblo de Corcaigh, sus habitantes esperan la llegada del tren que traerá de vuelta a casa a los soldados. Allí también espera  la familia del artillero Henry Godot, sin saber que Godot jamás podrá volver a casa, pues ha muerto en el frente.


Tal vez hayáis leído alguna vez que Esperando a Godot  de Samuel Beckett (a vuestra derecha) es una novela en la que no pasa nada, en la que unos tipos están esperando a que llegue Godot, y este no termina de llegar. Pero os puedo asegurar que eso es una reducción y una entrada al universo de Beckett sumamente absurda. En esta maravillosa novela pasan multitud de cosas...  Los personajes van recordando los momentos del pasado y las relaciones que tuvieron con Godot. Y Beckett da voz tanto a los familiares como a aquellas otras personas que conocieron a Godot y que en algún momento se acercan a hablar con los familiares del personaje protagonista. ¿Protagonista? Sí. Porque aunque ausente y a pesar de que  Beckett nunca le otorga la palabra en estilo directo, nos muestra un calidoscopio de las ideas, sensaciones y momentos que tuvieron el resto de personajes cuando trataron con él. Ellos sólo existen en la novela en tanto que tienen una relación directa con Godot. Un Godot ausente, pero presente en el recuerdo.
Y luego está el estilo del escritor. El singular modo en el que Beckett maneja la prosa de esta novela, sin apenas diálogos. Basta señalar el lamento del traductor Javier de Juan cuando anota la imposibilidad de trasladar al castellano el ritmo y la cadencia del inglés de esta obra.
Después de leer esta imprescindible novela, entiendo perfectamente por qué es considerada un clásico, y  el hecho de que a Beckett  no le otorgaran nunca el Nobel por aquellas desafortunadas declaraciones sobre los miembros de la Academia Sueca, sólo revelan la injusticia de este tipo de premios, y cómo en lugar de juzgar la obra de un escritor se centraron en otro tipo de cosas.

sábado, 12 de marzo de 2011

¿Alguién se acuerda de esta peli?

No puedo daros imágenes ni deciros casi nada de ella (ni actores, ni actrices; nada)  porque no recuerdo casi nada en lo que se refiere a las imágenes.
Pero puedo contaros un par de cosas sobre la peli,  a  ver si hay suerte y alguien puede ubicármela.
Creo que era una peli setentera de policías infiltrados en alguna organización criminal.
El protagonista supongo que sería el jefe, o qué sé yo... El caso es que se iban cargando a los polis de su equipo y nadie sabía cómo podía ser... si es que tenían a su vez un topo dentro de los policías o qué...
Al final, el protagonista descubre que su "amigo" de toda la vida  desde que eran niños (igual era un familiar; no os fiéis) y a quien veía más o menos una vez a la semana y le contaba su vida y sus acciones como poli era el delator.  Por problemas de deudas, había estado suministrando la información a los criminales.
Recuerdo que el final me impactó porque el "chico" le dice bastante "tranquilo" a su amigo que sabe que ha sido él, que cómo ha podido hacerle eso, que por qué no le pidió dinero, etc...  Cuando el otro se derrumba y confiesa, el policía le dice algo que... bueno, no recuerdo... pero le da a entender al amigo traidor que los criminales lo van a matar por algo que él ha hecho (como que a su vez lo ha delatado a los criminales diciendo que hacía doble juego... no lo sé, no recuerdo).   El "chico" se marcha de la plaza de niños donde quedaban para verse, y fin de la peli.
Puedo aportar también que a uno de los polis infiltrados lo encuentran muerto en el maletero de un coche.
Ah! Peli norteamericana, creo.

AÑADIDO:  Kinski, de Carga Maldita ha dado con la película.  The Seven-Ups (Los implacables, patrulla especial, 1973 ) dirigida por Phillip D'Antoni y protagonizada por Roy Scheider.

DE TEBEOS Y TELEVISIÓN II

Yo no fui un niño de esos que iba al cine a ver sesiones dobles, o que devoraba todos los libros de la biblioteca familiar uno tras otro; para empezar porque en mi casa no había una "biblioteca familiar".
Salvo contadas (y muy recordadas) excepciones, no empecé a ir al cine hasta los 14-15 años. Y sí, empecé a leer libros con 11 ó 12... pero si había algo que leía por encima de todo era tebeos. De cualquier género...

Desde que puedo recordar mi niñez, el tiempo en el que podía leer tebeos o ver la televisión sin límite de horarios o de cualquier otro tipo estaba establecido en los fines de semana y los días festivos (vacaciones y demás).  De lunes a viernes, en casa de mi madre no tenía tebeos. A veces había alguno, pero a ella no le gustaba que los leyera... y después de ver el programa infantil de turno o que apareciera aquello del monstruo Casimiro, había toque de queda y ya estaba en la cama tras una rápida ducha  y una cena que consistía invariablemente en huevo y salchicas o una tortilla a la francesa día sí/día también.
Pero los fines de semana iba a casa de mis tíos y aquello era algo totalmente distinto; allí tenía para leer todos los tebeos que mi tío me compraba (y jamás puso pegas cuando yo le pedía dinero para comprar uno)... y podía ver toda la televisión que quisiera. Vamos, que veía con ellos las películas de Sábado Cine da igual los rombos que tuvieran... y bueno, como os he dicho, me pasaba las horas leyendo y ordenando mis tebeos una y otra vez y nadie decía nada. A lo sumo mi tía comentaba algo como "este niño está mal; se ríe solo" cuando me encontraba carcajeándome con algún Mortadelo, pero  mi tío, al contrario,  trataba de aprenderse hasta los nombres de los personajes y me preguntaba por ellos (o así lo recuerdo; tal vez era yo quien le hablaba de ellos y él se limitaba a escucharme).

Uno de los tebeos que  con más cariño "recuerdo" fue un albúm de Tarzán que me compraron en un kiosko de Alicante. Era de formato apaisado... pero desgraciadamente no recuerdo qué tebeo fue, ni  si el autor era Hogarth o Manning. Da igual. Me pasé horas leyéndolo y admirando sus viñetas.  No sé qué fue de él. Pero cuando unos años después anunciaron una serie de dibujos animados basada en el personaje, me dispuse a verla esperando "recuperar" las sensaciones que me provocaron la lectura de aquel tebeo que ya había perdido. ¿Y qué pasó?

Bueno. Pues vi los dibujos de Tarzán porque ya os he dicho que si hice algo durante mi infancia fue leer tebeos y ver televisión (sí; también jugaba al fútbol en el colegio, andaba en bici y me tiraba horas en la calle jugando a otras cosas... pero eso no viene ahora al caso)....

Como os iba diciendo...vi los dibujos de Tarzán y me encontré con que repetían una y otra vez las mismas imágenes de Tarzán corriendo, o saltando de liana a liana, o nadando...
La serie era entretenida (y más para un niño que se tragaba cualquier cosa televisiva con dibujos, como era mi caso), pero no me maravilló como aquel tebeo apaisado.
Casi agradezco no haber pillado la versión que emitieron por aquí con aquel: "En la selva yo nací/Oh Tarzán, Tarzán/ A mis padres nunca conocí, etc...)



Pero si tuviera que hablar de una serie de dibujos animados que repetía una y otra vez las mismas escenas (y no, no me refiero al truco de los personajes de Hanna-Barbera pasando por el mismo decorado una y otra vez), no tengo más remedio que hablaros de otra serie que supuso una pequeña decepción para el lector-espectador que fui de niño (a pesar de que hiciera la colección de cromos de la serie).



Y es que si la comparaba con los tebeos que leía de Spider-Man... No sólo era por la eterna imagen de Spider-Man balanceándose por la ciudad con su red una y otra vez sin variar de postura...


Es que las historias de los tebeos eran "dramáticas" y  a mí me "sonaban" a cosas auténticas. Sí, vale. Todo lo auténtico que puede sonar una serie de tipos en pijama, lo sé... pero me refiero a cosas como que Peter Parker abriera la nevera y la leche estuviera agria porque llevaba varios días sin ir por casa (situaros en la mente de un niño). Y bueno, el traje sin terminar que exhibía la serie, así como el arte de la misma palidecía frente al traje de los tebeos (que al menos tenía todas las rayas),  o el arte de gente como Ditko, Romita, Kane o Andru.

Por otra parte, los episodios de la serie animada eran autoconclusivos,  mientras que en los tebeos las historias "continuaban"...  y esa sensación de agónica espera por saber cómo nuestro héroe saldría de ahí y atraparía al villano de turno desaparecía en la serie.

Así que si comparaba los tebeos con sus adaptaciones a series televisivas... la televisión salía perdiendo en dos de dos.

Pero  ¿y con una serie de imagen real? ¿Podía variar la cosa?


Pues en el otro caso que puedo recordar de mi niñez... tampoco. La serie de El increíble Hulk (o la Masa, ahora no recuerdo cómo la llamaron ) era otra cita "imprescindible" de ...¿los domingos?  Pero aparte del meláncolico tema de su repetitivo final y de la mecánica de la serie, poca mella tuvo en mí comparada con la que me hizo la serie de tebeos sobre el personaje.

No es sólo que la Masa de los tebeos hablara (aunque no tuviera mucho que decir)... es que sus historias eran más variadas e increíbles (como correspondía al nombre del personaje).
Aunque no quiero engañaros... en el caso de esta serie ya lo había visto venir, porque un año o dos antes había ido al cine con mi tío a ver lo que supongo que sería el episodio piloto (en el que la Masa aterriza un avión...pilotándolo!!!)  Qué diferente del tebeo en el que unos terroristas secuestran un avión y él sirve de escudo cuando este cae en picado.

Debo decir que en los casos en los que las adaptaciones partían de la televisión a las páginas de los tebeos... la cosa era distinta. Disfruté más con los dibujos de Bugs, Tom y Jerry,  los Picapiedra o la Pantera Rosa que con los tebeos que leí de esos personajes.Pero no sé por qué... las traslaciones de esos personajes a las páginas de tebeos me resultaban más llevaderas que las de los de tebeos a la pantalla de televisión.

Que las cosas cambiaron cuando descubrí la serie animada de Batman ya lo sabéis por mis anteriores entradas... Y  desde entonces...  Bueno... a veces  he visto algo de episodios sueltos de nuevas versiones animadas de otras series de tebeos (incluídas dos de Spider-Man) y... pues tal vez no sean tan decepcionantes como las que ví de crío... no lo sé... ya no las veo de la misma forma (excepto aquellas en las que trabajaron Timm y compañía), pero aún así...

... cuando me ha gustado un tebeo, no me muero de ganas por ver su adaptación televisiva (ni a dibujos, ni a imagen real). Puede que la adaptación no esté de todo mal, pero por si acaso, y aunque las decepciones no van a ser como las que sufrí de crío, prefiero mantenerme al margen. Tal vez por eso no haya visto (ni creo que lo haga) la serie de Los Muertos Vivientes. Pero el cómic me gustó.

viernes, 11 de marzo de 2011

TWO OF A KIND: "DE TEBEOS Y TELEVISIÓN" INTERMEDIO


Pinchando en las imágenes, se amplían.  Sólo tenía la versión en inglés.



martes, 8 de marzo de 2011

DE TEBEOS Y TELEVISIÓN I


- Comics Scene: - Teniendo en cuenta los grupos de presión. ¿cómo os las apañásteis con la violencia de la serie?

- TIMM: - La serie sólo parece violenta comparada con otros dibujos animados. No parece violenta comparada con cualquier serie de imagen real. Cualquier episodio de Magnum es tres veces más violento que cualquier episodio de Batman. Magnum puede liarse a puñetazos con diez tipos en un episodio y dejarles la cara hecha un mapa. Nosotros no podemos hacerlo ni una vez. Por eso puedes ver multitud de patadas, porque, teóricamente, las patadas son menos imitables que los golpes directos a la cabeza.
Hay mucha violencia implícita. Las cosas ocurren fuera de la pantalla. O se presentan en silueta, con sombras o recortadas. Así que la sensación de la serie es de una mayor violencia de la real.  

Extraído del artículo Cartoon Noir en la revista Comics Scene número 13 (septiembre de 1993) , que recoge  una entrevista de Bob Miller a Bruce Timm sobre la serie animada de Batman. No consta traductor, pero en la revista figuran Domingo Santos y Albert Solé (así que supongo que uno de los dos). 

" Bruce Timm: (...) Los monstruos tienen una cosa magnífica, y es que la cadena considera que son figuras fantásticas y no cosas que pueden existir en la vida real. Los censores se preocupan por los tiroteos de carretera, el tipo de cosas que pueden meter en un buen lío a un chico si intenta repetirlo en la vida real...  La verdad es que se preocupan más por cosas como que los padres estén divorciados que por los monstruos. No quieren que haya ni una sola mención al divorcio, y no quieren que los chicos piensen en eso. No tienen ningún problema con los monstruos, y eso es estupendo porque yo adoro a los monstruos... (...)"

Extraído del artículo Gotham Nocturna de Pat Jankiewicz en la revista Comics Scene número 19 (febrero de 1995), en el que Bruce Timm expone cómo la cadena no le permitió hacer una historia de vampiros en la serie de Batman. Traducción de Albert Solé.

 Bruce Timm sin cortapisas televisivos. 


- MODERN MASTERS (MM): Hiciste una historia en la primera antología de Batman: Black&White: "Tal para cual".  Usaste una estricta composición de ocho viñetas por páginas en esa historia. ¿Qué te hizo decidirte por esa planificación?

- BRUCE: Este es un robo específico que hice de Alex Toth. Alex Toth hizo este singular episodio de Hot Wheels - la clásica historia del Cord- y supongo que fue polémica en el momento en el que la hizo. Tuvo un montón de resistencia por parte de la DC con esa historia, pero creo que andaban cortos de tiempo y no tuvieron más remedio que publicarla. Todo el mundo se quejó de que parecía más un storyboard de animación que un cómic, lo que, por supuesto, era el objetivo - trató de hacerlo parecer más cinematográfico.  De todas formas, pensé que era un buen modo de componer las páginas y, de nuevo, hacer algo diferente de lo que ya había hecho. 


Página de la historieta de Toth a la que alude Bruce Timm

(...)

-MM: Pudiste ser un poco más fuerte con la historia, porque era la primera que vez que hacías una historia que no estaba ambientada en el universo animado de Batman.
- BRUCE: Cierto, aunque aún así,  seguía estándolo todavía.  Sigue siendo nuestra versión de Dos Caras.

- MM: ¿Consideras  que entra dentro de la continuidad de la serie animada o crees que la historia es independiente?

- BRUCE: Ambas cosas.  Para mí, se ajustaría  al mundo de nuestra serie animada si el Batman de nuestra serie fuera  Clasificado  R* (risas). Obviamente, es una historia que no podríamos haber adaptado nunca a la serie, porque tiene un  asesinato horrible y un montón de sexo, pero aparte de eso, entra dentro del mundo de cine negro de Batman: La Serie Animada.
 * Menores de 17 requieren acompañamiento de padres o tutor.
 
Bruce Timm sobre la historia "Tal para cual" de Batman Black&White. 
Extraído de  una entrevista en Modern Masters Volume Three (julio, 2004) realizada por  Eric Nolen-Weathington. Traducción-traición de un servidor.

Dos páginas del episodio de Batman Black&White

viernes, 4 de marzo de 2011

¿EN LOS LÍMITES DE LA LÓGICA?


Revisité hace poco Siete dias de mayo, y al empezar a verla me di cuenta de que el guión era de Rod Serling, que no es que tenga muchos otros guiones cinematográficos; otra suya que tal vez os suene es la original de El planeta de los simios

Pero  Serling, además de estar considerado como uno de los mejores escritores que ha dado el medio televisivo, es el creador de una serie de culto como En los límites de la realidad.

Más de una vez había escuchado que  empezó esa serie de ciencia-ficción porque estaba hasta las narices de tener que comprometer su trabajo como escritor frente a las empresas patrocinadoras.  Creo que la anécdota que vais a leer la utilizó Woody Allen en una de sus películas...pero no he podido confirmarlo.
Aún así... si la escuchárais en una de sus comedias, pensaríais que Allen tiene una gran imaginación.  Pertenece a una entrevista con Mike Wallace realizada en 1959 para el programa 60 minutos.

Rod Serling: (...) Por ejemplo, en Playhouse 90*,  no hace apenas un año, emitimos una maravillosa obra, Juicio en Nuremberg**, probablemente una de las obras mejor realizadas de las que hemos hecho. En ella, como recordarás, se hizo mención a las cámaras de gas y la línea fue borrada, cortada de la banda sonora.  Y poco importaba a esta persona que el gas que se usaba en los campos de concentración fuera cianuro, que no tiene ninguna semejanza física o de cualquier tipo con el gas usado en las cocinas. Ellos cortaron la línea.

Mike Wallace: Porque el patrocinador no quería...

Rod Serling: No quería que se hiciera esa horrible asociación entre el horror y la miseria de la Alemania Nazi y  el agradable, maravilloso, antiséptico y limpio cromado  de los electrodomésticos que estaban vendiendo. Esto es un ejemplo de interferencia de los patrocinadores en algo que está más allá del gusto y de la lógica - esto es contra lo que me rebelo.

Mike Wallace:  Tienes una nueva serie en preparación llamada En los límites de la realidad. La estás escribiendo, y al mismo tiempo actuas como productor ejecutivo. ¿Quién controla el producto final: tú o los patrocinadores?

Rod Serling:  Tenemos lo que yo creo que es, al menos teóricamente, porque todavía no lo hemos puesto en práctica, una buena relación de trabajo, en la que en las cuestiones de gusto y en las cuestiones de arte o de drama, yo soy el juez, porque este es mi medio y lo domino mejor. Soy un dramaturgo televisivo.  Este es el medio que conozco. Es para lo que he sido formado. He trabajado ahí durante doce años, y el patrocinador conoce su producto pero no conoce el mío. Así que cuando llega la hora de los anuncios, se lo dejo a él.  Cuando llega el momento de los contenidos del programa, él deja que yo me encargue. 

Mike Wallace: Nada se ha cambiado en la...

Rod Serling: En dieciocho guiones, sólo hemos cambiado una línea, Mike, que de nuevo, fue un poco absurdo, pero era un asunto de poca base dentro del contexto de la historia, no algo por lo que iniciar una pelea. En la cubierta de un carguero británico, un marinero llama a los de la cocina y les pide en mi guión una taza de té, porque creo que es constitucionalmente aceptable en la Marina Británica beber té. Ocurre que uno de mis patrocinadores  vendé café instantáneo, y se ofendió mucho, o igual se ofendió minimamente, con la idea de que fuera té. Bueno, tuvimos un par de tiras y aflojas, nada serio, y decidimos que pediría que le enviaran una bandeja a cubierta. Pero en dieciocho guiones ése ha sido el único conflicto que hemos tenido. 
  
Playhouse 90: Serie televisiva norteamericana que se emitió entre 1956 y 1961. Salvando las distancias, vendría a ser algo similar a los programas dramáticos de Estudio 1 de TVE. 
En la serie  norteamericana trabajaron directores como FrankenheimerLumetSchaffner
"Réquiem por un boxeador", escrito por Serling y considerado  uno de los mejores dramas escritos para la televisión pertenece a esta serie, y tendría también su correspondiente versión cinematográfica"Días de vino y rosas" dirigida por Blake Edwards en 1962  y protagonizada por Jack Lemmon Lee Remick  también fue previamente un drama televisado de Playhouse 90,  dirigido por John Frankenheimer y protagonizado por Cliff Robertson y Piper Laurie cuatro años antes.
**  Como podréis deducir por la nota anterior,  Serling no se refiere a la película "Vencedores o vencidos" (1961) dirigida por Kramer, sino a la adaptación televisiva que George Roy Hill dirigió dos años antes.
El texto original del que he recogido esta "anécdota" podéis encontrarlo en esta entrevista. Una transcripción de la entrevista se encuentra en este enlace.


La traición-traducción de un servidor (un amigo colaboró en las últimas puñaladas).

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